La disfagia orofaríngea requiere de un protocolo y abordaje multidisciplinares

13/10/2022

La prevalencia de esta patología es muy amplia debido, sobre todo, a la disparidad de procedimientos que se llevan a cabo en pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos. Por eso se propone su abordaje bajo unas pautas preestablecidas.

La disfagia orofaríngea es una patología que roza lo silente, según los datos que han ofrecido este jueves dos especialistas de la Unidad funcional-multidisciplinar de Disfagia Orofaríngea del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares (Madrid): los porcentajes oscilan entre el 3% y hasta el 62% de disfagia detectada en pacientes ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Esta “variabilidad” de la disfagia fue, ha reconocido el doctor, lo que hizo que el servicio de ORL la estudiase.

Para Manuel Rodríguez Paradinas, también merece especial atención el periodo que abarca los seis meses posteriores a la salida de UCI. En su caso, hasta el 23% de los pacientes presenta “síntomas persistentes” incluso medio año después del alta, según ha expuesto durante el curso de instrucción `La disfagia orofaríngea en el paciente crítico´, enmarcado en el 73º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y que se celebra en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.

Cuando la persona entra de urgencia, suele presentar síntomas como retrasos en la nutrición oral derivados de la dificultad para deglutir causada por la disfagia orofaríngea; cuadros de neumonía aspirativa; aumento del tiempo de estancia en UCI y hospitalarias; disminución de la calidad de vida y el hecho de que la propia disfagia “es por sí un predictor independiente de mortalidad en los primeros tres meses”, ha señalado Rodríguez.

Para determinar si un paciente es candidato a presentar disfagia, el facultativo del HUPA ha indicado que “no hay debate” si se pide una prueba rápida en las primeras horas tras ser extubado. De igual manera, esa prueba hay que hacerla con el paciente despierto, consciente y orientado, siendo capaz de responder a órdenes sencillas y a poder estar sentado (para poder hacer la prueba) y tener un sostén cefálico. Si, además, controla la movilidad lingual, el control de secreciones y puede respirar libremente, se le puede realizar este procedimiento rápido y a pie de cama.

Cribado y evaluación

Rodríguez se ha decantado en especial por el test MECV-V que presenta tres texturas diferentes (néctar, pudding y líquido) y es una forma muy válida de determinar su disfagia, siempre y cuando no presenten “déficit sensitivo”. Otro habitual es el de Bernese, que en este caso solo se compone del test del agua.

“No obstante, los test de cribado están por desarrollar, a pesar de que la prevalencia de la disfagia en UCI es alta. Por eso, se hace sobre todo videoendoscopia”, ha asegurado el otorrinolaringólogo.

En los algo más de siete años de experiencia en este tipo de pruebas en pacientes en UCI, el servicio de ORL del HUPA ya suma alrededor de medio millar de pruebas. Además, se ha establecido un protocolo por el cual cada facultativo sabe exactamente cuál es el proceso que tiene que llevar a cabo. Este se aplica “en vista de ausencia de avance en el destete, en pacientes con problemas respiratorios graves o en el caso del aumento de secreciones no justificadas”, ha desgranado.

En su centro cuentan con un videoendoscopio portátil que facilita las exploraciones con imágenes de alta calidad en la propia UCI. Cada procedimiento se consensua con intensivistas, con enfermería y entre los propios miembros de ORL.

Igual de importante que seguir paso a paso, está el hecho de la recogida de datos de cada caso. El HUPA ya dispone de un formulario elaborado por este servicio para que la recogida “fuese siempre igual”. Así, se recoge cada prueba realizada, el juicio clínico y las recomendaciones ofrecidas al paciente.

Esta parte es más importante si cabe ya que el aumento en la carga de trabajo relacionada con disfagia orofaríngea en UCI se traduce en 119 interconsultas en 2021 y, en lo que llevamos de 2022, 72. Para una atención aún más perfeccionada, ha apostado por la realización de cursos de formación para el personal implicado y en mantener una “adecuada comunicación” con los médicos responsables.

Neuromiopatías y debilidad asociadas

Por otro lado, su compañera Paula del Valle Gómez, ha abordado una parte más introductoria, presentando la patología, sus prevalencias y detallando algunas características vinculadas, como las neuromiopatías y debilidad asociadas a esta enfermedad. En este sentido, ha destacado cómo tras el ingreso en UCI se pueden observar degeneraciones axonales en estos pacientes.

Es lo que los especialistas denominan “debilidad adquirida tras la estancia en UCI”, y se traduce en debilidad muscular generalizada. Los músculos afectados suelen ser extremidades, los deglutorios y los respiratorios. Como factores de riesgo están la sepsis, problemas en el ciclo SDR (succión-deglución-respiración), distintos fallos multiorgánicos y los fármacos que se administran.

Por lo general, esta patología afecta más a personas del sexo femenino en edad avanzada y con obesidad mórbida, como factores no modificables; los modificables serían el uso de antibióticos, sedantes o la inmovilización, entre otros.

https://www.immedicohospitalario.es/noticia/34632/la-disfagia-orofaringea-requiere-de-un-protocolo-y-abordaje-multidisc.html