La nueva era de las enfermedades neurodegenerativas. La base de los nuevos abordajes
- netmd
- 8 de enero de 2024
- Neurología
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RESUMEN
La detección por biomarcadores de los procesos fisiopatológicos y moleculares implicados en las enfermedades cerebrales por plegamiento anormal de proteínas está permitiendo delinear la historia natural de estos procesos. La gran mayoría de ellos tiene una fase preclínica prolongada, en la que los cambios biológicos son patentes. Las manifestaciones clínicas (fenotipos) no tienen una correspondencia unívoca con la patología subyacente, a pesar de que se han utilizado los epónimos anatomopatológicos para la descripción de los síndromes clínicos, lo que ha favorecido la imprecisión diagnóstica. Para realizar un adecuado manejo clínico debemos conocer los tres planos que definen actualmente los procesos neurodegenerativos más frecuentes. La precisión diagnóstica será un prerrequisito para las nuevas terapias dirigidas a modificar el curso de las enfermedades por plegamiento proteico cerebrales.
Introducción
Asistimos a un cambio en el manejo diagnóstico y terapéutico del grupo de enfermedades neurodegenerativas, sobre todo de las que afectan mayoritariamente a la corteza asociativa cerebral. La mayoría de las enfermedades neurodegenerativas que cursan con deterioro cognitivo se definieron por los cambios en la morfología celular encefálica y la tinción distintiva de agregados extracelulares e inclusiones intracelulares [1]. Este plano anatomopatológico (plano 1 de la figura) define a la enfermedad, aunque en algunas, como la enfermedad de Alzheimer, el patólogo necesitaba la información clínica para poder emitir un diagnóstico [2], cosa que raramente ocurre con otras enfermedades médicas. Como el clínico no conocía la anatomía patológica hasta la autopsia, el diagnóstico de enfermedad no se podía establecer en vida. La manera inicial de solventarlo fue añadiendo la incertidumbre sobre el diagnóstico clínico mediante el uso de los términos ‘probable’ y ‘posible’, que todavía se mantienen en los criterios de las demencias frontotemporales o con cuerpos de Lewy, o la atrofia multisistémica [3–5]. Esta terminología confunde a los pacientes y a sus familiares, les genera dudas sobre el diagnóstico, y puede demorar las ayudas a la dependencia e incapacidades, que suelen requerir un diagnóstico firme e irreversible para poder iniciar los trámites burocráticos [6]. El uso de epónimos anatomopatológicos a los cuadros clínicos limitaba la concepción de que las patologías neurodegenerativas pueden manifestarse clínicamente de formas diversas. Por ejemplo, el término enfermedad de Alzheimer se aplica en la clínica a una demencia lentamente progresiva con afectación marcada de la memoria episódica. Esto excluía las formas atípicas de presentación de la enfermedad (logopénica, visuoespacial, motora, conductual y asociada al síndrome de Down), añadiendo confusión a los pacientes que no saben si tienen Alzheimer o una afasia progresiva primaria.
G. García-Ribas, P. Garay-Albizuri, E.S. Stiauren-Fernández, F. Pérez-Trapote, M.A. Zea-Sevilla
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https://neurologia.com/articulo/2023290/esp