Enfermedad cerebrovascular en pacientes jóvenes: aspectos claves de la literatura
- netmd
- 15 de julio de 2021
- Neurología
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RESUMEN
La enfermedad cerebrovascular (ECV) es una patología con una alta tasa de morbimortalidad. Los adultos jóvenes, que se ubican entre las edades de 15 a 50 años, representan hasta el 15% de los casos. Aparte de los factores de riesgo tradicionales, también se observan otros factores como: consumo de cannabis, cocaína y metanfetaminas. La ECV de origen isquémico sigue siendo el evento cerebrovascular más frecuente, sin embargo, el porcentaje del hemorrágico aumenta en comparación con el resto de la población adulta. Otras causas incluyen: malformaciones arteriovenosas, aneurismas, cardiopatía embolica, enfermedades autoinmunes, trombofilias, entre otras patologías. La clínica es muy variada, pudiendo cursar con síndrome piramidal caracterizado por hemiplejia o hemiparesia, alteraciones en la marcha, hiperreflexia, hipertonía e hipotrofia. Además, el paciente puede presentar afasia, crisis epilépticas y síndrome vestibular. Sin embargo, existen casos en los que no se evidencian factores de riesgo clásicos y el diagnóstico etiológico se vuelve un reto, haciendo necesario la realización de estudios más especializados en búsqueda de la patología de base desencadenante. El abordaje terapéutico siempre va a estar acompañado de la detección y el manejo de la causa desencadenante.
INTRODUCCCIÓN
La enfermedad cerebrovascular tiene una incidencia entre 6-20 casos por cada 100000 habitantes/año y se estima que hasta un 15% ocurre en la población joven. Se habla de paciente joven cuando abarca la edad entre 15-45 años. Para algunos autores hasta los 50 años (1-3). Algunos reportes han demostrado que es más frecuente en mujeres entre las edades de 20 y 30 años y hombres mayores de 35 años (4). Los casos de ECV, en general, han aumentado en los últimos años, tan solo del 1990 a 2010 pasaron de ser la quinta a causa de discapacidad a ubicarse en la tercera posición (5). Este aumento se atribuye, en parte, al creciente número de casos de ECV de etiología isquémica en esta población y al aumento de los factores de riesgo tradicionales, sin olvidar que en esta grupo un factor de riesgo importante lo constituye el abuso de sustancias psicoactivas (6,7). A pesar de que no es un evento esperado, en la población joven existen algunos factores causales comunes con el paciente adulto, destacándose que en ocasiones los pacientes jóvenes se presentan en la urgencia con un cuadro clínico típico, sin ningún factor de riesgo convencional asociado (8,9).
ETIOPATOGENIA Y FACTORES DE RIESGO
En los pacientes jóvenes es mayor el porcentaje de enfermedad cerebrovascular hemorrágica en comparación con otros grupos etarios, sin embargo, el ataque cerebrovascular isquémico sigue siendo el tipo más frecuente, mientras que la etiología hemorrágica es secundaria principalmente a hemorragia subaracnoidea desencadenada por malformaciones arteriovenosas o ruptura aneurismática, cabe destacar, no obstante, que un pequeño grupo resulta con etiología desconocida (1,10).Por otro lado, en los casos isquémicos hay protagonismo de la cardiopatía embólica y la ateroesclerosis temprana de grandes vasos, que se ve más reflejada en el subgrupo de 35-45 años (1,8). Con respecto a las causas no ateroescleróticas, debe mencionarse la disección de arterias extracraneales, que puede ser espontánea, postraumática o asociarse con enfermedades del tejido conectivo como el síndrome de Marfan o Ehlers-Danlos (1,7). En el abordaje del paciente joven hay que tener en cuenta una serie de factores de riesgo diferentes a los clásicos. En este sentido, el abuso de sustancias como la cocaína, las metanfetaminas y el cannabis se ha relacionado con una teoría de vasoconstricción transitoria a nivel cerebral (7,11), por lo que en estos pacientes el consumo de sustancias psicoactivas destaca como factor de riesgo. En el caso de la cocaína, se le ha atribuido un aumento en el riesgo de hasta 5,7 veces de desarrollar ataque cerebrovascular, las metanfetaminas, por otro lado, aumentan el riesgo debido a la taquicardia, la hipertensión y la vasculitis que ocasionan en el paciente, lo que se relaciona con patología hemorrágica cuando se consumen de forma oral o inyectada, y en caso de ser inhaladas, con patología isquémica (6,10). Además de las metanfetaminas o la cocaína, el uso de cannabis también se ha relacionado con aumento en el riesgo debido al desarrollo de arritmias cardiacas, hipotensión e hiperplasia de la íntima vascular (6,11-13), en especial en aquellos usuarios que fuman más de 10 cigarrillos por mes (OR: 2,45, IC 95%: 1,31-4,60) (12). En cuanto a los factores de riesgo clásicos, estos son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, la dislipidemia, el uso oral de anticonceptivos, el embarazo y factores psicológicos como el síndrome de estrés postraumático (6,10,14-18)
Giancarlos Conde-Cardona (2), Juan Camilo Medrano-Carreazo (1,3), Michelle Daniela Parada-Artunduaga (1,4), John Mario Maldonado-Brigante (1), Iván Dario Quintero-Marzola (1,5), Jorge Armando Yepes-Caro (1,6), Luis Rafael Moscote-Salazar (1,7)
(1)Centro de Investigaciones Biomédicas (CIB), Facultad de Medicina — Universidad de Cartagena, Cartagena Colombia.
(2)Médico especialista en Neurología Unisinu, profesor de medicina de la corporación universitaria Rafael Núñez. Grupo GINUMED, Cartagena, Colombia.
(3)Médico. Facultad de Medicina – Universidad de Cartagena. Cartagena de Indias, Colombia.
(4)Médico de urgencias. Facultad de Medicina – fundación universitaria Juan N. Corpas. Bogotá, Colombia.
(5)Médico. Facultad de Medicina – Universidad Libre de Barranquilla, Colombia
(6)Médico especialista en medicina interna. Facultad de Medicina – Universidad de Cartagena. Cartagena de Indias, Colombia.
(7)Médico Especialista en Neurocirugía. Facultad de Medicina – Universidad de Cartagena. Cartagena de Indias, Colombia
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