La definición del síndrome cardiovascular-reno-metabólico (cardiovascular-kidney-metabolic syndrome) y su papel en la prevención, estatificación del riesgo y tratamiento. Una oportunidad para la Nefrología

Resumen

La reciente conceptualización del síndrome cardiovascular-reno-metabólico (CRM) por la American Heart Association (AHA) abre una oportunidad al abordaje multidisciplinar y desde etapas tempranas de la vida en la estratificación del riesgo, la prevención y el tratamiento precoz del círculo vicioso generado por la interacción de factores de riesgo cardiovasculares, renales y metabólicos y agravado por el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (incluyendo todo su espectro: insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica), enfermedad renal crónica o diabetes mellitus tipo2, con la adiposidad excesiva o disfuncional como sustrato del problema. Un trío de publicaciones ofrecen las bases racionales de un decálogo conceptual y de acción, con nuevas herramientas de estratificación de riesgo cardiovascular desde los 30años de edad y que incluyen medidas de función/daño renal, entre otras, que permitan una eficaz prevención cardiovascular, renal y metabólica. En España debemos aprovechar este impulso para adaptar los nuevos conceptos a nuestra realidad con una mayor y mejor colaboración entre atención primaria y las diversas especialidades implicadas, incluyendo la creación de unidades multidisciplinares para un manejo óptimo y centrado en el paciente.

Introducción

La enfermedad renal crónica (ERC) es una patología altamente prevalente a nivel global, con una elevada carga para el paciente y los sistemas sanitarios y una elevada morbimortalidad1, especialmente de causa cardiovascular (CV)2. En España, su prevalencia alcanza hasta el 15% de la población, y es mayor en pacientes con enfermedad cardiovascular (ECV) o con la acumulación de factores de riesgo CV, incluyendo la obesidad, la diabetes mellitus y componentes del síndrome metabólico3.

La ECV a menudo concurre con enfermedad metabólica, incluidas la diabetes mellitus tipo2 y la obesidad, y con la ERC3. Es ampliamente reconocido el síndrome cardiorrenal, la estrecha relación bidireccional entre el corazón y los riñones4,5, y el síndrome cardiometabólico, en el que el exceso de adiposidad se asocia con inflamación sistémica, resistencia a la insulina, así como componentes del síndrome metabólico, los cuales se asocian a un incremento del riesgo CV6,7. Más recientemente, se ha descrito la asociación de síndrome metabólico y ERC8, y existe una conciencia creciente de que las alteraciones metabólicas, especialmente asociadas al exceso de adiposidad (sobre todo la adiposidad visceral y la grasa ectópica en otros órganos) juega un papel fisiopatológico clave en las interacciones corazón-riñón9. En este sentido, la ERC es un mediador clave de la relación entre factores de riesgo metabólico y la ECV, especialmente la insuficiencia cardíaca (IC)10. A ello se une que existe una prevalencia creciente, así como un frecuente solapamiento entre ECV, enfermedad renal y alteraciones metabólicas11,12, las cuales se asocian con un aumento de la morbimortalidad, especialmente de causa CV, y el riesgo aumenta a medida que aumenta la multimorbilidad13. Por todo ello, considerar el síndrome cardiometabólico y el síndrome cardiorrenal como entidades separadas no parece adecuado, y existe un reconocimiento creciente del solapamiento entre ambas y la necesidad de crear un constructo más amplio.

En este contexto, una reciente declaración presidencial de la American Heart Association (AHA) publicada en Circulation define la interacción adversa entre estas afecciones como síndrome cardiovascular-reno-metabólico (CRM)14. Tener más de una de estas condiciones multiplica la morbimortalidad, especialmente de causa CV15. Esta declaración define el síndrome CRM como un espectro de enfermedades asociadas a una adiposidad excesiva o disfuncional y propone su estadificación con la intención de predecir su riesgo de eventos CV, prevenirlo e incluso revertirlo y abordarlo a lo largo de la vida, desde la infancia hasta la vida adulta. La evidencia científica que avala la declaración se publica en un artículo separado16. Más recientemente se ha publicado una calculadora de riesgo CV que incluye, entre otras, medidas de función (filtrado glomerular estimado [FGe]) y de daño (cociente albúmina creatinina en orina [CACo]) renales17. En conjunto, estas publicaciones proporcionan un marco para mejorar de forma holística y equitativa la salud CRM en la población general desde la infancia-juventud hasta la vida adulta, con especial énfasis en la prevención.

Aleix Casesa,b, Jose Jesus Brosetaa,, Maria Marquésc,d, Secundino Cigarráne, Juan Carlos Juliánf, Roberto Alcázarg, Alberto Ortizd,h,i

a Servei de Nefrologia i Trasplantament Renal, Hospital Clínic, Barcelona, España

b Universitat de Barcelona, Barcelona, España

c Servicio de Nefrología, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Majadahonda, Madrid, España

d Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, España

e Servicio de Nefrología, Hospital Ribera Polusa, Lugo, España

f Fundación Renal ALCER, Madrid, España

g Servicio de Nefrología, Hospital Universitario Infanta Leonor, Madrid, España

h Servicio de Nefrología e Hipertensión, Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz (iiS-FJD), Madrid, España

i Red de Investigación Cooperativa Orientada a Resultados en Salud b0d0 (RICORSb0d0), Madrid, España

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://www.revistanefrologia.com/es-la-definicion-del-sindrome-cardiovascular-reno-metabolico-articulo-S0211699524000365