En endometriosis la prueba de saliva conllevaría menos cirugías
- netmd
- 29 de enero de 2024
- Ginecología y Obstetricia
- 0 Comments
04/01/2024
Con un diagnóstico ahora no quirúrgico y un tratamiento hormonal recomendado como tratamiento de primera línea, los procedimientos invasivos han dejado de ser la primera opción para tratar la endometriosis.
Durante el Congreso Internacional de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) de 2023, varias intervenciones mencionaron esta nueva tendencia, que incluye la prueba de saliva para diagnosticar la endometriosis que estará próximamente disponible en Francia.
El uso de la prueba de saliva se limitará a las mujeres que aún presentan dolor pélvico, a pesar de la amenorrea inducida por el tratamiento hormonal y de la ausencia de lesiones observables en las imágenes, indicó el Dr. Philippe Descamps del Centre Hospitalier Universitaire d’Angers, en Angers, Francia, vicepresidente de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, durante una conferencia de prensa organizada con motivo del congreso.[1]
“Esta no es una prueba de detección”, recordó el ginecólogo. Tampoco pretende confirmar un diagnóstico de endometriosis realizado después de la visualización de las lesiones mediante imágenes (ecografía transvaginal o resonancia magnética). “Por otro lado, esta prueba es interesante en las primeras etapas de la endometriosis peritoneal, que a menudo son invisibles en la resonancia magnética”.
Desarrollado por la start-up francesa Ziwig, la prueba Endotest® consiste en analizar, a partir de una muestra de saliva, 109 microARN implicados en la fisiopatología de la endometriosis. Estos biomarcadores que constituyen una firma de la endometriosis están particularmente relacionados con la inflamación, la inmunidad y la proliferación celular.
Reducir el error diagnóstico
Un primer estudio publicado en 2022 reveló resultados prometedores con esta prueba para el diagnóstico de la endometriosis, que mostró una sensibilidad (“tasa de verdaderos positivos”) del 96 %. Su interés se confirmó recientemente en el estudio EndomiRNA Saliva Test, que también reveló una especificidad (tasa de verdaderos negativos) del 95 % en los primeros 200 pacientes participantes.[2]
Aún no se conocen los resultados finales, pero la prueba ya está disponible en 12 países. En Francia, la autoridad regulatoria (Haute Autorité de Santé) está debatiendo para definir su lugar en el manejo de la endometriosis y su reembolso. “Esperamos tener una respuesta antes de finales de 2023”, expresó el Dr. Descamps en la edición francesa de Medscape.
“Tan pronto como la prueba esté disponible en Francia, será prescrita por un ginecólogo bajo determinadas indicaciones muy específicas”. La prueba debería suponer un avance importante para el tratamiento de la endometriosis porque ayuda a reducir el error diagnóstico de muchas mujeres que sufren y cuyos exámenes de imagen han sido negativos.
En el centro de referencia sobre la endometriosis EndoRef, del Hospital Universitario de Angers, el Dr. Descamps ve este perfil de mujeres “todos los días” en la consulta. Mujeres jóvenes, con menstruaciones dolorosas desde la pubertad, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), acudiendo a más consultas para encontrar la causa de sus dolores.
Hasta ahora, tras un examen final de resonancia magnética negativo, el tratamiento de estas mujeres conduce a la laparoscopia diagnóstica para explorar la cavidad abdominal y pélvica, en busca de lesiones y tejidos adherentes no visibles en las imágenes. El examen se completa con una biopsia de las lesiones sospechosas.
Una prueba de saliva negativa evitará este examen invasivo. Sin embargo, seguirá siendo necesario en caso de un resultado positivo, para confirmar el diagnóstico. “Las pacientes con una prueba negativa serán derivadas a buscar otros diagnósticos y a un tratamiento multidisciplinar del dolor”.
Diagnóstico no quirúrgico
La llegada de esta prueba debería acentuar el declive de la cirugía que se ha observado recientemente en el tratamiento de la endometriosis. Si bien la visualización de las lesiones mediante laparoscopia con confirmación histopatológica ha sido durante mucho tiempo el estándar para diagnosticar la endometriosis, ahora se recomienda el diagnóstico no quirúrgico basado en exámenes clínicos e imágenes.
“Anteriormente, durante el diagnóstico quirúrgico, las lesiones se operaban sistemáticamente. En estas condiciones, las intervenciones no siempre se realizan bien y las recurrencias son frecuentes”, comentó el Dr. Charles Chapron del Hôpital Cochin en París, Francia, que habló en el congreso para discutir los avances en el tratamiento a cargo de la endometriosis.[3]
El diagnóstico de endometriosis se basa, en primer lugar, en el examen físico y el interrogatorio para buscar en particular los antecedentes familiares, recordó el ginecólogo. Así, cuando un familiar de primer grado (madre, hermana o hija) tiene endometriosis grave, el riesgo de desarrollar esta patología es de 6 a 9 veces mayor.
Dado que los síntomas de la endometriosis aparecen en el 70 % de los casos durante la adolescencia, es especialmente importante interrogar a las mujeres durante este periodo para saber, por ejemplo, si ya tuvieron periodos dolorosos y si tomaron anticonceptivos hormonales para aliviarlos.
Las mujeres con endometriosis también presentan enfermedades alérgicas o autoinmunes (lupus, asma, etc.) con mayor frecuencia, y es que, además del dolor que puede manifestarse como dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) y dismenorrea (menstruación dolorosa), la endometriosis generalmente se asocia con la infertilidad.
Planear la cirugía
Si se sospecha endometriosis, es necesario obtener imágenes haciendo primero una ecografía transvaginal para buscar lesiones profundas y endometriosis ovárica. En cuanto a las lesiones superficiales, “siguen siendo apenas visibles con las técnicas de imagen actuales”, explicó el Dr. Chapron. Después, la resonancia magnética puede completar el mapeo de las lesiones.
Una vez realizado el diagnóstico mediante imágenes, se recomienda el tratamiento hormonal como primera intención. “Los tratamientos hormonales son muy eficaces para el dolor y el sangrado”. Varias sociedades científicas consideran ahora que se puede instaurar un tratamiento médico sin pruebas histológicas.
Según las últimas recomendaciones de la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE), se deben utilizar como primera línea los anticonceptivos orales (idealmente en esquema continuo) y progestágenos como dienogest.[4] En segunda línea están los análogos de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), así como los antagonistas de esta, mejor tolerados, que deberían llegar pronto al mercado.
La cirugía se recomienda en casos de dolor persistente o cuando la paciente desea un embarazo, en cuyo caso el tratamiento quirúrgico de la endometriosis tiene la ventaja de tratar también la infertilidad. La tasa de embarazo después de la cirugía es del 30 % al 40 %. Para quienes no deseen someterse a una cirugía, se puede considerar la reproducción médicamente asistida.
Ahora, para la atención de la endometriosis, consideramos que “el tratamiento médico permite planificar la cirugía y elegir el mejor momento para realizar la intervención”, subrayó el Dr. Chapron. Por tanto, esta puede retrasarse varios años siempre que el tratamiento sea eficaz y no exista deseo de embarazo, incluso en el caso de lesiones profundas.
“Hoy en día tratamos médicamente la endometriosis infiltrante profunda intestinal, algo que no ocurría hace 5 o 7 años. Las pacientes pueden encontrar alivio tomando, por ejemplo, dienogest y tal vez nunca deban someterse a una cirugía”.