La colaboración de la Medicina de Laboratorio en el área de la bioquímica y la genética, de vital importancia en el diagnóstico, control y seguimiento del hipotiroidismo congénito

11/03/2022  

El hipotiroidismo congénito es la causa más frecuente de retraso mental prevenible en pediatría.

El hipotiroidismo congénito (HC) es una enfermedad endocrinológica que se caracteriza por una disminución de la actividad biológica de las hormonas tiroideas a nivel tisular y supone la causa más frecuente en pediatría de retraso mental prevenible. El daño cerebral depende directamente del tiempo transcurrido desde el comienzo del hipotiroidismo y el del tratamiento, por lo que aquellos recién nacidos que se detectan e inician tratamiento en los primeros días de vida llegan a alcanzar un cociente intelectual normal o casi normal reduciendo la morbilidad, la mortalidad y las posibles discapacidades asociadas a dicha enfermedad. 

Con el objetivo de actualizar los avances en el diagnóstico precoz y en el cribado de la enfermedad, la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) ha organizado el curso ‘Avances en el cribado neonatal del hipotiroidismo congénito:  situación actual y perspectivas de futuro en las nuevas estrategias de detección’, coordinado por los doctores, miembros de la Comisión de Diagnóstico Perinatal de la SEQCML, Rosa Mª López Galera, del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clínico de Barcelona y del Programa de Cribado Neonatal de Catalunya; y Hugo Rocha, de la Unidad de Cribado Neonatal, Metabolismo y Genética del Departamento de Genética Humana del Instituto Nacional de Saúde Doutor Ricardo Jorge de Portugal

“En la última década -explica la Dra. López Galera– se ha ido incrementando la incidencia del HC, entre otros factores debido al mayor riesgo de padecerlo en el recién nacido prematuro, bajo peso y gemelos univitelinos (cuyo número ha aumentado con los avances en la neonatología), o las estrategias de detección que favorecen la detección de formas moderadas de esta patología”. 

Esta enfermedad tiene poca expresividad clínica en el periodo neonatal, y su sospecha se basa en la presencia de algunos signos y síntomas clínicos como: dificultades respiratorias, bradicardia, cianosis, ictericia persistente, hernia umbilical, letargia, somnolencia, desinterés por la alimentación, llanto ronco, estreñimiento o presencia de una gran fontanela anterior o posterior abierta. Tal y como indica el Dr. Rocha, “si no se diagnostica y se trata precozmente (mediante tratamiento hormonal sustitutivo) las secuelas pueden ser permanentes con aparición de un cuadro clínico que consiste en retraso del crecimiento y del desarrollo físico y mental y que se manifiesta por talla baja y extremidades cortas, persistiendo las proporciones infantiles y retraso de la maduración ósea y de la dentición. El retraso intelectual puede ser de intensidad variable, desde déficits cognitivos profundos a trastornos leves del aprendizaje” 

Por tanto, como subrayan los moderadores del curso, la detección precoz del HC es de interés principal en Salud Pública y Medicina Preventiva y es por ello que está incluida en los programas de cribado neonatal. En España, el Programa de detección precoz del HC se puso en marcha en el año 1978 generalizándose su implantación en la totalidad de las CCAA entre dicho año y 1982; con un porcentaje de cobertura en la actualidad de prácticamente el 100%. 

Respecto a su prevalencia en España, según datos publicados en el Informe de Evaluación 2019 de los Programas de Cribado Neonatal del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad, la tasa de detección variable según de la CCAA de que se trate, oscila desde 1 cada 587 recién nacidos en la Comunidad Foral de Navarra a 1 cada 4.610 en la comunidad de Canarias. 

Avances y retos en el cribado neonatal

El hipotiroidismo congénito se clasifica en tres grandes grupos: primario (la causa está en la propia glándula tiroidea), central (el trastorno está localizado en la hipófisis produciéndose un déficit de la hormona estimuladora del tiroides (TSH) o en el hipotálamo generándose en este caso una disminución de la producción de hormona liberadora de tirotropina (TRH)) y periférico (se debe a una resistencia generalizada de los tejidos diana a las hormonas tiroideas). 

Siguiendo los criterios de la OMS, el objetivo principal de los programas de cribado neonatal sería la detección del HC primario, pero actualmente algunas de las estrategias utilizadas van dirigidas no sólo a la detección del HC primario sino también al HC central y a otras formas moderadas o transitorias secundarias que pueden beneficiarse de un diagnóstico y tratamiento precoz. 

El cribado neonatal para la detección de HC consiste en la medición de la TSH o TSH+tiroxina total (T4t) en espécimen de sangre capilar seca en papel. El diagnóstico se basa en pruebas complementarias en sangre venosa de TSH y tiroxina libre (T4 libre) además de pruebas de confirmación de presencia o ausencia y localización de la glándula tiroides mediante técnicas de imagen (ecografía y gammagrafía tiroidea con isótopo Tc-99m). 

Por otro lado, en los HC primarios cada vez es mayor la evidencia científica de que aproximadamente un 20-40% de los casos diagnosticados tienen una causa de base genética. “En este sentido, el estudio de las bases moleculares del hipotiroidismo es un campo que se está explorando y con un largo recorrido por desarrollar”, afirma la Dra. López Galera. 

Para el Dr. Rocha, los avances en la detección de la enfermedad deben ir orientados a desarrollar nuevas estrategias con ajustes más optimizados en los puntos de corte, mejora de métodos analíticos,  la inclusión de otros marcadores en la detección, o la aplicación de herramientas analíticas más específicas como las pruebas de segundo nivel o second tier tests y herramientas bioinformáticas tipo big data como CLIR (Collaborative Laboratory Integrated Reports), que ya se están utilizando en la detección de otras enfermedades como las metabólicas en los programas de cribado neonatal, y que podrían ser de gran utilidad para el HC”, señala. 

En resumen, para los moderadores del curso, el reto de los laboratorios de cribado neonatal en la detección del hipotiroidismo congénito está en optimizar las estrategias aplicando distintos puntos de corte, nuevos marcadores y algoritmos de decisión con el objetivo de disminuir la tasa de falsos positivos, así como evitar en lo máximo posible los casos de falsos negativos. 

Asimismo, resulta clave la colaboración de la Medicina de Laboratorio en el área de la bioquímica y en un futuro próximo en el de la genética para la detección precoz, diagnóstico, control y seguimiento de estos pacientes. En la misma línea, “la participación de los profesionales de la Medicina de Laboratorio en la elaboración de guías y/o protocolos y en las Sociedades Científicas puede contribuir aún más en la eficiencia de los programas de cribado de esta patología congénita”, concluyen.

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