Hacia un enfoque multidisciplinar de los cuidados intensivos

11-06-2021
La adaptación del ámbito hospitalario durante la pandemia ha obligado a una redistribución de funciones y de nuevos planteamientos que se han acentuado sobre todo en los servicios de cuidados intensivos, donde la atención a la COVID- 19 ha sido vital. En la etapa POS-COVID, la tendencia pasa por apostar por la versatilidad en los recursos humanos, favoreciendo la convivencia entre especialidades en la atención al paciente crítico.

__Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se definen, según el Ministerio de Sanidad, como organizaciones de profesionales sanitarios que ofrecen asistencia multidisciplinar en un espacio específico del hospital, que cumplen unos requisitos funcionales, estructurales y organizativos, de forma que garantiza las condiciones de seguridad, calidad y eficiencia adecuadas para atender pacientes que, siendo susceptibles de recuperación, requieren soporte respiratorio o que precisan soporte respiratorio básico junto con soporte de, al menos, dos órganos o sistemas; así como todos los pacientes complejos que requieran soporte por fallo multiorgánico.

Numerosos servicios de Anestesiología de nuestro país incluyen en su cartera de prestaciones los cuidados intensivos en Unidades de Reanimación /UCI de Anestesia que, en muchos casos, son prestigiosas por complejidad y número de camas. Otros servicios que no los contemplan suelen disponen de cuidados intermedios representados en unidades de reanimación de menor nivel o unidades de recuperación en las que se atienden a pacientes en riesgo de deterioro clínico, y que pueden escalarse fácilmente a unidades de mayor complejidad.

Actualmente, el SNS cuenta con cerca de 7.000 anestesiólogos, de los cuales casi el 50% son socios de la SEDAR, sin duda, un número alto de especialistas que da potencia al sistema sanitario. De ellos, unos 1.000 se dedicaban habitualmente, antes de la pandemia, a cuidados intensivos en 90 de las UCI adjudicadas a anestesiología (datos 2016).

Los especialistas en Anestesiología tienen competencias en cuidados intensivos inherentes al cuerpo doctrinal de nuestra especialidad“, afirma el Dr. Fernando Ramasco, vicepresidente de la Sección Cuidados Intensivos de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR).

Lo que Anestesiología ofrece, señala el también jefe de Sección de Anestesia y Reanimación del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, “es la versatilidad de unidades que pueden oscilar desde intermedios hasta ofrecer la máxima complejidad posible en la atención al paciente crítico. Esta fortaleza, que debería ser vista así por cualquier responsable de la Administración que quiera conjugar eficacia y calidad, ha sido en ocasiones nuestra debilidad al no ser entendida como fortaleza por los responsables sanitarios. Anestesiología no quiere vender humo, ni privilegios, sino que es una especialidad con vocación de servir al paciente, a los compañeros para que puedan realizar su trabajo como en el caso de los cirujanos, y por ende a la sociedad“. “Sin nuestros profesionales de Anestesiología hubiera sido imposible la atención al paciente crítico durante la pandemia“, remarca.

De ahí que, para mantener la sostenibilidad del modelo asistencial actual en las UCI lo que se necesita, como apunta al respecto el Dr. Ramasco, “son profesionales que tengan competencias en cuidados intensivos y que, además, sean capaces a partir de su especialidad primaria de poder ejercer otras competencias, si no el modelo sería insostenible“. “Anestesiología -añade- ha sido un ejemplo, formando a través de proyectos europeos a otros profesionales y a enfermería en competencias básicas de cuidados intensivos“.

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