
El daño por conmoción cerebral persiste en el cerebro de los atletas hasta un año después de la lesión.
- ComiteNetMD
- 24 de marzo de 2025
- Neurología
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13 de marzo de 2025
El daño por conmoción podría persistir en el cerebro de un atleta durante al menos un año, mucho después de que se haya reincorporado a su deporte, señala un estudio reciente.
Los atletas universitarios con conmociones cerebrales sufrieron cambios cerebrales que permanecieron visibles en los escáneres cerebrales hasta un año después de que se les autorizara a volver a jugar, reportaron los investigadores en un estudio publicado el 12 de marzo en la revista Neurology.
“La presencia de cambios cerebrales significativos y duraderos tras una lesión refuerza las preocupaciones sobre las consecuencias de las conmociones repetidas, y hasta qué punto estos efectos se acumulan con el tiempo”, señaló en un comunicado de prensa el investigador principal, Nathan Churchill, becario postdoctoral en investigación en neurociencia del Hospital St. Michael en Toronto, Canadá.
En el estudio, los investigadores examinaron a 187 atletas universitarios, de los cuales 25 habían sufrido una conmoción cerebral durante la temporada regular de baloncesto, fútbol americano, hockey, lacrosse, rugby, fútbol y voleibol.
Los atletas con conmociones cerebrales también se compararon con 27 atletas, emparejados por factores como el sexo y el deporte, que no habían sufrido una conmoción cerebral.
Los atletas se sometieron a resonancias magnéticas antes de que comenzaran sus temporadas, así como cinco días, de uno a tres meses, y un año después de volver a jugar después de una conmoción cerebral.
Los jugadores con conmociones cerebrales seguían mostrando señales de lesión cerebral en las IRM tomadas un promedio de cinco días después de la conmoción, cuando habían sido autorizados para reanudar el juego, muestran los resultados.
Esas señales de lesión cerebral duraron hasta un año después, anotaron los investigadores.
En comparación con los escáneres cerebrales previos a la lesión, los jugadores con conmoción cerebral habían reducido significativamente el flujo sanguíneo en la corteza frontoinsular del cerebro, una región que ayuda a controlar el pensamiento, la memoria, las emociones y la conducta social, apuntaron los investigadores.
Este flujo sanguíneo más bajo disminuyó con el tiempo, pero aún era detectable un año después de la conmoción cerebral.
Esto significa que los síntomas clínicos de la conmoción cerebral que se usan para determinar cuándo un jugador se ha recuperado adecuadamente podrían no ser suficientes para proteger su salud cerebral, señaló un editorial acompañante coescrito por Aurore Thibaut y Géraldine Martens, investigadoras de conmociones cerebrales del Hospital Universitario de Lieja, en Bélgica.
“Esto es crucial porque el regreso temprano al juego y la recuperación incompleta podrían tener graves consecuencias a corto y largo plazo, especialmente en los jóvenes”, escribieron los editorialistas.