El vapeo aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos y daña a las arterias pequeñas, según un estudio
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- 20 de septiembre de 2021
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MARTES, 7 de septiembre de 2021 (HealthDay News) — Los cigarrillos electrónicos llenos de nicotina aumentan el riesgo del usuario de sufrir coágulos sanguíneos, daños en los vasos sanguíneos pequeños, y también puede aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, encontró un nuevo estudio.
Los efectos son similares a los que provocan los cigarrillos tradicionales, y aumentan la preocupación de que el vapeo a largo plazo pueda ayudar a provocar ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares (ACV), advirtió el equipo de investigación sueco.
“Nuestros resultados sugieren que usar los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina tiene unos impactos similares en el cuerpo que fumar cigarrillos tradicionales”, comentó el autor del estudio, Gustaf Lyytinen, profesional clínico del Hospital de Helsingborg e investigador del Instituto Karolinska, en Estocolmo. Su equipo presentó los hallazgos esta semana en la reunión anual virtual de la Sociedad Respiratoria Europea (European Respiratory Society).
“Este efecto en los coágulos sanguíneos es importante, porque sabemos que a largo plazo esto puede conducir a unos vasos sanguíneos obstruidos y más estrechos, y esto por supuesto pone a las personas en riesgo de ataques cardiacos y ACV”, explicó Lyytinen en un comunicado de prensa de la sociedad.
A un experto de EE. UU. no le sorprendieron los nuevos hallazgos.
La nicotina, ya sea que se encuentre en los cigarrillos tradicionales o en los electrónicos, “puede conducir al ataque cardiaco y al ACV”, advirtió el Dr. Len Horovitz, especialista pulmonar del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. “Es otro motivo por el cual los cigarrillos electrónicos no se deben considerar más seguros que los cigarrillos”.
En el nuevo estudio, el equipo de Lyytinen realizó experimentos en 22 mujeres y hombres de 18 a 45 años que eran fumadores ocasionales, pero que por lo demás estaban sanos.
Se evaluó a los participantes antes y después de que dieran 30 caladas de un cigarrillo electrónico que contenían nicotina, y antes y después de 30 caladas de un cigarrillo electrónico sin nicotina. Las dos evaluaciones se realizaron en distintas ocasiones, con al menos una semana de diferencia. En cada ocasión, los investigadores midieron la tasa cardiaca y la presión arterial, y recolectaron una muestra de sangre antes de que los voluntarios usaran los cigarrillos electrónicos, 15 minutos después del uso y una vez más 60 minutos tras el uso.
Utilizar cigarrillos electrónicos que contenían nicotina condujo de inmediato a cambios a corto plazo en los voluntarios, lo que incluyó un aumento del 23 por ciento en los coágulos sanguíneos tras 15 minutos. Los niveles volvieron a la normalidad después de una hora, encontró el estudio.
También hubo un aumento en la frecuencia cardiaca promedio tras vapear (de 66 a 73 latidos por minuto) y un aumento en la presión arterial promedio (de 108 a 177 mmHg), señalaron los investigadores.
Según otro hallazgo, una visualización de alta tecnología que utilizó un láser mostró que los vasos sanguíneos pequeños de los voluntarios se estrecharon temporalmente después de que vapearan con nicotina.
No ocurrió ninguno de estos efectos después de que los participantes utilizaran cigarrillos electrónicos sin nicotina, anotaron los autores del estudio.
Esto tiene sentido, porque se sabe que la nicotina aumenta los niveles de hormonas como la adrenalina, que pueden aumentar las probabilidades de coágulos sanguíneos, anotó el grupo de Lyytinen.
Patricia Folan dirige el Centro de Control del Tabaco de Northwell Health en Great Neck, Nueva York. Folan no participó en el nuevo estudio, pero se mostró de acuerdo con Horovitz en que vapear dista mucho de ser inocuo.
“Los cigarrillos electrónicos, en sus variadas formas, entraron al mercado sin una regulación adecuada”, lamentó Folan. “Su seguridad y efectividad para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito no se han probado ni demostrado mediante investigación de respaldo”.
Los fumadores quizá crean que vapear puede ayudarlos a abandonar el hábito de nicotina, pero al contrario los fumadores “con frecuencia se convierten en usuarios dobles tanto de productos de vapeo como de cigarrillos combustibles, lo que con frecuencia evita que se impliquen en intentos reales para dejar de fumar”, advirtió Folan.
Aunque se necesitan unos estudios más grandes para confirmar los hallazgos suecos, investigaciones como esta pueden ayudar “a contradecir la publicidad, el mercadeo y la influencia en los medios sociales a los que con frecuencia se exponen los pacientes [que fuman]” y que los animan a adoptar el vapeo, añadió Folan.
Dado que este estudio fue presentado en una reunión médica, los hallazgos se deben considerar preliminares hasta que sean publicados en una revista revisada por profesionales.