El hipotiroidismo relacionado con el tratamiento del cáncer se vincula a una mayor sobrevida

 

VICTORIA, CAN. Los pacientes con neoplasias malignas avanzadas no tiroideas, que presentan hipotiroidismo como efecto secundario durante el tratamiento con un inhibidor de la tirosina quinasa, muestran un incremento significativo en la sobrevida, en comparación con los que persisten eutiroideos.

“En este análisis de cohortes, el más extenso de su tipo hasta ahora, encontramos que el hipotiroidismo, provocado por un inhibidor de la tirosina quinasa ocurría en 40% de pacientes inicialmente eutiroideos, y el hipotiroidismo manifiesto incidente, pero no el asintomático, se relacionaba con una mayor sobrevida global”, dijo el Dr. Trevor E. Angell, de la División de Endocrinología, Diabetes e Hipertensión, del Brigham and Women’s Hospital, en Boston, Estados Unidos, durante su presentación en el Congreso Anual de la American Thyroid Association 2017.

Se sabe que la disfunción tiroidea ocurre con el tratamiento mediante inhibidores de la tirosina quinasa, y aunque se han comunicado algunos posibles beneficios para la sobrevida con hipotiroidismo resultante, se ha carecido de datos sobre el tema.

La Dra. Angela M. Leung, profesora asistente de medicina de la división de endocrinología, diabetes y metabolismo en la David Geffen School of Medicine, de la University of California, en Los Ángeles, Estados Unidos, comoderadora de la sesión dio sus puntos de vista.

 

“Los inhibidores de la tirosina quinasa se utilizan cada vez más en el tratamiento de diversas neoplasias malignas, y se reconoce que el desarrollo de diferentes tipos de disfunción endocrina se relaciona con el empleo de estos compuestos, lo cual en parte se debe a la destrucción inmunitaria”, dijo a Medscape Noticias Médicas.

“Este estudio añade más comprensión a la literatura disponible sobre este tema, que específicamente analiza la incidencia de disfunción tiroidea y las tasas de sobrevida después del empleo de un inhibidor de la tirosina quinasa entre pacientes con neoplasias malignas”.

Mayor probabilidad de hipotiroidismo en las mujeres después del tratamiento con un inhibidor de la tirosina quinasa

Para explorar la relación, el Dr. Angell y sus colaboradores evaluaron a 1.120 pacientes adultos con neoplasias avanzadas no tiroideas que se trataron con inhibidores de la tirosina quinasa entre 2000 y 2017, y que tenían disponibles los resultados de pruebas de función tiroidea.

Después de excluir factores como neoplasias malignas tiroideas y enfermedades tiroideas preexistentes, se incluyó a 538 pacientes en el estudio.

Entre los pacientes, 321 tenían niveles tiroideos normales; 144 (27%) desarrollaron hipotiroidismo manifiesto incidente tras el tratamiento con inhibidor de la tirosina quinasa, definido como concentraciones de hormona estimulante de la tiroides (TSH) de 10 mUI/l o más y de T4 libre bajas; y 71 (13%) desarrollaron hipotiroidismo leve, definido como concentraciones de TSH de 5 a 10 mUI/L o TSH más alta si la T4 libre era normal.

La mayoría de los pacientes (> 95%) tenían enfermedad avanzada (etapa III y IV) y no hubo diferencias entre los grupos por lo que respecta a la etapa del cáncer, escala funcional del Eastern Cooperative Oncology Group (ECOG), o raza.

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