La prueba de esfuerzo es esencial para descartar cardiopatía isquémica en deportistas mayores de 40 años
- netmd
- 17 de marzo de 2018
- Cardiología
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14/03/2018
La medicina deportiva permite descartar patologías que contraindiquen la actividad física
En los últimos años el deporte aficionado está viviendo una auténtica revolución. Son muchas las personas que se suman al boom de la actividad física para mantener su salud, adquirir buenos hábitos, socializar. Al mismo tiempo la parcela competitiva copa, cada vez, más espacio. Como afirma el Dr. Juan Antonio Corbalán, director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional, “dado el número creciente de practicantes, no podemos soslayar el fenómeno lesional del deporte de competición practicado en masa o las repercusiones que puede tener una práctica mantenida durante muchos años sin la preparación adecuada”.
Si bien, de modo general, la práctica de actividad física moderada, de baja intensidad, evitando el sedentarismo, resulta clave en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, cuando la intensidad aumenta “es necesario el entrenamiento regular y asegurar la aptitud para la práctica”, advierte el Dr. Corbalán.
Tanto para las personas que van a iniciarse en la práctica deportiva, como aquellos que ya son practicantes, pero van a elevar notablemente la intensidad o resistencia del ejercicio que realizan, lo más conveniente es llevar a cabo una prevención básica mediante un reconocimiento médico. “Mediante una historia clínica detallada y un electrocardiograma podemos descartar determinadas patologías que podrían contraindicar la práctica. Este chequeo se hace imprescindible en cualquier rango de edad, pero debería ser obligatorio para los niños que se inicien en el deporte federado”, apunta el Dr. Corbalán.
A partir de este reconocimiento básico, se pueden añadir diferentes pruebas en función de las necesidades de cada deportista: “el ecocardiograma permite conocer la estructura y función cardiaca adecuadas para el deporte y la prueba de esfuerzo es fundamental a partir de los 40 años, o antes, si el paciente presenta cualquier síntoma de sospecha”. Vithas Internacional pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 19 hospitales y 27 centros médicos.
¿Cómo es una prueba de esfuerzo?
En ocasiones sólo las pruebas dinámicas, en las que el paciente es sometido a un ejercicio máximo o submáximo, de la suficiente intensidad, pueden dar luz en el diagnóstico de las enfermedades que cursan latentes y que sólo se manifiestan en condiciones de estrés.
La ergometría o prueba de esfuerzo es una técnica diagnóstica para valorar la respuesta del corazón ante el ejercicio. Consiste en realizar un ejercicio físico en tapiz rodante o bicicleta estática aumentándose progresivamente la carga, de acuerdo con unos protocolos predeterminados. Durante la prueba la monitorización electrocardiográfica es continua. “Permite registrar la actividad del corazón durante un momento de esfuerzo controlado. Sus resultados pueden detectar alteraciones en el electrocardiograma sugerentes de isquemia miocárdica con el ejercicio. También aporta información muy valiosa sobre la respuesta de la tensión arterial al ejercicio y la posible aparición de arritmia desencadenada por el mismo”, advierte el Dr. Corbalán.
Una modalidad más completa de este tipo de prueba sería la ergoespirometría, que complementa el estudio diagnóstico con el análisis de gases, “midiendo la cantidad de oxígeno que se consume y, por tanto, la respuesta coordinada del sistema respiratorio, el cardiovascular y el propio músculo”.
Fuente: Vithas
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