Índice de choque como marcador inicial de choque hipovolémico en hemorragia obstétrica de primer trimestre 73

RESUMEN

La hemorragia obstétrica continúa siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad materna a nivel mundial siendo mayor en países en vías de desarrollo. Estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que entre 25-30% de muertes maternas se deben a hemorragia obstétrica, tales muertes inician usualmente al relacionarse con el desarrollo de choque hemorrágico y sus consecuencias, especialmente la disfunción orgánica múltiple. La hemorragia obstétrica se define como la pérdida sanguínea mayor o igual a 500 mL. El índice de choque (IC) se define como la frecuencia cardiaca dividida por la presión arterial sistólica, fue introducida por primera vez en 1967 por Allgöwer y Burri. Se ha estudiado en pacientes con y sin trauma y se usa en la práctica clínica para evaluar el choque hipovolémico o la gravedad del choque no hipovolémico y para ayudar al tratamiento agudo en este contexto. En la población normal no embarazada, el rango del IC normal es 0.5-0.7 y un IC › 0.9 se ha asociado con una mayor mortalidad. En el presente trabajo se realizó la correlación del índice de choque como marcador inicial de choque hipovolémico en pacientes con hemorragia obstétrica del primer trimestre. Se realizó un estudio observacional, prospectivo, transversal y analítico en pacientes de todas las edades con hemorragia obstétrica del primer trimestre. Se observó que el índice de choque en las pacientes con diagnóstico de hemorragia obstétrica de primer trimestre se asocia significativamente con inestabilidad hemodinámica y mayor probabilidad de requerir productos sanguíneos.

INTRODUCCIÓN

El índice de choque (IC) se define como la frecuencia cardiaca (FC) dividida por la presión arterial sistólica y fue introducida por primera vez en 1967 por Allgöwer y Burri. Se ha estudiado en pacientes con y sin trauma y se usa en la práctica clínica para evaluar el choque hipovolémico o la gravedad del choque no hipovolémico y para ayudar al tratamiento agudo en este contexto. En la población normal no embarazada, el rango del IC normal es 0.5-0.7. Un IC > 0.9 se ha asociado con una mayor mortalidad.1-4 Aunque se ha informado que el IC es un complemento útil en las poblaciones no embarazadas, no se ha evaluado, hasta donde sabemos, en una población embarazada. Por lo tanto, un «IC obstétrico» que refleja los cambios fisiológicos en el sistema cardiovascular (en FC y presión arterial sistólica) durante el embarazo puede ser útil para identificar una pérdida de sangre significativa antes de cualquier cambio en la presión sistólica.5 Durante el embarazo se produce una serie de cambios anatomo-fisiológicos en el organismo. Estos cambios se relacionan tempranamente con las demandas metabólicas del feto, placenta y útero, por un lado, y, por otro, con los niveles en aumento de las hormonas del embarazo, especialmente la progesterona y los estrógenos. Luego, a partir de la mitad del embarazo, los cambios anatómicos son provocados por la acción mecánica del útero en crecimiento. Es muy importante reconocer estas modificaciones por las implicaciones clínicas que representan. En un embarazo normal se produce una serie de cambios cardiovasculares, como el aumento del gasto cardiaco, la distensibilidad arterial y el volumen de líquido extracelular o la disminución de la presión arterial (PA) y la distensibilidad periférica total. Durante el embarazo, la PA media disminuye gradualmente hasta llegar a su pico más bajo entre las semanas 16 y 20; y a partir de la mitad del tercer trimestre comienza a subir hasta llegar a cifras cercanas a las de antes del embarazo. Esta disminución de la PA afecta tanto a la PA sistólica (PAS) como a la PA diastólica (PAD), aunque la disminución de la PAD es mayor. Además, el flujo sanguíneo hacia ciertos órganos aumenta para cubrir las mayores necesidades metabólicas de los tejidos, de modo que el retorno venoso y el gasto cardiaco aumentan drásticamente durante el embarazo. El gasto cardiaco va aumentando durante los primeros dos trimestres hasta alcanzar sus valores más altos hacia la semana 16 de gestación. En la quinta semana de gestación se encuentra ya establecido este aumento del gasto cardiaco, que llega hasta 50% por encima de los valores previos al embarazo entre las semanas 16 y 20. A las 20 semanas deja de subir y permanece elevado hasta el parto. Esta elevación se asocia con un aumento del volumen sistólico y la FC. Durante el embarazo hay vasodilatación de la vasculatura sistémica desde las cinco semanas de gestación. En el primer trimestre disminuye considerablemente la resistencia vascular periférica, que desciende a su punto más bajo durante la mitad del segundo trimestre, con una ulterior meseta o un leve aumento durante el resto del embarazo. La disminución es de alrededor de 35-40%.

Mtchel Eréndira Contreras Martínez,* Aurea Carmona Domínguez,* Felipe de Jesús Montelongo*

* ISEM Las Américas. Ecatepec, Estado de México

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