La disfagia orofaríngea en el anciano
RESUMEN:
La disfagia es la dificultad o imposibilidad para tragar, la persona que la padece tiene dificultad para formar en la boca el bolo alimenticio o para que éste se desplace desde la boca hasta el estómago. Puede originar complicaciones como la desnutrición, deshidratación, broncoaspiraciones o neumonías. No es una enfermedad sino un síntoma secundario a otra enfermedad. El método clínico más usado para el diagnóstico de la disfagia orofaríngea en los centros residenciales consiste en el método de exploración clínica volumen-viscosidad (MECVV).
Autor principal:
Estefanía Ramos Fariña
Autores secundarios:
Mercedes Salas García-Neble
Ángela De Lucas Vázquez
Palabras Clave: disfagia, neumonía, broncoaspiración, MECVV.
El objetivo de este trabajo es valorar mediante el análisis de diferentes estudios, si la aplicación de un método clínico de detección de disfagia en los centros residenciales de mayores puede ayudar a identificar mejor este síntoma, y conocer así la prevalencia de disfagia en estos centros. Así como detectar el conocimiento que tiene el personal que trabaja en estas instituciones sobre que es la disfagia, como detectarla y actuaciones a seguir en caso de disfagia positiva.
Resultado: Estudios como el elaborado por la UADG en 66 residencias geriátricas evidenció el desconocimiento sobre la disfagia que poseían los trabajadores de estos centros o como el realizado en 5 residencias de Valencia en el cual se muestra tras la realización del método de exploración clínica volumen viscosidad (MECVV) a los residentes de estos centros, que existían pacientes con disfagia que no estaba diagnosticada.
Conclusión: Destacamos la necesidad de realizar en todas las residencias geriátricas un programa de formación para conocer los signos de alerta indicativos de disfagia, así como es importante instaurar la aplicación de un método clínico para ayudar en la detección de la disfagia
INTRODUCCIÓN
La disfagia es la dificultad o imposibilidad para tragar, la persona que la padece tiene dificultad para formar en la boca el bolo alimenticio (porción de alimento que se debe tragar) o para que éste se desplace desde la boca hasta el estómago. Según la localización de la dificultad, la disfagia puede dividirse en trastornos de la deglución en la zona de la faringe (disfagia orofaríngea) o en la zona del esófago (disfagia esofágica). Cada tipo de disfagia tiene una sintomatología distinta que apoya el diagnóstico diferencial.
La Disfagia puede originar complicaciones como la desnutrición y/o deshidratación hasta en 1/3 de los pacientes que la padecen, como consecuencia de alteraciones en la eficacia de la deglución, y ocasionar alteraciones en la seguridad de la deglución en hasta 2/3 de los pacientes que la presentan, aumentando el riesgo de bronco-aspiraciones (paso de alimentos o líquidos al pulmón). La presencia de un cuerpo extraño en la vía aérea puede ocasionar infecciones respiratorias de repetición hasta que se producen neumonías por aspiración, que generalmente motiva el ingreso del paciente y en muchas ocasiones pone en serio peligro su vida. La disfagia es uno de los síndromes geriátricos menos conocidos, con una prevalencia del 56-78% en los ancianos institucionalizados, y hasta del 44% en los ancianos ingresados en un hospital general. No es una enfermedad sino un síntoma y, como tal, suele ir asociada a otros síntomas a los que se suele prestar mayor atención, mientras la disfagia queda desatendida.
La disfagia suele ser un síntoma colateral o secundario de otra enfermedad, es por eso que las causas son bastante variadas, pero entre las principales tenemos:
- Enfermedades relacionadas al reflujo gastroesofágico
- Disfagia idiopática
- Afecciones del sistema nervioso
- Accidentes cerebrovasculares
- Parkinson
- Neoplasias
- Acalasia
- Alcoholismo y excesivo consumo de bebidas alcohólicas
- Síndrome de Plummer-Vinson
- Divertículo de Zenker
- Enfermedades de Chagas
- Enfermedades reumatológicas como la esclerodermia
Existen distintos tipos de disfagia, como son la disfagia neurogénica y la disfagia mecánica. Dependiendo de qué clase de disfagia suframos variarán los síntomas. Pero entre los síntomas más comunes están
- Molestias o dolor al tragar
- Expulsión de los alimentos en la boca o rechazo con la lengua
- Aumento del tiempo que dura la deglución con masticación prolongada
- Babeo
- Inadecuado cierre labial
- Presencia de residuos de alimento en la boca o lengua.
