La tasa de cesáreas disminuye con el parto inducido frente al manejo expectante

DALLAS, USA. La inducción electiva del trabajo de parto en mujeres de bajo riesgo a las 39 semanas de gestación se asoció con una reducción en la tasa de cesáreas, en comparación con el manejo expectante, según resultados de un gran estudio aleatorizado. También mejoraron otros resultados materno-fetales, informaron los investigadores en una sesión resumida de última hora en el 38.º Congreso de la Society for Maternal-Fetal Medicine’s.

“Nuestros resultados sugieren que es poco probable que las políticas dirigidas a evitar la inducción electiva del trabajo de parto en mujeres nulíparas reduzcan la tasa de cesáreas a nivel poblacional”, expresó el Dr. William Grobman, primer autor, de la Northwestern University Feinberg School of Medicine en Chicago, Estados Unidos.

El ensayo multicéntrico ARRIVE, realizado en 41 hospitales de la Maternal-Fetal Medicine Units Network,de National Institutes of Health, actualmente es el estudio aleatorizado más grande sobre el tema, que involucró a más de 6.100 pacientes en 41 centros.

En general, la tasa de partos por cesárea fue de 18,6% entre las 3062 mujeres asignadas aleatoriamente a la inducción electiva (a las 39 semanas de gestación), en comparación con 22,2% entre las 3044 participantes del grupo expectante (Riesgo relativo [RR] 0,84).

Además, los resultados adversos maternos, incluyendo preeclampsia e hipertensión gestacional, fueron más bajos de manera estadísticamente significativa en el grupo de trabajo de parto inducido. Asimismo, los neonatos de este grupo tuvieron una probabilidad 30% menor de experimentar morbilidad respiratoria. Otros resultados fueron similares entre los dos grupos.

Las guías del American College of Obstetrician and Gynecologists señalan que la inducción electiva puede considerarse mucho después de las 39 semanas de gestación (a las 41 semanas), y realizarse a las 42 semanas.[2] Sin embargo, la creciente evidencia coincide con los nuevos hallazgos, y está dirigiendo el campo hacia una mayor aceptación de la inducción electiva a las 39 semanas de gestación.

Según informó Medscape Noticias Médicas, en un debate sobre el tema en el congreso del American College of Obstetrician and Gynecologists del año 2016, inesperadamente ambas partes discutieron en favor de la inducción a las 39 semanas de gestación en mujeres de bajo riesgo.

La preocupación con el trabajo de parto inducido entre las 39 y 40 semanas de gestación se ha centrado principalmente en mujeres nulíparas con cérvix desfavorable y en los efectos adversos maternos con un aumento de cesáreas, que conllevan una serie de riesgos que incluyen infección, histerectomía y enfermedad respiratoria neonatal.

Sin embargo, el Dr. Grobman indicó que los números necesarios para tratar, que pueden derivarse del nuevo estudio, sugieren que el riesgo no aumenta en las mujeres de bajo riesgo.

“Por el contrario, nuestros datos muestran que por cada 28 nulíparas que se someten a la inducción del trabajo de parto a las 39 semanas de gestación, se evitaría una cesárea”, comentó el autor.

“Además, el número necesario para inducir la prevención de un caso de apoyo respiratorio neonatal es de 83, y la cantidad necesaria para prevenir un caso de trastorno hipertensivo del embarazo, es de 20”.

“Hallazgos ampliamente generalizables”

En el estudio, realizado entre marzo de 2014 y agosto de 2017, los investigadores asignaron aleatoriamente a 6.106 mujeres de bajo riesgo entre 38 semanas y 0 días de gestación, y 38 semanas y 6 días de gestación, a una inducción electiva entre 39 semanas y 0 días de gestación, a 39 semanas y 4 días de gestación, o a un manejo expectante, suspendiendo el parto electivo antes de la semana 40 y 5 días, y con un trabajo de parto a las 42 semanas y 2 días, a más tardar.

De esas mujeres, 94% en el grupo de trabajo inducido, y 95% en el de manejo expectante, se apegaron al protocolo del grupo asignado.

El parto fue significativamente más temprano entre las pacientes del grupo de inducción electiva (39,3 frente a 40,0 semanas, p < 0,001), y el peso al nacer fue menor, en comparación con el grupo expectante (3300 frente a 3380 gramos; p < 0,001).

El resultado primario, que consistió en un conjunto de eventos adversos perinatales, fue similar entre ambos grupos, con 4,3% en el grupo de inducción electiva, y 5,4% en el grupo de manejo expectante (RR: 0,80; p = 0,049 [p < 0,046 se determinó para indicar que fuera estadísticamente significativa]). Los eventos adversos perinatales observados en el conjunto, incluyeron muerte perinatal, puntaje Apgar de 3 (o menos, a los 5 minutos), encefalopatía hipóxica isquémica, convulsiones, infección, síndrome de aspiración de meconio, trauma en el nacimiento, hemorragia intracraneal o subgaleal, o hipotensión que requirió de vasopresores.

Una diferencia notable en los resultados incluyó la necesidad del soporte respiratorio neonatal, que fue menor en el grupo de trabajo inducido (3,0% frente a 4,2%, RR: 0,71; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,55 – 0,93).

Además, la tasa de hipertensión en el embarazo también fue menor en el grupo de trabajo inducido (9,1%) frente al grupo de tratamiento expectante (14,1%, RR: 0,64; IC 95%: 0,56 – 0,74).

Aunque las mujeres del grupo de trabajo inducido tuvieron una tasa menor en la pérdida gestacional previa, que aquellas en el grupo expectante, la menor tasa de cesáreas observada en este grupo no cambió después de ajustar la pérdida gestacional previa.

Los resultados informados por las pacientes, incluyendo la puntuación de la labor agentry scale posparto, y a las 6 semanas, que es indicativa del control personal percibido durante el embarazo y el parto, fueron mayores para el grupo de inducción (p < 0,001 y p = 0,01, respectivamente), y las medidas del peor dolor de parto, y el dolor de parto general, también fueron más favorables con el grupo inducido (ambos, p < 0,001).

No hubo diferencias significativas entre los grupos en términos de raza, edad materna, índice de masa corporal, o calificación modificada de Bishop en las medidas conjugadas del resultado perinatal primario, o en relación con el parto por cesárea.

“En esta prueba aleatorizada de inducción del trabajo de parto en mujeres nulíparas a las 39 semanas de gestación, la inducción no produjo ninguna diferencia en el resultado conjunto perinatal primario”, expresó el Dr. Grobman.

“Por el contrario, en el grupo de inducción hubo una frecuencia significativamente menor de cesáreas, soporte respiratorio neonatal, y trastorno hipertensivo del embarazo, así como reducción del dolor, y mayor control percibido durante el trabajo de parto”.

El autor también señaló que los estudios observacionales previos que han demostrado un vínculo entre la inducción electiva y la cesárea, han sido erróneos, ya que comúnmente utilizaron el trabajo de parto espontáneo como punto de comparación clínico.

“Tal comparación brinda poca información sobre los resultados clínicos, ya que el parto espontáneo no es una alternativa segura a la inducción”, continuó el médico……….

Nancy A. Melville

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://espanol.medscape.com/verarticulo/5902384