¿Es la angiotomografía computarizada la mejor prueba inicial para el dolor torácico?

La limitación más importante del estudio fue que no utilizaron datos a nivel de pacientes individuales, lo cual les habría permitido analizar la repercusión del género, la edad y el riesgo cardiovascular individual del paciente en las diferentes modalidades, dijo el Dr. Foy. Tampoco pudieron evaluar las diferencias en la exposición a la radiación o la repercusión de los hallazgos cardiacos y pulmonares incidentales identificados con la angiotomografía computarizada cardiaca.

“Esta cuestión no solo se trata de si reduce el infarto de miocardio en una fracción muy pequeña”, dijo el Dr. Foy. “Hay otras implicaciones que son realmente importantes: la exposición a la radiación, los hallazgos incidentales y desde luego, el costo de todas estas pruebas subsiguientes”.

“Es extremadamente improbable que la reducción en el infarto de miocardio, aun cuando sea real, pueda contrarrestarse o sea rentable cuando se toman en cuenta todas estas pruebas subsiguientes y seguimiento de hallazgos incidentales que derivarían de la tomografía computarizada cardiaca”.

En un estudio observacional extenso de pacientes con enfermedad coronaria estable de Dinamarca, que según señalaron los editorialistas tuvo resultados “notablemente similares” a los del metanálisis, los costos promedio de pruebas, procedimientos invasivos y medicamentos subsiguientes fueron mayores después de la angiotomografía computarizada coronaria que de las pruebas funcionales (995 USD frente a 718 USD; p < 0,001).

En su comentario a Medscape mediante correo electrónico, el Dr. Mads E. Jørgensen, autor principal del estudio danés, de la University of Copenhaguen, en Copenhague, Dinamarca, dijo: “La elección inicial de las pruebas no invasivas en pacientes con enfermedad coronaria sospechada afecta al manejo clínico subsiguiente del paciente, pero aún se desconocen los mecanismos exactos o las relaciones causales entre los cambios en el manejo clínico del paciente y los riesgos más bajos de infarto de miocardio”.

Además, agrego que se ha de incorporar más información a “estudios observacionales futuros” incluyendo datos sobre pruebas sanguíneas (concentraciones de lípidos), y resultados de pruebas invasivas y revascularizaciones.

“Mientras tanto, es importante que los médicos tomen en cuenta los efectos subsiguientes de las pruebas iniciales, que ahora se han confirmado una y otra vez”, concluyó el Dr. Jørgensen.

El Dr. Foy, sus coautores, los Dres. Villines y Shaw informan no tener conflictos de interés económico pertinentes. La Dra. Redberg es la editora de JAMA Internal Medicine pero no intervino en las decisiones relacionadas con el análisis o la aceptación del manuscrito. El coautor Dr. John Mandrola es columnista de theheart.org en Medscape. Budoff informó llevar a cabo investigación para el National Institutes of Health y General Electric. El Dr. Jørgensen informó no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

 

https://espanol.medscape.com/verarticulo/5901982

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