- Sensación de atasco en la garganta y necesidad de tragar repetidas veces
- Carraspeo continuo o frecuente
- Atragantamiento con determinadas consistencias
- Deglución fraccionada, necesidad de fragmentar el bolo y de tragarlo en varios intentos
- Cambio extraño de voz
- Bronquitis o neumonías de repetición
Una vez que se detectan signos de disfagia en el paciente, ha de realizarse una valoración. El método clínico más usado para el diagnóstico de la disfagia orofaríngea en los centros residenciales consiste en el método de exploración clínica volumen-viscosidad (MECVV), dicha valoración se realiza con el enfermo en sedestación y monitorización continua de la saturación de oxígeno (pulsioxímetro). Se administran bolos de 5, 10 y 20 ml con viscosidades néctar, puding y líquida (agua). Se comienza por la viscosidad néctar a volumen bajo, para ir aumentando este, y se sigue el mismo procedimiento con el líquido claro (agua) y, finalmente, con la viscosidad puding.
En cada ocasión se registra si se producen signos de compromiso de la seguridad (tos, descenso de la saturación basal de oxígeno y cambio del tono de voz) o signos de compromiso de la eficacia (sello labial insuficiente, residuos orales o faríngeos y deglución fraccionada). Cuando se encuentra algún signo que compromete la seguridad del paciente, se concluye la prueba. Se concluye que no existe disfagia cuando no se evidencian signos de alteración en la seguridad ni en la eficacia en ningún momento de la prueba. Una gran ventaja de este método es su simplicidad, y sus grandes inconvenientes son que expone al paciente a la posibilidad de aspiraciones.
Esta enfermedad puede ser peligrosa porque puede provocar problemas respiratorios y nutricionales y no existe un tratamiento específico para ella, se debe buscar un tratamiento para la patología que la origina e intentar mejorar el proceso de deglución, adaptándose siempre al proceso concreto de quien sufre esta patología. Para ello se deben seguir las siguientes recomendaciones:
- Evitar la ingesta de picantes o alcohol.
- Adaptar la textura de los alimentos y líquidos utilizando espesantes o triturándolos según convenga.
- Introducir los alimentos mediante una sonda nasogástrica, (desde la nariz hasta el estomago).
- Realizar una gastrostomía introduciendo una sonda directa al estómago a través de la pared interior del abdomen, por la que se realizará parte o toda la alimentación.
Recomendaciones generales a la hora de dar alimentos, sobre todo, a aquellas personas que sufren disfagia:
- No usar jeringa para la alimentación oral ya que puede dar lugar a broncoaspiraciones.
- Mantener máxima higiene bucal. La mala higiene oral, combinada con un problema deglutorio, puede favorecer una neumonía por aspiración.
- Evitar alimentos peligrosos o de riesgo: grumos, pieles, espinas, alimentos pegajosos, resbaladizos, alimentos de consistencia mixta.
- Adoptar una postura cómoda.
- Situarse al mismo nivel para evitar que levante la cabeza.
- Antes de tragar, inclinar ligeramente la cabeza hacia delante.
- Comer lentamente. Poca cantidad de una sola vez.
- Evitar acostar a la persona inmediatamente después de las comidas.
- La comida debe ser en un ambiente tranquilo y sin prisas.
- Los platos deben tener la temperatura adecuada y una presentación cuidada.
OBJETIVO:
El objetivo de este trabajo es valorar mediante el análisis de diferentes estudios, si la aplicación de un método clínico de detección de disfagia en los centros residenciales de mayores puede ayudar a identificar mejor este síntoma, y conocer así la prevalencia de disfagia en estos centros. Así como detectar el conocimiento que tiene el personal que trabaja en estas instituciones sobre que es la disfagia, como detectarla y actuaciones a seguir en caso de disfagia positiva.
METODOLOGÍA:
Se realizó una revisión bibliográfica en varias bases de datos especializadas como Cuiden, PubMed, INE, Medline en el período de Marzo de 2017, así como en revistas científicas tales como: revista Scielo, revisa Elsevier y revista Española de Geriatría y Gerontología. Se obtuvieron datos del instituto de neurorrehabilitación avanzada (INEAVA). Se utilizaron buscadores como google o yahoo utilizando palabras clave como disfagia, neumonía, broncoaspiración, MECVV.
