El Papel del Microambiente Tumoral en la Terapia Focal del Cáncer de Próstata

Al igual que con muchos otros cánceres, el desarrollo, la progresión y la respuesta terapéutica en el cáncer de próstata (CaP) están significativamente influenciados por la interacción entre las células cancerosas y el microambiente tumoral circundante (TME).1 El TME es un sistema altamente complejo en el que el tumor interactúa dinámicamente con varias células del huésped. Los componentes del huésped incluyen células del estroma, matriz extracelular, células endoteliales y vasculares, células inmunitarias y diversos factores solubles como la interleucina 6 y el ligando activador del receptor del factor nuclear kB.2 Las células tumorales dentro del TME pueden transformar la matriz extracelular, estimulando la angiogénesis. y liberando factores de crecimiento y fibroblastos. A medida que aumenta esta dramática reacción del estroma, aumenta la agresividad del tumor, como lo indica el aumento de la puntuación de Gleason, que representa un indicador de resultados clínicos adversos y recurrencia.3 De hecho, los estudios histológicos demostraron la infiltración de células inmunitarias del huésped TME en casi el 90 % de las muestras de CaP.4 El impacto del sistema inmunitario del huésped en los resultados del cáncer es muy complejo, ya que las respuestas inmunitarias innata y adaptativa pueden proporcionar actividad antineoplásica y mejorar la propagación de la carcinogénesis.5 Por ejemplo, los linfocitos T citotóxicos, que se encuentran comúnmente en la TME, secretan el factor-b de crecimiento transformante, que apoya el crecimiento tumoral e induce la supresión inmunitaria.4 Por lo tanto, la manipulación de la TME a través de la inhibición o activación de moléculas y objetivos celulares ha sido ampliamente estudiado en la terapia del cáncer. En CaP, el modelo de modulación de TME más investigado es la terapia de privación de andrógenos (ADT).6 Los andrógenos conducen a la activación continua del receptor de andrógenos en las células de CaP y promueven una TME inmunosupresora. La ADT, al bloquear la esteroidogénesis, provoca cambios en el TME que parecen mejorar el resultado de la radioterapia de haz externo en términos de supervivencia global, con una amplia aplicación en la práctica clínica.7

Creemos firmemente que este efecto beneficioso de la manipulación de TME podría aplicarse a otros tratamientos de CaP. Por lo tanto, TME también podría convertirse en un objetivo clave de las terapias focales de PCa, que son técnicas ablativas que utilizan diversas tecnologías, como ultrasonido enfocado de alta intensidad (HIFU), crioterapia, terapia fotodinámica (PDT) y electroporación irreversible (IRE). Cada una de estas técnicas tiene una respuesta TME comprobada e inherente que puede mejorarse potencialmente con la terapia sistémica (consulte la figura). Por ejemplo, HIFU podría proporcionar un impulso inicial al tratamiento inmunoterapéutico del CaP.1

Pier Paolo Avolio, MD

McGill University, Montréal, Quebec, Canada

Petr Macek, MD, PhD

Institute Mutualiste Montsouris, Paris, France

Ashutosh Tewari, MBBS, MCh, FRCS (Hon)

Tisch Cancer Institute Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York, New York

Rafael Sanchez-Salas, MD

McGill University, Montréal, Quebec, Canada

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