El sarampión vuelve a Estados Unidos

 

“El motivo por el que el sarampión ha vuelto no es que el virus haya mutado. No es que la vacuna sea poco efectiva. Es que una cantidad crítica de padres han decidido no vacunar a sus hijos”, lamentó Offit, que no participó en el estudio.

Ahora el sarampión es endémico en Estados Unidos, a un nivel muy bajo, dijo. “Ahora pasa de un estadounidense a otro”.

Pero Offit no anticipa que el sarampión llegue a la proporción epidémica que tuvo antes. “Teníamos de 3 a 4 millones de casos al año, 48,000 hospitalizaciones y 500 muertes anuales”, dijo. “El sarampión era un azote en este país”.

Como el sarampión es la más contagiosa de todas las enfermedades prevenibles mediante vacunas, tiene sentido que sea la primera enfermedad en volver. Podría ser un presagio del regreso de otras enfermedades, advirtió Offit. “Es el canario en la mina”, afirmó.

Usando datos de los CDC, los investigadores observaron la cantidad de casos de sarampión en Estados Unidos que ocurrió después que la enfermedad casi se erradicara.

Entre 2001 y 2015, se reportaron casi 1,800 casos de sarampión. La gente que sufrió de la enfermedad tenía una edad promedio de 15 años, y casi la mitad eran chicas, encontraron los investigadores.

Casi un 70 por ciento de los que contrajeron sarampión no estaban vacunados. No se sabe si otro 18 por ciento de los que contrajeron sarampión se habían vacunado o no, dijo Clemmons.

Más o menos un 27 por ciento de los casos de sarampión se importaron de otros países; los demás se adquirieron en Estados Unidos.

Los que tienen más probabilidades de verse afectados por el sarampión son los bebés de 6 a 11 meses de edad, y los niños pequeños de 12 a 15 meses. La tasa de sarampión comenzó a reducirse a los 16 meses, dijeron los investigadores.

La cantidad de casos de sarampión al año varió entre 24 y 658, mostró el estudio.

Offit dijo que no es inusual que los padres no confíen en las vacunas.

Los niños se someten a 26 vacunas distintas y a hasta cinco inyecciones a la vez para prevenir enfermedades que la mayoría de personas no ven, y usando fluidos biológicos que la mayoría de las personas no comprenden, comentó.

“No es sorprendente que haya habido un retroceso. Las vacunas son víctimas de su propio éxito”, señaló Offit.

El informe aparece como carta en la edición del 3 de octubre de la revista Journal of the American Medical Association.

 

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