La enfermedad de Graves Bassedow es 10 veces más frecuentes en mujeres que en varones

Existen diferentes opciones de tratamiento: antitiroideos, yodo radioactivo o cirugía

La enfermedad de Graves Bassedow es la forma de hipertiroidismo más frecuente. Se trata de una patología tiroidea autoinmune en la que el paciente presenta anticuerpos circulantes detectables analíticamente. Generalmente se desarrolla en forma de brotes cuya duración e intensidad son variables en función del estado autoinmune. Clásicamente, el hipertiroidismo severo puede acompañarse de síntomas como el exoftalmos, bocio y edema pretibial.

Como afirma el Dr. Ignacio Secades, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, “predomina en mujeres, siendo diez veces más frecuente que en varones, y se caracteriza por un exceso de la secreción y acción de las hormonas tiroideas sobre los diferentes órganos y tejidos del organismo”.

Respecto a las posibles causas que pueden originar esta enfermedad, el especialista apunta hacia la existencia de factores hereditarios y susceptibilidad genética: “el inicio se pone de manifiesto, a menudo, cuando hay factores de riesgo, como estrés emocional intenso, por ejemplo, por separaciones, problemas familiares o profesionales importantes”.

Los síntomas que presentan los pacientes dependen de la intensidad y estadio del hipertiroidismo y se relacionan con el incremento metabólico por el exceso de hormonas tiroideas: “afecta al aparato circulatorio, produciendo taquicardias, arritmias y hasta insuficiencia cardiaca; al sistema nervioso, mostrando irritabilidad, nerviosismo, insomnio y temblor fino de manos; al aparato digestivo, favoreciendo la aparición de diarrea y al aparato locomotor, con debilidad y atrofia muscular. Otros síntomas son la piel caliente y sudorosa, cabello que se vuelve fino y quebradizo y es habitual la pérdida de peso, aun con buen apetito, y la intolerancia al calor” apunta el Dr. Secades.

La sospecha diagnóstica se confirma con el estudio analítico de hormonas tiroideas elevadas, presencia de anticuerpos positivos demostrativos de autoinmunidad y estudios morfofuncionales, como la ecografía y la gammagrafía tiroidea. El Hospital Vithas Nuestra Señora de América pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 19 hospitales y 26 centros especializados denominados Vithas Salud.

En casos de hipertiroidismos severos no tratados se puede producir una tormenta tiroidea, “una situación muy grave que produce un cuadro de agitación, fiebre alta, taquicardia, temblor, dificultad respiratoria y deshidratación y que exige el ingreso inmediato del paciente por su gravedad”, apunta el Dr. Secades.

Opciones de tratamiento de la enfermedad de Graves Bassedow

El tratamiento de elección inicial es la medicación con antitiroideos. “Se comienza con dosis altas y se va reduciendo progresivamente. Si los brotes se repiten será necesario plantearse un tratamiento definitivo, administrando yodo radioactivo o mediante tratamiento quirúrgico”, señala el Dr. Secades.

En el caso del radioyodo, se administra una dosis por vía oral, en función del tamaño y captación de la glándula, que se fija en el tejido tiroideo para destruirlo por medio de la radiación. Su eficacia es prácticamente del 100%. A veces se precisa una segunda dosis pasados entre 6 y 12 meses. “Hasta en un 60% de los pacientes se produce hipotiroidismo residual, fácilmente controlable con hormona tiroidea”. El especialista destaca, además, que en los pacientes tratados con yodo radioactivo no se produce mayor incidencia de cáncer ni aumento de malformaciones genéticas en su descendencia”.

El tratamiento quirúrgico puede ser la opción elegida para resolver el hipertiroidismo de forma inmediata o para casos de bocios voluminosos y nodulares o contraindicación de los tratamientos anteriores. En este caso, el Dr. Secades afirma que entre un 1 y un 2% de los pacientes pueden sufrir complicaciones por lesión de las glándulas paratiroides, que produce bajada de calcio, o lesión de los nervios recurrentes que inervan las cuerdas vocales.

La decisión sobre el tipo de tratamiento debe hacerse en consenso con el paciente, analizando cada caso de modo particular.

En algunos pacientes aparecen exoftalmos o protusión ocular, un signo típico de la enfermedad, en general bilateral, a veces asimétrico y en ocasiones de grado muy severo, pudiendo producir visión doble. El tratamiento del exoftalmos debe realizarlo un oftalmólogo experto. En ocasiones será necesaria la administración de diuréticos, corticoides a dosis altas, selenio y, en casos más severos, radioterapia o cirugía descompresiva orbitaria.

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