En 2022, ¿qué deben saber acerca de COVID-19 los pacientes con problemas cardíacos y ataques cerebrales?

MARTES, 18 de enero de 2022 (American Heart Association News) — Tras dos años de pandemia, los investigadores han aprendido mucho acerca de las formas en que COVID-19 afecta a las personas con enfermedades cardíacas o que hayan sobrevivido un ataque cerebral. Sin embargo, de la misma forma en que evoluciona el virus, la información que todos necesitan saber sobre este tema también sigue variando.

“Es imposible suponer que lo que era cierto hace tres meses sigue siendo verídico en estos momentos”, dijo el Dr. James de Lemos, cardiólogo del UT Southwestern Medical Center en Dallas. Gracias a la variante omicron, “la pandemia actual es fundamentalmente distinta a la que teníamos en los tiempos del Día de Acción de Gracias”.

Las estadísticas iniciales sugieren que la variante omicron ocasiona una enfermedad menos grave pero que se propaga más fácilmente que sus predecesores. Por lo tanto, los pacientes con problemas cardíacos y que hayan sufrido ataques cerebrales deben protegerse y entender que COVID-19 sigue siendo riesgoso para su salud.

“Desde el principio reconocimos que el peligro era mayor para quienes tenían una enfermedad cardiovascular preexistente”, dijo el Dr. Biykem Bozkurt, cardiólogo del Colegio de Medicina Baylor de Houston. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), las personas con afecciones como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad de las arterias coronarias y, posiblemente, la hipertensión arterial, pueden ser más propensas a enfermarse gravemente al padecer COVID-19. Eso también puede suceder en personas con diabetes o sobrepeso o que se están recuperando de un ataque cerebral.

El virus SARS-CoV-2, que origina COVID-19, también se ha vinculado con riesgos mayores de padecimientos cardiovasculares. Según un informe de septiembre de 2021 de los CDC, las personas con COVID-19 tienen probabilidades casi 16 veces mayores de sufrir inflamación del corazón, o miocarditis, que las personas no infectadas. En el informe se encontraron unos 150 casos por cada 100,000 personas con COVID-19, comparados con aproximadamente nueve casos por cada 100,000 que no tuvieron el virus.

Asimismo, en un estudio de agosto 2021 publicado en el New England Journal of Medicine, se mostró que las personas con coronavirus podrían tener un riesgo significativamente mayor, aunque poco frecuente, de sufrir una hemorragia intracraneal, o bien, sangrado cerebral; un ataque cardíaco; y arritmia, o latidos cardíacos anormales.

Según Bozkurt, los investigadores aún no disponen de estadísticas completas acerca de los efectos de omicron, aunque este sigue afectando a las personas vulnerables. “Es por eso que los hospitales están llenos en estos momentos”.

Los riesgos de que una persona tenga un problema grave a causa de la nueva variante son relativamente menores, dijo de Lemos. “Pero la otra cara de la moneda es que, dada la cantidad de personas que se están infectando en este momento, el número acumulado de personas con complicaciones por COVID-19 sigue siendo muy alto”.

De Lemos, que ayudó a crear el Registro de Enfermedades Cardiovasculares COVID-19 de la American Heart Association, dijo que omicron “es obviamente más infeccioso y capaz de evadir la vacuna hasta cierto punto, aunque parece que la vacuna sí previene las infecciones graves y las hospitalizaciones”.

En general, “no sabemos mucho específicamente acerca de las razones por las que ciertos pacientes con enfermedades cardíacas tienen peores resultados”, señaló, aunque los conocimientos han evolucionado con el tiempo.

Al principio, dijo de Lemos, los médicos temían que el virus infectara directamente el músculo cardíaco, aunque añadió que “parece que no es así”.

En cambio, observamos que en los casos graves, el virus inflama el revestimiento de los vasos sanguíneos del corazón y aumenta la probabilidad de que haya coagulación en los vasos más pequeños, dijo.

COVID-19 también puede sobrecargar el corazón haciendo que trabaje más para bombear sangre oxigenada a través del cuerpo, ya que los pulmones se ven sobrecargados.

No obstante, conforme van aprendiendo cada vez más acerca del coronavirus, los médicos también son mejores para luchar contra él. Por ejemplo, dijo de Lemos, ahora trabajan de forma proactiva para tratar los trastornos de coagulación sanguínea en pacientes hospitalizados. Y, aunque los investigadores siguen trabajando para comprender los efectos persistentes conocidos como “COVID de larga duración”, parece que las implicaciones a largo plazo para el corazón son favorables.

“Parece que la gran mayoría de las personas con infecciones leves por COVID realmente no tienen nada de qué preocuparse en cuanto al corazón”, señaló. “Creo que esa es una buena noticia que no se enfatiza lo suficiente”.

Las personas con afecciones cardíacas o antecedentes de ataque cerebral siguen necesitando protegerse, y tienen muchas formas de hacerlo.

“Lo más importante es que se vacunen”, dijo Bozkurt, que ha estudiado los efectos secundarios de la vacuna contra COVID-19; y que “además sepan que es necesario obtener la vacuna de refuerzo”. Los informes de casos raros de miocarditis relacionados con la vacuna, sobre todo en varones jóvenes, no deben disuadir a nadie que tenga una condición existente. La mayoría de las personas con enfermedades cardiovasculares preexistentes no son hombres adultos jóvenes, señaló. Además, independientemente de la edad, los beneficios de las vacunas superan los riesgos.

Dado que las vacunas no parecen ser tan protectoras contra la propagación de la variante omicron, de Lemos dijo que cualquier paciente de enfermedades cardíacas o ataque cerebral se debe resguardar durante las próximas semanas hasta que pase esta ola, “ya luego podrán resurgir”.

Los pacientes deben evitar las aglomeraciones en interiores, dijo, y utilizar una mascarilla KN95 o, cuando sea posible, una mascarilla N95 en lugar de mascarillas de tela cuando sea necesario estar entre mucha gente.

Bozkurt dijo que los pacientes con problemas del corazón y por ataque cerebral deben mantenerse en contacto con su equipo de atención médica y seguir tomando sus medicamentos según lo prescrito. Cualquier persona con síntomas que puedan relacionarse con el corazón debe buscar atención médica inmediatamente. “No lo posponga”, dijo la doctora.

Ambos médicos dijeron que era importante obtener información de fuentes confiables. En realidad, algunos falsos remedios promocionados en las redes sociales pueden dañar el corazón, dijo Bozkurt.

De Lemos reconoció que los consejos pueden ir cambiando, incluso de fuentes fiables. “Diría que la información está escrita a lápiz y no con tinta debido a que las cosas están cambiando muy rápido”. Incluso como científico, le es frustrante cuando los expertos no se ponen de acuerdo o alteran sus recomendaciones, pero “así es la ciencia”.

De todas formas, se mantiene optimista aunque COVID-19 “sea un virus extrañamente arbitrario en cuanto a quien se enferma o no”.

“Pensemos en todos los avances que hemos logrado en uno o dos años, en el efecto notable de las vacunas y en el hecho de que tenemos medicamentos” que deben ayudar a mantener a la gente fuera de los hospitales. Los pacientes con problemas del corazón y ataques cerebrales deben extremar las precauciones en estos momentos, pero “por muy frustrante que sea, no estaremos en esta situación para siempre. Realmente eso no pasará”.

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