Grandes y persistentes ataques de depresión dejan una marca en el cerebro

Los científicos están aprendiendo  más y más sobre los signos físicos de la depresión. Estudios previos han demostrado que la depresión persistente está relacionada con una disminución del hipocampo, la parte del cerebro involucrada en forjar nuevos recuerdos. Ahora, un estudio publicado en The Lancet Psychiatry ha encontrado que los años de depresión pueden dejar una marca en el cerebro.

En pacientes con episodios prolongados de depresión no tratada que duró 10 años o más, los investigadores detectaron niveles significativamente más altos de inflamación en comparación con aquellos que no habían experimentado la afección durante tanto tiempo o en absoluto.

“Mayor inflamación en el cerebro es una respuesta común con enfermedades cerebrales degenerativas a medida que avanzan, como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson”, explicó en una declaración Jeff Meyer, autor principal y Cátedra de Investigación de Canadá en Neuroquímica de la Depresión Mayor.

La depresión no se clasificaría como una enfermedad cerebral degenerativa como el Alzheimer o el Parkinson, pero los resultados aquí parecen sugerir que, para muchos, es una condición progresiva (en lugar de estática). Si esto es cierto, podría tener algunas implicaciones importantes cuando se trata de tratamiento.

Para el estudio, los investigadores del Centro para la Adicción y la Salud Mental (CAMH) de Toronto midieron las proteínas translocadoras (TSPO), que son producidas por la microglia del cerebro cuando se activan.

La microglía compone del 10 al 15 por ciento de las células cerebrales y es responsable de controlar la respuesta inmune en el sistema nervioso central (SNC), eliminando las neuronas muertas y los restos celulares como si una aspiradora pudiera limpiar la suciedad. Desempeñan un papel importante en la respuesta inflamatoria saludable del cerebro al trauma, pero también pueden causar una neuroinflamación excesiva.

Ochenta voluntarios participaron en el estudio: 25 participantes tenían un historial de la enfermedad que duraba 10 años o más, 25 tenían depresión durante nueve años o menos, y otros 30 no tenían depresión.

Los dos grupos con depresión mostraron niveles más altos de TSPO que los controles sanos, pero aquellos con 10 años o más de depresión no tratada tenían niveles considerablemente más altos de inflamación cerebral que aquellos con menos. Los niveles de TSPO en este grupo fueron entre 29 y 33 por ciento más altos en varias regiones cerebrales que aquellos con períodos más cortos de depresión no tratada y de 31 a 39 por ciento mayores que los controles.

¿Qué significa esto? El estudio fue a pequeña escala, pero tiene el potencial de revolucionar la forma en que tratamos las etapas posteriores de la depresión o, al menos, nos hace reevaluar los tratamientos actuales.

En este momento, no importa cuánto tiempo o qué tan persistente ha sido el estado de un paciente, un médico utilizará los mismos métodos que lo haría con otra persona con depresión. Pero en un futuro no muy lejano, los médicos podrían estar buscando medicamentos actuales para la inflamación en otras enfermedades para tratar la depresión mayor persistente.

Fuente: www.iflscience.com 

http://blog.diagnostrum.com/2018/03/01/grandes-y-persistentes-ataques

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