El trauma afecta a la mitad de los jóvenes de EE. UU.

 

Los hallazgos provienen de un análisis de datos de la Encuesta nacional de salud infantil de 2016, realizada por la Iniciativa de Medidas de la Salud Infantil y Adolescente de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins. El análisis aparece en la edición de septiembre y octubre de la revista Academic Pediatrics.

Los niños y adolescentes que sufren un trauma se enfrentan a un riesgo más alto de problemas de salud a largo plazo, lo que incluye fumar, el alcoholismo, la depresión y enfermedades cardiacas y hepáticas.

Los investigadores encontraron que un 33 por ciento de los niños que sufrieron dos o más eventos traumáticos tenían una afección de salud crónica que ameritaba una atención especializada, en comparación con un 14 por ciento de los niños que nunca experimentaron un trauma.

Anotaron que el trauma no discrimina, y que afecta a niños de todas las razas, etnias y procedencias socioeconómicas. En general, más o menos un 40 por ciento de los niños blancos, un 51 por ciento de los niños hispanos, y un 64 por ciento de los niños negros experimentaron uno o más eventos traumáticos, encontró el estudio.

Los eventos traumáticos fueron más comunes en las familias de bajos ingresos, y afectan al 62 por ciento de los niños cuyos ingresos familiares eran inferiores a la línea federal de la pobreza, en comparación con un 26 por ciento de los niños de familias con ingresos altos.

La edad a la que los niños y adolescentes se enfrentan a un trauma importa, según los investigadores.

Los niños en edad preescolar que tuvieron al menos dos experiencias traumáticas tenían más de cuatro veces más probabilidades de tener problemas con la gestión de las emociones, por ejemplo para permanecer calmados, evitar las distracciones y hacer amigos. Por otra parte, los niños y los adolescentes de 6 a 17 años de edad que se enfrentaron a al menos dos eventos traumáticos eran el doble de propensos que sus pares a no estar implicados en la escuela, mostró el estudio.

“Los eventos traumáticos no afectan solo al niño o adolescente individual: las familias, los vecindarios y las comunidades soportan las consecuencias de esas circunstancias difíciles, que se acumulan con el tiempo”, aseguró Christina Bethell, de la Iniciativa de Medidas de la Salud Infantil y Adolescente. “Si el estrés y el trauma sin sanar de un niño conduce a que se comporte mal en clase, otros niños del aula y el profesor sienten esa perturbación”.

“Esos impactos requieren la sanación del trauma a nivel familiar, comunitario y social”, aseguró.

 

https://medlineplus.gov/spanish/news/fullstory_169320.html

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