Interacciones farmacológicas de los antipsicóticos y mortalidad

Resultados

Los participantes tenían 82.9 años en promedio (± 8.8 años) y  71.7% eran mujeres. Se identificaron interacciones farmacológicas con los antipsicóticos en el 46% de la cohorte analizada (n: 278). El 89% de ellos (n: 248) tuvieron una interacción, en tanto que 30 pacientes (11%) reunieron criterios para 2 o más interacciones.

En comparación con la totalidad de la cohorte, los pacientes con interacciones farmacológicas por lo general fueron mujeres, recibieron un mayor número de fármacos y presentaron más enfermedades intercurrentes, sobre todo enfermedad cardíaca isquémica e insuficiencia cardíaca.

Las interacciones más comunes fueron las asociadas con disminución de la presión arterial y mayor riesgo de caídas (n: 210; 34.8% del totalidad de la cohorte); le siguieron en frecuencia las interacciones posiblemente asociadas con prolongación del QT (n: 44; 7.3%), sedación (n: 43; 7.1%) e inhibición del sistema citocromo P-450 (n: 9; 1.5%). La mayoría de los enfermos con posibles interacciones farmacológicas al inicio continuaban con el mismo tratamiento 6 y 12 meses más tarde (64.5% y 61.1%, respectivamente).

Ciento ocho enfermos (17.9%) murieron durante el seguimiento de 12 meses; la mediana del período de observación fue de 11.4 meses en los 2 grupos. En el grupo de exposición a interacciones farmacológicas con los antipsicóticos se observaron índices más altos de mortalidad (59 de 278, incidence rate [IR] = 0.26 por personas/año), en comparación con 49 de 326 pacientes en el grupo sin interacciones con los antipsicóticos (IR = 0.17 por personas/año).

En los modelos con ajuste, el riesgo de mortalidad fue más alto en los pacientes con posibles interacciones farmacológicas con los antipsicóticos respecto del grupo no expuesto a estos fármacos (hazard ratio [HR] = 1.71; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.15 a 2.54). El exceso de riesgo observado para la mortalidad aumentó en relación con el número de interacciones farmacológicas (1 interacción: HR = 1.68, IC 95%: 1.15 a 2.53; 2 interacciones o más: HR = 1.96; IC 95%: 0.90 a 4.25). Al analizar las curvas de supervivencia se comprobó un aumento significativo de la mortalidad en los enfermos expuestos a interacciones farmacológicas con los antipsicóticos respecto de los pacientes sin exposición (p = 0.02).

Discusión

En el presente estudio se comprobó que casi la mitad de los sujetos seniles con deterioro cognitivo residentes en IG tratados con antipsicóticos reciben también, al menos, otro fármaco con posibilidad de interactuar con aquellos. La posibilidad de interacciones farmacológicas se asoció con un aumento aproximado del 70% del riesgo de mortalidad, en comparación con los sujetos tratados con antipsicóticos y con fármacos sin capacidad potencial de interacción.

En abril de 2005, la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos emitió un alerta a partir de la revaloración de 17 estudios aleatorizados y controlados que demostraron un incremento de alrededor de 1.7 veces en el riesgo de mortalidad por cualquier causa en los pacientes seniles con demencia tratados con antipsicóticos atípicos, respecto de placebo. En junio de 2008, el alerta de la FDA se extendió a los antipsicóticos convencionales. Las causas más frecuentes de mortalidad en estos trabajos fueron los eventos cardiovasculares (muerte súbita e insuficiencia cardíaca) y las infecciones (neumonía). Sin embargo, algunos efectos negativos pueden atribuirse a las interacciones farmacológicas que involucran a los antipsicóticos.

En el presente estudio se observó que más del 40% de los posibles efectos adversos, debidos a interacciones farmacológicas, fueron de índole cardiovascular, esencialmente disminución de la presión arterial y prolongación del intervalo QT. El uso simultáneo de  antihipertensivos puede agravar aún más el riesgo de caídas y de síncope. Asimismo, la utilización concomitante de fármacos que prolongan el intervalo QT puede aumentar de modo considerable el riesgo de arritmias con riesgo de vida, potencialmente asociadas con el uso de antipsicóticos.

Diversos estudios demostraron que el exceso de riesgo de paro cardíaco, arritmias ventriculares y accidente cerebrovascular isquémico fue más importante entre los pacientes con antecedentes de enfermedad cardíaca o cerebrovascular tratados con fármacos cardiovasculares. Cabe recordar, también, que los antipsicóticos inducen efectos anticolinérgicos y antihistaminérgicos que incrementan el riesgo de trastornos de la deglución y de neumonía por aspiración. Diversos fármacos con acción anticolinérgica, por ejemplo, algunos antiparkinsonianos y antidepresivos, pueden agravar aún más el riesgo de efectos adversos en asociación con el uso de antipsicóticos.

La mayoría de las consecuencias de las interacciones farmacológicas de los antipsicóticos, como la prolongación del QT, la sedación, la disminución de la presión arterial y los efectos adversos anticolinérgicos, obedecen a mecanismos farmacodinámicos. Entre las interacciones farmacocinéticas, los efectos sobre las isoenzimas del sistema enzimático hepático citocromo P-450 merecen una atención especial.

En un amplio estudio poblacional reciente, los enfermos de edad avanzada tratados por primera vez con quetiapina, risperidona u olanzapina tuvieron casi 70% más riesgo de sufrir insuficiencia renal aguda, posiblemente en relación con la retención urinaria aguda, la rabdomiólisis, la neumonía, el infarto agudo de miocardio y las arritmias ventriculares, vinculados a los antipsicóticos. El deterioro agudo de la función renal puede afectar las propiedades farmacocinéticas de diversos medicamentos.

Los efectos adversos por fármacos se relacionan con una importante morbimortalidad y costos significativos para los sistemas de salud (10% de los costos intrahospitalarios). La implementación de instrumentos aptos para identificar el uso inapropiado de fármacos, como los criterios de Beers y del Screening Tool of Older Person’s Prescriptions (STOPP), podría contribuir a mejorar el abordaje global de los pacientes y reducir el riesgo de efectos adversos secundarios a interacciones farmacológicas. En el caso de los enfermos seniles con compromiso cognitivo, en el momento de decidir la indicación de antipsicóticos se debe prestar especial atención al uso de otros fármacos, sobre todo psicotrópicos y fármacos cardiovasculares, que pueden producir interacciones farmacológicas.

Autor: Liperoti R, Sganga F, Onder F y colaboradores Journal of Clinical Psychiatry 78(1):e76-e82, Ene 2017

http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=90708

Páginas: 1 2