Información limitada sobre los efectos del consumo de alcohol durante el embarazo

 

Los riesgos de beber esporádicamente, en comparación con la abstinencia, durante el embarazo no están bien documentados en la literatura, según los autores de una revisión sistemática exhaustiva y metanálisis.[1]

“Pese a la diferencia entre la bebida en escasa cantidad y la abstinencia son el punto de más tensión y confusión para los profesionales sanitarios y las mujeres embarazadas y han contribuido a una guía y asesoría incongruente tanto ahora como en el pasado, nuestro extenso análisis demuestra que esta cuestión específica no se está investigando con el detalle suficiente, en el mejor de los casos”, informan en BMJ Open Loubaba Mamluk, PhD, de la School of Social and Community Medicine, en la University of Bristol, Reino Unido, y sus colaboradores.

Para determinar los efectos de los grados bajos a moderados del consumo materno de alcohol (32 gramos o menos por semana) sobre el embarazo y los desenlaces en la descendencia a más largo plazo, los investigadores analizaron estudios observacionales publicados desde 1950 hasta el 11 de julio de 2016, de mujeres embarazadas o mujeres que trataban de concebir, quienes evaluaron en forma prospectiva la exposición prenatal al alcohol.

Se seleccionó el umbral de 32 g/semana en virtud de que esta era la cantidad considerada, hasta en tiempos recientes, el límite superior de lo aceptable (aunque no recomendado) con base en las guías de Reino Unido. Desde entonces las guías se han actualizado para recomendar que las mujeres se abstengan de todo alcohol cuando estén embarazadas o al tratar de concebir, señalan los autores en su artículo. Hacen notar que esta recomendación, que es congruente con las recomendaciones alimentarias estadounidenses de2015-2020publicadas por Centers for Disease Control and Prevention (CDC), es una recomendación precautoria, más que basada en evidencia.

De los 4.680 resúmenes identificados, 24 estudios prospectivos y dos cuasiexperimentales cumplieron los criterios de inclusión y se tomaron en cuenta para el análisis.

Las variables de interés relacionadas con el embarazo fueron óbito fetal; aborto espontáneo; duración de la gestación; parto prematuro; trastorno hipertensivo del embarazo; diabetes gestacional; producto pequeño para edad gestacional; líquido amniótico escaso; placenta previa; desprendimiento prematuro de placenta; parto asistido; puntuación de Apgar al nacer; ingreso en la unidad neonatal; y malformaciones congénitas. Los estudios también fueron analizados para identificar desenlaces indicativos del trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF), que comprenden restricción de crecimiento en la infancia, tamaño del cráneo y perímetro cefálico, retraso del desarrollo, problemas de conducta, alteraciones cognitivas y del coeficiente intelectual, así como malformaciones faciales.

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