La rehabilitación del suelo pélvico en los hombres es clave para recuperar la función eréctil y la continencia urinaria tras una cirugía prostática
12/07/2021
Tras una prostatectomía radical la continencia de la orina queda a responsabilidad de 1 solo esfínter.
El suelo pélvico masculino se sitúa en la parte inferior de la pelvis, y actúa como base o como “cierre” del compartimento abdómino-pélvico. Fortalecerlo es clave, sobre todo en pacientes que han tenido problemas prostáticos. Hay que tener en cuenta que el cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en hombres a nivel mundial y el riesgo de padecer esta enfermedad aumenta a partir de los 50 años, siendo diagnosticado en el 80% de los casos a partir de los 65 años.
Tal como explica Carla Talens, responsable de la unidad de suelo pélvico del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “la próstata es una glándula del aparato reproductor masculino que se ubica por debajo de la vejiga y es atravesada por la uretra, conducto por el cual discurre la orina y el semen hacia el exterior. A la porción de la uretra que atraviesa la próstata se le conoce como uretra prostática. Nada más salir de la próstata nos encontramos con el EUI (esfínter uretral interno), uno de los 2 esfínteres encargados de “abrir y cerrar” la uretra para permitir o no la micción”.
Según la profesional, “tras una prostatectomía radical, es decir, la extirpación de la próstata, se resecciona la extensión de la uretra prostática y con ello el EUI, por ello tras dicha cirugía por un lado el pene disminuye su longitud total y por otro la continencia de la orina queda a responsabilidad de 1 solo esfínter, el EUE (esfínter uretral externo)” y subraya “como consecuencia es muy frecuente la IU POST prostatectomía”. En estos casos, es fundamental la tonificación adecuada del EUE antes y después de la cirugía prostática, para garantizar la continencia urinaria.
Por otra parte, la técnica quirúrgica empleada para realizar dicha intervención es clave ya que la longitud uretral que se preserve es decisiva para el pronóstico funcional en relación a la continencia urinaria. “Es decir, -explica la profesional-, se necesitan al menos 11mm de uretra membranosa para poder conseguir corregir las pérdidas de orina. Además, también es frecuente encontrar disfunción eréctil tras una prostatectomía radical debido a la pérdida de inervación de la musculatura superficial del pene. Aquí también es clave la técnica quirúrgica empleada con el objetivo de preservar la integridad de la mayor cantidad posible de vasos y terminaciones nerviosas relacionadas con la erección masculina”.
Tonificación de la musculatura
La tonificación de la musculatura superficial del periné masculino puede contribuir a recuperar la función eréctil, aunque la inervación preservada será decisiva para el grado de recuperación que se consiga. Según la profesional, “en aquellos casos en los que no se consiga la resolución completa de la IU y/o disfunción eréctil es interesante mencionar que, hoy en día, existen dispositivos que suplen dichas deficiencias como son las pinzas peneanas, útiles para situaciones concretas como ir a la playa, piscina, spa, viajar, practicar algún deporte, acudir a eventos sociales, etc. con la tranquilidad de no sufrir escapes de orina o las bombas de vacío, útiles para producir erecciones que permitan mantener relaciones sexuales”.
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