La aptitud física durante la infancia es vinculada a la salud pulmonar en la edad adulta

La aptitud física durante la infancia puede ofrecer protección contra los problemas pulmonares más adelante en la vida, según muestra un nuevo análisis.[1]

Además, parece existir una relación dosis-respuesta entre el grado de aptitud física desde la infancia a la adolescencia, y la capacidad pulmonar en la edad adulta, informan en un artículo publicado el 1 de febrero en European Respiratory Journal, el Dr. Robert J. Hancox, del Departamento de Medicina Preventiva y Social, de la Dunedin School of Medicine, en la University of Otago, en Dunedin, Nueva Zelanda, y el Dr. Finn Rasmussen, del Departamento de Alergia y Medicina Respiratoria, del Near East University Hospital, en Nicosia, Chipre.

Para evaluar la relación entre la aptitud y la función pulmonar desde la niñez hasta la adultez temprana, los investigadores analizaron los hallazgos de dos estudios poblacionales de la salud y el desarrollo infantil. En el estudio prospectivo, multidisciplinario, Odense, los investigadores dieron seguimiento a 1.369 niños desde el tercer grado hasta los 29 años de edad, realizando espirometrías a intervalos regulares, así como pruebas de capacidad máxima de ejercicio a los 9, 15, 21, y 29 años. En el estudio multidisciplinario Dunedin, los investigadores dieron seguimiento a una cohorte de 1.037 niños que se sometieron a pruebas de espirometría, con el mismo intervalo que en el estudio Odense, y pruebas de aptitud aeróbica a los 15, 26, 32, y 38 años.

Las medidas de interés para el estudio incluyeron la capacidad máxima de ejercicio, el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1), la capacidad vital forzada (FVC), y la relación entre ambos (FEV1/FVC).

Los resultados del estudio Odense mostraron que la aptitud aeróbica aumentó con la edad hasta la adultez temprana, pero disminuyó después de los 21 años, y que el volumen espiratorio forzado en el primer segundo también alcanzó su punto máximo en la adultez temprana, mientras que la capacidad vital forzada continuó incrementándose hasta los 29 años de edad. Se observaron patrones similares en el estudio Dunedin, sin embargo, el declive de la aptitud se observó después de los 26 años, y la capacidad vital forzada aumentó hasta los 32 años.

Utilizando una regresión lineal, los investigadores analizaron las asociaciones entre la aptitud aeróbica máxima y la función pulmonar en cada edad, ajustando para las variables de género, altura, peso, asma y tabaquismo actual (edad ≥15 años).

En ambos estudios, la aptitud aeróbica se asoció con valores más altos de volumen espiratorio forzado en el primer segundo, y capacidad vital forzada en todas las edades. Las mejoras en la aptitud física durante la infancia y la adolescencia, determinadas mediante análisis de regresión lineal, que comparaban cantidad máxima de oxígeno (VO2máx) entre cada edad, y volumen espiratorio forzado en el primer segundo, capacidad vital forzada, o volumen espiratorio forzado en el primer segundo/capacidad vital forzada, a una edad más avanzada, se asociaron con aumentos en los volúmenes pulmonares hasta la adultez temprana.

Los investigadores señalan que los porcentajes de valores previstos para volumen espiratorio forzado en el primer segundo y capacidad vital forzada, fueron de 2% a 3% mayores por cada desviación estándar de mejora en la aptitud durante la adultez temprana. Específicamente, las diferencias en la función pulmonar fueron de hasta 0,5 litros para hombres, y 0,36 litros para mujeres, en la capacidad vital forzada a los 29 años de edad, y 0,35, y 0,21 litros, respectivamente, a los 38 años.

Reconociendo que la fuerza de asociación entre las mejoras de la aptitud física y la función pulmonar son modestas, los investigadores subrayan que no son insustanciales. “En la adultez temprana es cuando tenemos la máxima función pulmonar, y ​​las diferencias de esta magnitud pueden ser clínicamente importantes para algunas personas. Además, las mejoras longitudinales en la aptitud física desde la niñez hasta la adultez temprana se asociaron con una mejor función pulmonar en el adulto, particularmente en hombres. Estos hallazgos pueden tener relevancia para la salud pública, particularmente en vista de la preocupación acerca de la disminución de los niveles de actividad física, y la aptitud física entre los jóvenes”, señalan los autores.

Las asociaciones entre la aptitud física y los volúmenes pulmonares se debilitaron con la edad después de la adultez temprana, y no fueron significativas en los pacientes de edad avanzada. Además, el hecho de que la aptitud física no se asoció con las proporciones de FEV1/FVC, indica que la capacidad aeróbica “se vincula principalmente con el tamaño del pulmón, y no con el calibre de la vía aérea”, escriben. “Estos hallazgos sugieren que el hecho de mejorar la aptitud física durante la infancia y la adolescencia puede aumentar la función pulmonar máxima en la adultez temprana”.

Sin embargo, también indican que la dirección de la asociación aptitud/función pulmonar no está clara, y al revertir las variables dependientes e independientes en los análisis, los resultados fueron similares.

“Se necesitan más investigaciones para identificar los posibles mecanismos por los cuales la aptitud y la función pulmonar pueden estar relacionadas. Además, necesitamos saber si el mantenimiento de la aptitud física ayudará a preservar la función pulmonar en la vejez. Los mayores volúmenes pulmonares y la aptitud física están asociados con una menor mortalidad por todas las causas”, escriben los autores.

Causas probables

En un editorial complementario, el Dr. Luis Puente-Maestu, del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Gregorio Marañón, en Madrid, España, y el Dr. William W. Stringer, de la University of California Los Angeles, y la Geffen School of Medicine, en Los Ángeles, Estados Unidos, señalan causas probables de esta asociación.

La primera consiste en que la inspiración y la espiración que se producen durante el ejercicio fortalezcan los músculos respiratorios. Además, “la inflación y deflación pulmonares máximas son un estímulo fisiológico importante para la liberación del factor surfactante, y finalmente, entre la población de neumocitos tipo II parece que existen algunas células madre con potencial para desarrollar nuevos alveolos, al menos en roedores, después del periodo de desarrollo”.

Independientemente del mecanismo, los autores manifiestan que los “hallazgos de este estudio brindan una razón más para alentar el ejercicio y el desarrollo de la aptitud física en los jóvenes”.

El Dr. Puente-Maestu y el Dr. Stringer están de acuerdo. “En adultos, la aptitud cardiorrespiratoria ha demostrado ser protectora contra el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, hiperlipidemia, y diabetes de tipo 2.

Si bien estos beneficios metabólicos y cardiovasculares de la actividad física son de suma importancia, tendemos a olvidar que la aptitud física incrementa la salud pulmonar, y para completar la imagen, la evidencia presentada en este documento muestra que la mejora de la aptitud física en la infancia y la adolescencia da como resultado una mayor función pulmonar en la adultez temprana”, escriben.

Diana Mahoney

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://espanol.medscape.com/verarticulo/5902364

Tags: