Espondilolistesis traumática lumbosacra: Reporte de cuatro casos y revisión de la bibliografía

Resumen

En 1976, Wiltse y cols. clasificaron a las espondilolistesis en cinco tipos, según su etiología: displásica, ístmica, degenerativa, tumoral y traumática. Esta última es una de las más infrecuentes; hasta la fecha, se han publicado muy pocos casos. Las espondilolistesis traumáticas son lesiones poco frecuentes. Su causa suele estar relacionada con traumas de alta energía y es frecuente su asociación con lesiones de órganos abdominales, craneoencefálicos y tórax. La gran mayoría de estas lesiones son habitualmente de resolución quirúrgica por su alta inestabilidad. Se presentan cuatro pacientes operados en el último tiempo, con un seguimiento mínimo de 4 años, y una revisión actualizada de la literatura.

Casos clínicos

Cuatro pacientes con espondilolistesis lumbosacra de origen traumático, tres casos en el segmento L5-S1 y uno en S1-S2. La edad promedio en el momento de la lesión era de 32.2 años (rango de 25 a 54), todos eran hombres.
La lesión se había producido por traumatismo de alto impacto: en un caso, al caer de un caballo y, en los restantes, por accidentes automovilísticos.
Es interesante destacar que solamente un paciente presentaba signos de lesión radicular al tener una marcada disminución de la flexión dorsal del pie izquierdo (M3); otro sentía dolor en el territorio de la raíz S1 que mejoró tras la descompresión y los dos restantes no mostraban signos de compromiso saco-radicular.
Al analizar los estudios por imágenes, se detectó que tres pacientes presentaban espondilolistesis traumática como única lesión de la columna, mientras que, en un caso, se asoció además con una fractura por estallido de L2 (tipo A4 de la Clasificación AO).3
Al internarse la mayoría de los pacientes (tres) sufría lesiones de órganos abdominales que necesitaron resolución quirúrgica en primera instancia y dilataron el tratamiento del esqueleto axial para una segunda etapa. Todos los casos se resolvieron quirúrgicamente mediante una descompresión saco-radicular y una estabilización instrumentada por vía posterior. Un paciente evolucionó con una infección aguda del sitio quirúrgico que requirió toilette a las dos semanas, más tratamiento antibiótico, con una buena evolución. En este caso, fue necesario un abordaje anterior para la estabilización de la fractura por estallido de L2, el cual se realizó a los ocho meses del tratamiento inicial de la luxo-fractura lumbosacra. Durante la cirugía, los cuatro pacientes tenían una gran inestabilidad segmentaria con un marcado compromiso de la integridad ligamentaria, por lo que se decidió la instrumentación de los dos segmentos cefálicos y dos puntos de anclaje caudales a la lesión en todos. En el paciente con la fractura de L2, la instrumentación se prolongó hasta T11.
Solo uno de los casos presentó signos de seudoartrosis a través de la ruptura de una de las barras, y fue necesaria la revisión al sexto mes de la cirugía. A largo plazo todos reanudaron su vida cotidiana con un nivel de actividad similar a aquel previo a la lesión (Figuras 1-3).

Juan Pablo Guyot*, Emanuel Zaragoza#, Ruy Lloyd*,#, Raúl Furmento#, Federico Gelosi*,#

*Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital Universitario Austral, Pilar, Buenos Aires
#Servicio de Ortopedia y Traumatología, Hospital Británico de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Dr. Juan Pablo Guyot • juanpabloguyot@gmail.com

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1852-74342017000300011&lng=es&nrm=iso&tlng=es