Leishmaniasis cutánea podría tratarse con dióxido de titanio
- netmd
- 7 de octubre de 2017
- Dermatología
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El resultado se logró después de preparar una composición de nanopartículas de dióxido de titanio modificadas y mezclarlas en una solución acuosa. El polvo obtenido se probó en laboratorio mediante la inclusión del material en un cultivo de células infectadas con el parásito Leishmania, el cual transmite la enfermedad.
Este se aloja en las células de la dermis, las cuales captan el compuesto cuando este se pone en la piel, y al someterlo a la luz se activa destruyendo los microorganismos.
En la investigación –realizada en asocio con la Universidad Estadual Paulista Julio de Mesquita Filho, de Brasil– la composición se irradió con luz led a una longitud de onda de 482 nanómetros y su capacidad fotodinámica se validó para destruir el parásito. Después se efectuó un experimento en ratones BALB/c, cuyo sistema inmune es más débil que el de otras especies de roedores, pero que pueden aproximarse a las respuestas del sistema inmune humano.
Para la prueba se utilizaron siete grupos de 12 ratones cada uno, entre los que hubo: roedores sanos; infectados y no tratados; infectados y tratados con el fármaco comercial (Anfotericina B); y tratados con el compuesto en diferentes dosis. A los ratones se les inyectó el compuesto en heridas ocasionadas por la leishmaniasis que aparecieron dos semanas después del contagio.
“Se encontró que las estructuras de dióxido de titanio con zinc presentaron mejor respuesta antileshmania a una dosis de 46 microgramos por mililitro, al reducir el número de parásitos entre 30 % y 40 %”, expone Alex Lopera, estudiante del Doctorado en Ingeniería – Ciencia de los Materiales de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín, quien realizó el estudio.
El investigador agrega que aunque el compuesto presentó respuesta antileishmania se encontró una reacción tóxica en las células, “sin embargo, hubo afinidad por los microorganismos”.
Este tratamiento, comparado con el convencional, tiene potenciales ventajas, puesto que la forma actual de controlar la enfermedad es mediante fármacos como los antimoniales pentavalentes, los cuales producen efectos adversos como vómito, fiebre y diarrea, por lo que es frecuente que los pacientes abandonan el tratamiento.
Aunque el resultado da buenos indicios es necesario continuar investigando al respecto para evaluar otros efectos del tratamiento.
La leishmaniasis produce laceraciones en el cuerpo que dejan cicatrices de por vida y que es causa grave de discapacidad. En las Américas la manera más frecuente de infección de la enfermedad es por la picadura de zancudos del género Lutzomyia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de dos terceras partes de los casos nuevos aparecen en Afganistán, Argelia, Brasil, Colombia, Irán y Siria.
La enfermedad se presenta en tres tipos: visceral (se aloja en el hígado y es la forma más grave de la leishmaniasis), la mucocutánea y la cutánea, la más frecuente.