Identifican proteínas cerebrales que podrían influir en que el autismo ocurra más en niños que en niñas
- netmd
- 13 de mayo de 2019
- Psiquiatría
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2 de abril de 2019
En el marco del Día Mundial del Autismo, que se celebra hoy 2 de abril, investigadores de la Universidad de New Hampshire (Estados Unidos) dijeron estar un paso más cerca para ayudar a responder la pregunta de por qué el autismo es cuatro veces más común en niños que en niñas, ya que lograron identificar y caracterizar la conexión de ciertas proteínas en el cerebro con los trastornos del espectro autista (TEA).
«Nuestro estudio es el primero en analizar la regulación sesgada por el género de las proteínas en el cerebro y cómo podrían jugar un papel en propiciar cambios anormales en el cuerpo que resultan en el autismo«, dijo Xuanmao (Mao) Chen, profesor asistente de neurobiología en la citada universidad. «Nuestros hallazgos apuntan a una nueva dirección para la investigación del autismo y sugieren posibilidades prometedoras para crear nuevas estrategias de tratamiento«.
En el estudio, publicado recientemente en la revista Frontiers in Cellular Neuroscience, los investigadores analizaron una enzima llamada AC3 que está genéticamente relacionada con el trastorno depresivo mayor (TDM), la obesidad y los trastornos del espectro autista (TEA). Sin embargo, no se sabe mucho acerca de la función de AC3 en el cerebro. Lo que se sabe es que muchos trastornos del desarrollo neurológico o enfermedades psiquiátricas, como la depresión y el autismo, muestran diferencias profundas entre los hombres y las mujeres, conocidas como dimorfismo sexual. Por ejemplo, las mujeres tienen un mayor riesgo de depresión, mientras que el autismo afecta más a los hombres, con una proporción de cuatro a uno de niño a niña. El problema es que no está claro qué ocasiona estas diferencias.
Utilizando un modelo de ratón, los científicos analizaron más de cerca la fosforilación en el cerebro, un proceso en el que grupos químicos llamados fosfatos se adhieren a las proteínas para regularlas, a fin de observar cuáles se veían influenciadas según el género. De esta forma, identificaron 204 proteínas que estaban más reguladas en los ratones hembra que en los machos. De ellas, un gran porcentaje (31%) se asoció con el autismo.
«Nuestros resultados sugieren que las proteínas en el cerebro femenino, particularmente las relacionadas con el autismo, están más estrechamente reguladas que las del cerebro masculino, lo que posiblemente ayuda a prevenir el desarrollo del autismo en las mujeres«, dijo Chen.
Los investigadores señalaron que la evolución posiblemente participa en la forma en que estas proteínas se comportan basándose en los roles o funciones clave de cada sexo. El rol femenino tradicionalmente ha sido realizar varias tareas múltiples como la crianza de los hijos, el cuidado de la familia, el hogar y la preparación de comidas, mientras que las tareas masculinas se centraban más específicamente en funciones como la caza y la recolección. Se puede apreciar este rasgo altamente enfocado en los hombres con autismo que son muy inteligentes pero tienden a fijarse en una cosa en particular y no les interesa tener (o no pueden manejar) otras interacciones sociales.
Chen afirma que esta investigación aún se encuentra en la fase inicial con modelos animales y se necesitan más estudios, pero tiene la esperanza de que pueda abrir una nueva dirección en la investigación, y de que algún día pueda conducir a un nuevo tratamiento farmacológico.