La evolución de la terapia contra la hepatitis C en pacientes con cirrosis descompensada, disfunción renal y en pacientes con recurrencia luego de trasplante hepático

 

Resumen

La hepatitis C es la causa principal de trasplante de hígado en Puerto Rico y los Estados Unidos. La enfermedad se caracteriza por cronicidad y daño hepático progresivo. La terapia contra la hepatitis C ha evolucionado desde la época del interferón hasta el presente en la cual surgen los Agentes de Acción Directa. Con estos nuevos fármacos la probabilidad de cura de los pacientes con hepatitis C ha progresado de un veinte hasta un cien por ciento con muchas de las combinaciones disponibles. Los nuevos fármacos se caracterizan por un perfil de seguridad excelente además de su efectividad. Varias asociaciones médicas tanto de hepatología como de infectología han establecido guías para la administración de estos medicamentos según el genotipo del paciente y las características clínicas del paciente: cirrosis descompensada, disfunción renal y recurrencia de la hepatitis C luego de trasplante hepático.

“La biopsia hepática es más precisa para establecer el grado histológico, sin embargo es invasiva y presenta riesgo de sangrado especialmente en pacientes con coagulopatías o cirrosis. El Fibroscan es una técnica aprobaba recientemente por el FDA no invasiva y altamente confiable”

La hepatitis C (VHC) es una enfermedad viral que se caracteriza por causar inflamación y daño al tejido hepático. Hasta un 20% de los pacientes terminan con cirrosis y complicaciones clínicas asociadas a la hipertensión portal como retención de líquido, ascitis, encefalopatía y sangrado de várices. Los pacientes con cirrosis también están a mayor riesgo de desarrollar cáncer del hígado. Estas complicaciones hacen de la hepatitis C la causa principal de trasplante hepático en Puerto Rico y en los Estados Unidos.

Cerca de 170 millones de personas alrededor del mundo tienen VHC. En Puerto Rico la prevalencia de la hepatitis C es más alta (2.3% de la población) que en los Estados Unidos donde la prevalencia es de 1.8%. Estudios epidemiológicos demuestran que la prevalencia de esta enfermedad en Puerto Rico es también mayor que en Latino América, incluyendo países como Colombia, Méjico y Brasil.

Existen 6 genotipos de la hepatitis C. El genotipo 1 es el más común en Puerto Rico, los Estados Unidos y Latino América. El 85% de los pacientes en Puerto Rico están infectados con el genotipo 1 y un 10% con genotipo 2. Los genotipos 3,4,5 y 6 son menos frecuentes. Desafortunadamente, hasta un 50% de las personas infectadas desconocen su diagnóstico y solamente un 5% de aquellos diagnosticados reciben tratamiento adecuado para esta condición.

El grado de daño histológico del paciente debe ser evaluado al momento del diagnóstico y antes de comenzar tratamiento ya que esta información ayuda a determinar la duración de la terapia. Además, el estadío histológico sirve como herramienta para establecer la prognosis del paciente. Existen varias maneras de establecer el grado de fibrosis de un paciente: biopsia de hígado percutánea, marcadores serológicos como el FibroTest y la elastografía hepática (Fibroscan). Aunque la biopsia hepática es la forma más precisa de establecer el grado histológico, la misma es invasiva y presenta riesgo de sangrado especialmente en pacientes con coagulopatías o cirrosis. El Fibroscan es una técnica aprobaba recientemente por el FDA (Food and Drug Administration) no invasiva y altamente confiable para descartar o establecer la presencia de cirrosis. El método es confiable, reproducible y solamente toma minutos en hacer.

Una vez se obtiene la información sobre el estadío de fibrosis se puede tomar una decisión más efectiva sobre el tratamiento. Se recomienda tratar los pacientes con viremia detectable (HCV RNA positivo) y que estén dispuestos a seguir un régimen terapéutico según recetado. Las guías de la sociedad americana de hepatología (AASLD) recomiendan dar prioridad de tratamiento a pacientes con fibrosis avanzada (F3-F4), ya que estos pacientes están a un riesgo mayor de desarrollar complicaciones que resulten en un trasplante hepático o en la muerte. Los pacientes cirróticos que reciban tratamiento deben ser pacientes compensados (sin ascitis, encefalopatía o sangrado por várices) o poblaciones selectas de pacientes descompensados pero estos deben recibir el tratamiento en un centro de trasplante o dentro del marco de un protocolo diseñado para este tipo de paciente. Sin embargo, todo paciente con hepatitis C que quiera ser tratado debe recibir tratamiento.

El propósito de este artículo es tratar de resumir el desarrollo de la terapia de la hepatitis C desde la época del interferón hasta el presente utilizando las guías publicadas por el AASLD como marco de referencia. Se han incluido los adelantos alcanzados en pacientes coinfectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ya que son paralelos a los pacientes mono-infectados y han logrado aumentar la expectativa de vida de estos pacientes.

 

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