La genómica sienta las bases de la patogénesis cardiovascular y neurodegenerativa
- netmd
- 10 de mayo de 2018
- Cardiología
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En pocas ocasiones como en la XIII Reunión Internacional sobre Investigación Traslacional y Medicina de Precisión, voces de la máxima autoridad trazaron los nexos entre la genómica cardiovascular y neurodegenerativa y sus vínculos patogénicos comunes. En las siguientes líneas, se resume lo más sustantivo un encuentro, organizado por el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (HUFJD), en el que las dos áreas terapéuticas confirmaron que los malos hábitos de vida pueden explicar un mayor determinismo incluso que los genes.
Con el eco aún presente en el recuerdo de las lecciones magistrales del doctor Carlos Jiménez Díaz, el aula magna de la Fundación que lleva sus apellidos, fue de nuevo el escenario de la reunión internacional sobre Investigación Traslacional y Medicina de Precisión del HUFJD. Durante la misma, diferentes expertos coincidieron al afirmar que la Medicina Personalizada y de Precisión (MPP) es ya un cambio de paradigma a la hora de comprender las patologías cardiovasculares y neurodegenerativas, caracterizadas siempre por sus altas tasas de prevalencia y morbimortalidad.
La doctora Carmen Ayuso, jefa del Departamento de Genética Clínica de la Fundación Jiménez Díaz, inauguró la jornada con la afirmación de que la enfermedad cardiovascular es, por delante del cáncer, la primera causa de muerte y de ingresos hospitales. Razón que conlleva la exigencia científica de lograr biomarcadores que puedan fijar las causas genéticas y ambientales de esta patología tan prevalente.
Como avances en su área, Ayuso destacó el estudio de donantes de gametos, el diagnóstico genético preimplantacional, el cribado de gestantes en busca de trisomías, la identificación de enfermedades raras y los estudios oncológicos. Pese a ello, tuvo que lamentar que el progreso no haya sido hasta ahora equivalente en las bases genéticas de las patologías cardiovasculares y neurodegenerativas. Sin embargo, también afirmó que “hoy se conocen mejor los factores de riesgo que provocan arritmias e hipertrofias, desde el punto de vista de la genética; debido a que hay marcadores genéticos que señalan a pacientes más expuestos, por lo que se pueden establecer dianas terapéuticas y prodecer a instaurar hábitos saludables de vida”.
Ayuso, que también es la directora científica del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez-Díaz (IIS-FJD), afirmó igualmente que los nuevos fármacos, la tecnología digital y la salud inteligente, de la que es parte inseparable la genética, tienen el cerebro y el corazón como principales dianas de la enfermedad y destino de los tratamientos que actualmente están en desarrollo.
Desde ambos lados del Atlántico
Participó en la jornada el eminente cardiólogo Valentín Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y jefe médico del Hospital Monte Sinaí de Nueva York (EEUU). En línea con Ayuso, resaltó que los estudios de corte cardiovascular que se realizan actualmente son de tipo poblacional. Ahí situó el estudio Heart to Head (H2H), desarrollado en importantes hospitales de la Comunidad de Madrid para fijar conexiones ciertas entre la patología cardiovascular y la neurodegenerativa.
Fuster explicó de qué manera el colesterol se infiltra en las paredes de las arterias coronarias en forma de enfermedad silenciosa que muchas veces no se expresa hasta que sobreviene el infarto y la muerte. Según detalló, se trata de una problemática provocada por factores tanto químicos como físicos y comportamentales. Algo que empieza a gestarse mucho antes de lo que la gente piensa. Efectivamente, el cardiólogo más internacional de este país informó que “existe una arterioesclerosis subclínica que ya daña partes importantes del sistema circulatorio entre los 25 y los 50 años de edad, especialmente en varones”. Un mal progresivo que no ofrece sintomatología fácilmente detectable a partir de las pruebas existentes en la actualidad, tal como descubrieron Sillensen, Muntendam y Falk en 2012. O como el mismo Fuster observó a través del estudio Pesa, realizado en empleados del Banco de Santander, y mediante el cual se descubrió que, entre los 25 y 50 años, los varones ya tienen afectadas seis regiones cardiovasculares, frente a tres en la mujer. Lo que aconseja, desde entonces, estudiar la región ileo-femoral, además de la carótida, sin necesidad de analítica de sangre.
En paralelo a otros procesos, como realizó el mismo cardiólogo, y en él se observaron calcificaciones muy tempranas en las arterias que suben al cerebro. Por lo que propuso establecer tres niveles de riesgo cardiovascular y agrandar la conexión entre genética y dichos factores de morbimortalidad.
Morir de repente
Al cierre de este artículo, la muerte del capitán del equipo italiano de fútbol la “Fiorentina”, Davide Astori, puso de triste actualidad el problema de la mortalidad cardiovascular en población joven. Como explicó la doctora Rosa Riveiro, especialista adjunta del servicio de Genética del HUFJD, la muerte súbita provoca 40.000 muertes al año en España, de las que entre el 40 y el 50% son de personas jóvenes, en cifras de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Un problema que la experta puso en relación con un 29,3% de diagnósticos de miocardiopatías y un 19,3% de canalopatías, según datos de su propio hospital.
Al ser un síndrome que también causa el fallecimiento de bebés y niños de corta edad, la doctora Riveiro citó el caso de un niño de 13 años muerto en EE.UU., y cuya causa real de fallecimiento sólo pudo ser precisada por el doctor Michael J Ackerman de la Clínica Mayo, mediante una segunda autopsia molecular. Aspecto que permitió a la ponente recalcar que no sólo es preciso tener amplias bases de datos genéticos, sino también lo suficientemente depuradas. En relación con lo que debió suceder en la primera autopsia, claramente deficiente.
Riveiro se detuvo en el Síndrome de Marfan que, como enfermedad del tejido conectivo, afecta al corazón y los vasos sanguíneos, con potencial para producir la muerte repentina, además de dañar otros órganos. Para el abordaje de esta enfermedad de origen genético, la experta destacó “el análisis de los haplotipos, polimorfismos del ADN; la determinación de la NGS (FBN1) y, de manera especial, la identificación de NGS y DPNI en los diagnósticos preimplantacionales”.
En cuanto al trabajo que se realiza en su servicio hospitalario, la genetista explicó que realiza la secuenciación de pacientes cardiovasculares, pediátricos o ginecológicos. Para ello, se parte de la secuenciación del exoma completo, compuesto por 20.000 genes, hasta analizar 141 responsables de cardiopatías familiares. Se trata de un análisis bioinformático que utiliza la tecnología Illuminis de EE.UU. y la suiza de Sophia Genetics, que ya se ha utilizado con 340 familias por parte del HUFJD.
Así mismo, la doctora Riveiro hizo referencia a otros síndormes, como el de de Brugada o el de Costello, donde el primero es de naturaleza clínico-electrocardiográfica con arritmias ventriculares y muerte súbita en ausencia de cardiopatía estructural evidente.