La exposición a los inhibidores de la ciclooxigenasa 2 al final del embarazo se vincula a mayor riesgo de nacimiento prematuro
- netmd
- 16 de febrero de 2018
- Ginecología y Obstetricia
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NUEVA YORK, USA. La exposición a inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX-2) se encuentra vinculado con un aumento en el riesgo de nacimiento prematuro, informan investigadores de Canadá.[1]
“Nuestros hallazgos muestran que independientemente de que los antiinflamatorios no esteroideos, los inhibidores de la COX-2 o los productos biológicos se administren o no para enfermedades autoinmunitarias (tomando en cuenta o no las indicaciones), celecoxib es el único que se relaciona con un aumento en el riesgo de prematuridad en nacidos vivos de embarazos únicos”, dijo por correo electrónico a Reuters Health la Dra. Anick Berard del CHU Sainte-Justine y la University of Montreal, en Montreal, Canadá.
Estudios previos sobre los efectos adversos de los antiinflamatorios no esteroideos durante el embarazo se han enfocado principalmente en el riesgo de aborto espontáneo, malformaciones congénitas e hipertensión pulmonar persistente en el recién nacido, como resultado del cierre prematuro del conducto arterioso, y es poco lo que se ha examinado sobre una posible relación entre su uso y el riesgo de nacimiento prematuro.
El equipo de la Dra. Berard utilizó datos de la Cohorte de Embarazo de Quebec para cuantificar el riesgo de nacimiento prematuro relacionado con el empleo de antiinflamatorios no esteroideos, inhibidores de la ciclooxigenasa 2 y agentes biológicos en los tres meses previos al parto.
Entre más de 156.000 embarazos, solo 448 (0,29%) estuvieron expuestos a uno de los medicamentos del estudio en los tres meses previos al parto, informan los investigadores.
El artículo fue publicado en la versión electrónica de Pain el 18 de enero.
En general, 7,1% de los embarazos terminaron antes de las 37 semanas de gestación, entre ellos 11,4% de los expuestos a antiinflamatorios no esteroideos o inhibidores de la ciclooxigenasa 2 y 7,1% de los no expuestos.
Tras el ajuste para posibles factores de confusión, tales como enfermedad autoinmunitaria materna, solo el empleo de inhibidor de la ciclooxigenasa 2 durante el tercer trimestre del embarazo se relacionó con un aumento significativo en el riesgo de prematuridad (odds ratio: 2,46; con base en 10 casos expuestos).
Celecoxib, en particular, se relacionó con un incremento de 3,41 veces en el odds ratio (con base en 6 casos expuestos).
En el análisis de subgrupos, la relación entre la exposición a antiinflamatorios no esteroideos o inhibidores de la ciclooxigenasa 2 en el embarazo tardío y el riesgo de prematuridad fue evidente únicamente en partos muy a pretérmino y extremadamente a pretérmino, sin una relación significativa para el riesgo de partos a pretérmino moderado a tardío.
La exposición a los antirreumáticos modificadores de enfermedad al final del embarazo no se asoció a un aumento del riesgo de nacimiento prematuro (con base en 28 casos expuestos).
La exposición a los antiinflamatorios no esteroideos o inhibidores de la ciclooxigenasa 2 en las primeras etapas del embarazo no se relacionó con el riesgo de prematuridad.
Entre las posibles limitaciones del estudio, señalan los investigadores, hubo una falta de datos sobre el uso de antiinflamatorios no esteroideos sin prescripción e importantes covariables como el antecedente de tabaquismo y el peso corporal de la madre. Además, el número pequeño de casos expuestos dio lugar a una baja potencia estadística y estimaciones de riesgo inestables para la mayor parte de los antiinflamatorios no esteroideos específicos.
“En el control del dolor durante el embarazo se deben de tomar en cuenta múltiples aspectos, tales como el riesgo de prematuridad”, dijo la Dra. Berard. “Dados los hallazgos de nuestro estudio, y específicamente con respecto al riesgo de prematuridad, se debería tener más cautela con el empleo de estos medicamentos en los tres meses previos al parto”.
Dr. Will Boggs
Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5902381