Finalmente sabemos por qué nuestras bocas pueden curarse tan rápidamente
- netmd
- 20 de septiembre de 2018
- Dermatología
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Ago 13, 2018
Tu boca es extraña. Puede que no hayas pensado realmente en ello, pero la piel en el interior de tu pastel se cura increíblemente rápido, en comparación con, por ejemplo, cortes en la rodilla o esa herida en la espalda. Sin embargo, no está claro por qué, pero un nuevo estudio, descubierto por Gizmodo, hirió a 30 humanos sanos para descubrirlo.
El equipo, dirigido por el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, hizo pequeñas heridas en el interior de sus mejillas y otras en sus brazos para comparar. Vieron como sanaron con el tiempo; se tomaron muestras de piel y se examinaron las maquinaciones moleculares de las muestras.
Las heridas en la boca parecieron ser asumidas por el proceso de curación inmediatamente después de que se formaron, pero las heridas del brazo fueron más lentas para recuperarse, como era de esperar. No solo eso, sino que hubo considerablemente menos cicatrices en la boca, algo que probablemente nunca habrías apreciado realmente teniendo en cuenta que es un poco difícil de ver.
Escribiendo en Science Translational Medicine, el equipo de explicar que había un número mucho mayor de genes regulados hasta en las muestras de piel relacionados con la reparación de la piel días después de que se infligió la lesión. En otras palabras, los genes que influyen en la curación de la piel estaban mucho más activados que en el sitio de la lesión interna de la mejilla más adelante. Esto coincide perfectamente con el período de curación más largo para las heridas de la piel.
Al mismo tiempo, el equipo descubrió que los factores de transcripción se regulaban de manera constante en las heridas orales. Ahora, los factores de transcripción son proteínas, y al unirse al ADN, pueden activar o desactivar genes específicos, por así decirlo.
Parece que se activaron no solo cuando la lesión se produjo en la boca, sino también de antemano.
Piénselo de esta manera: el mecanismo de curación siempre está activo en la boca, como si estuviera en alerta roja. Este no es el caso en la piel, donde el gran botón rojo tiene que presionarse para comenzar el proceso de curación.
Para verificar sus hallazgos, el equipo recurrió a ratones con heridas en la piel. Al asegurarse de que algunos de los factores de transcripción se activaron más de lo que lo estarían, los investigadores encontraron que la curación se mejoró.
Aunque este estudio representa un avance clave para el campo, aún quedan muchas más preguntas sobre la variabilidad en cómo se curan nuestras partes del cuerpo.
No está claro, por ejemplo, por qué algunos de nuestros órganos pueden regenerarse, como el hígado, lo que significa que ha vuelto a su estado normal, mientras que otros, como nuestros ojos o corazón, solo pueden reparar el daño en reparaciones imperfectas. Incluso cuando somos capaces de regenerar el tejido requerido, otros animales, como las salamandras, sin duda nos hacen latir: pueden volver a crecer miembros perdidos, y parece que esta habilidad, aunque hipotéticamente posible en humanos, se perdió hace mucho tiempo.
Sin embargo, este documento insinúa un futuro en el que podemos utilizar la huella genética única en nuestra boca para reparar heridas externas que cicatrizan mucho más lentamente, o no sanan en absoluto.
Sin embargo, va a ser más complicado que eso. Una revisión reciente que señala que el “microambiente” de la cicatriz, el sistema inmune de la persona, el tipo de células presentes y las proteínas inflamatorias desempeñan un papel.