Interpretación de las pruebas usadas para diagnosticar la infección por virus de la inmunodeficiencia humana

Resumen

Desde la aparición de las primeras pruebas de laboratorio que diagnosticaban la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, hace más de treinta años, el avance tecnológico ha permitido contar con una diversidad de pruebas cada vez más sensibles y específicas, cuya adecuada interpretación en la práctica médica diaria es indispensable para el manejo terapéutico de los pacientes. El objetivo de esta revisión es difundir la apropiada comprensión  interrelación de los resultados de aquellas pruebas de uso común actualmente.

INTRODUCCIÓN

En 1981, en los Estados Unidos de América se reportaron los primeros casos de una enfermedad desconocida que producía una intensa inmunodepresión en varones homosexuales, quienes padecían de infecciones oportunistas (neumonía por Neumocystis carinii entre otras) y/o neoplasias malignas poco frecuentes (sarcoma de Kaposi) [1]. En 1983, el doctor Luc Montagnier del Instituto Pasteur de París, reportó el descubrimiento del agente etiológico que llamó virus asociado a linfadenopatía (LAV) [2], denominación que coexistió temporalmente con la propuesta por el médico estadounidense Robert Gallo: HTLV-III. En 1987 un subcomité de la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso el nombre virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) [1]. En 1985 se dispuso de la primera prueba diagnóstica por el método de la inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) [3-6], en 1987 se contó con el Western Blot (WB) [4,7], y en 1989 con la primera prueba para detectar la antigenemia p24 [4]. La primera generación de ELISA tenía una especificidad relativamente baja (95-98%) que mejoró progresivamente con la segunda generación en 1987 [3], la 3ra en 1994 [3] y la 4ta en 2000 [5]. En el Perú, el primer caso se presentó en 1983 [7]; a fines de 1999 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estimaba que los peruanos viviendo con VIH-SIDA eran 44 200 [8]. En 1985 el Navy Medical Research Institute Detachment (NAMRID), un organismo de investigación de la armada norteamericana, introdujo en nuestro país las pruebas diagnósticas, instalando laboratorios en Lima e Iquitos, en los que se efectuaba la prueba de ELISA, y que permitió desarrollar el primer gran estudio de prevalencia del VIH [7,8]. En 1988 la responsabilidad del tamizaje del VIH se transfirió al Ministerio de Salud, que constituyó una red de laboratorios encabezada por el Instituto Nacional de Salud (INS) [7,8]; a partir de 1990 se comenzó a difundir el WB y en la segunda mitad de esa década ocurrió lo propio con la inmunofluorescencia indirecta (IFI) [9]. Luego se introdujeron otras pruebas que mejoraron la performance diagnóstica, haciendo absolutamente indispensable su conocimiento y adecuada interpretación en la práctica médica diaria.

Ricardo Iván Álvarez-Carrasco1a

1 Instituto Nacional Materno Perinatal. a Médico patólogo clínico

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