RESULTADOS:
En la búsqueda de información encontramos varios Estudios que detallamos a continuación:
Según un estudio elaborado por la UADG asesorado por Nestlé Nutrition en el cual se han estudiado 1.777 residentes de 66 residencias geriátricas, valorados por la Unidad de Atención Domiciliaria Geriátrica (UADG) hasta septiembre de 2008. El personal de las RG necesita formación para reconocer los signos de alerta indicativos de disfagia. Las medidas dietéticas son fundamentales. La UADG ha querido plantear la disfagia como objeto de estudio porque ha detectado un gran desconocimiento sobre el tema en el ámbito de las residencias geriátricas. En este estudio, más de la mitad de la muestra (el 53,12%) presenta algún tipo de demencia. Sorprende el desconocimiento del concepto de texturas mixtas por parte del personal que trabaja en estos centros, teniendo en cuenta el alto número de casos encontrados en el estudio (76,03%). Hay confusión en el concepto de disfagia. Al preguntar al personal por las personas que presentan problemas en la deglución, nos remiten a todos los residentes que toman triturado sin discriminación. Otro dato contradictorio y que nos demuestra que la disfagia es un síntoma poco conocido es el hecho de que solamente en el 13,54% de los casos consta en la historia clínica.
En otro estudio realizado en 5 residencias de la provincia de Valencia que alojaban a un total de 422 residentes, de los que se seleccionaron 40 mediante un muestreo aleatorio, se valoró la disfagia por el método de diagnóstico clínico, conocido como método de exploración clínica volumen-viscosidad (MECVV). En la revisión de las historias clínicas se encontraron 9 residentes (22,5%) con diagnóstico de disfagia, 8 de estos tenían prescrita dieta específica para disfagia y espesantes para líquidos, lo que supone una prevalencia de disfagia del 20%. Tras valorar la deglución por el MECVV se encontró que 26 sujetos (65%) tenían algún grado de dificultad para la deglución, demostrándose una relación estadísticamente significativa en la detección, frente a la encontrada en la revisión inicial.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN:
Una vez revisada toda la información disponible acerca de la disfagia, los problemas que puede ocasionar si no se detecta de forma temprana y los métodos para detectarla, destacamos la necesidad de realizar en todas las residencias geriátricas un programa de formación para conocer los signos de alerta indicativos de disfagia, así como es importante instaurar la aplicación de un método clínico para ayudar en la detección de la disfagia. La identificación precoz de la disfagia es un paso fundamental a la hora de prevenir complicaciones, por eso es importante la detección de signos de alerta, la aplicación de métodos de exploración clínica de volúmenes y viscosidades, o el empleo de técnicas instrumentales más específicas.
Diversos grupos de expertos entre ellos diversas agencias gubernamentales han coincidido en recomendar la elaboración de guías de práctica clínica que recojan las posibilidades de diagnóstico y tratamiento de la disfagia de los pacientes ancianos. Aunque se han realizado diferentes intentos, en la actualidad no se dispone de ninguna.
Existe una gran variabilidad en la prevalencia de disfagia en mayores, posiblemente porque está frecuentemente poco diagnosticada, aunque gracias a la gran difusión e importancia que se le está dando en los últimos años al estudio de la disfagia está aumentando el número de casos detectados. En la población mayor institucionalizada encontramos habitualmente dependencia, morbilidad y presencia de enfermedades neurológicas y degenerativas que muchas veces generan disfagia. La detección de la disfagia es fundamental para iniciar cuidados que prevengan complicaciones.
Utilizar para la detección de la disfagia el método clínico MECVV (método de exploración clínica volumen viscosidad), aumenta el diagnóstico de ésta, es una valoración sencilla que podría ser aplicada de forma rutinaria en residencias para mayores, su aplicación requiere escasa especialización y poco tiempo. Una vez que se detecta una disfagia, es muy importante registrarlo en la historia clínica del paciente y adoptar unas medidas dietéticas, ésta acción es primordial, por lo que es necesario e importante instruir, formar e informar al personal que trabaja en las residencias geriátricas sobre su manejo y la necesidad de adaptar la consistencia a las posibilidades de deglución según sea disfagia a líquidos, sólidos o mixta.
BIBLIOGRAFÍA:
- Rodelgo Tomás, Disfagia (dificultad en la deglución). Onmeda. Marzo 2012. Disponible en: