El uso obligado de Tics generado por la pandemia y sus “cuarentenas prolongadas”, sumado a la percepción de un incremento en el uso de la modalidad “distancia” para muchas actividades, ha generado un cambio “ a presión” a gran parte de la comunidad que no estaba acostumbrada relacionarse a través de interfases tecnológicas con habitualidad.

Hemos incorporado de modo natural a nuestras vidas, hábitos y costumbres, basados en el uso de tecnologías.

Los modelos de comunicación interpersonal, familiar, social, los hábitos de ocio, los modelos de búsqueda de información se han modificado y se comienza a escuchar en el lenguaje habitual las palabras, Webex, Zoom, Meet, y otras plataformas de comunicación.

Desde los infantes con clases virtuales en sus casas, hasta los profesionales comenzando a armar sus agendas a distancia.

Bastan estos simples ejemplos cercanos para tomar conciencia de la forma en la que tecnología y la conectividad se han incorporado a nuestras vidas.

La facilidad de acceso a la información, la gratuidad de la información, la velocidad con la que se acelera el cambio tecnológico y el aumento de las velocidades de transacción, son solo la parte más tecnológica de un cambio social de paradigma.

Hemos pasado de ser una sociedad analógica, basada en papel, a la espera de que nos cuenten las cosas, a una sociedad digital, donde nosotros tomamos el mando y buscamos, decidimos y actuamos. No es solo “no paper”, sino actuar con un clic.

Los modelos y procesos definidos en las empresas se enfrentan ahora al desafío de integrar las soluciones digitales.

En nuestro caso personal, llego el momento del reconocimiento. Desde hace 24 años estamos en un entorno digital, generando actividades de actualización medica continua, en distintos formatos. Dispuestos y preparados para colaborar con quien desee incorporarse a la actualización médica continua.

(Ver en Liinkedin: https://www.linkedin.com/pulse/la-digitalizacion-de-los-analogicos-jorge-renna/