Lesión autoinfligida y absceso cerebral secundario en un paciente con esquizofrenia.
- netmd
- 28 de noviembre de 2023
- Psiquiatría
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RESUMEN
La lesión autoinfligida es un acto intencional de hacerse daño sin propósito suicida. El presente caso describe a un paciente esquizofrénico de 37 años de edad, que ha padecido 20 años con la enfermedad, y síntomas recientes de irritabilidad, agresividad, aislamiento, ideas de perjuicio y contaminación («tengo un estafilococo en mi cabeza»). Durante 10 años utilizaba varios objetos, incluido un bisturí con el que llegó a remover (extirpar) parte de la calota, ocasionando un edema vasogénico en la región córtico-fronto-parietal izquierda que produjo hemiparesia braquiocrural derecha y motivó su admisión. Luego de descartarse un accidente cerebrovascular o tumor cerebral, fue intervenido quirúrgicamente para la extracción de un absceso cerebral. Recibió varios fármacos antipsicóticos con respuesta parcial, y más tarde mejoró con la administración de paliperidona. En casos como este, es necesario un tamizaje, diagnóstico y tratamiento oportunos para evitar evolución y pronóstico tórpidos en pacientes esquizofrénicos con lesiones autoinfligidas y con historia de pobre respuesta y adherencia al tratamiento.
CASO CLÍNICO
Se trata de un paciente varón de 37 años de edad, veterinario, soltero y con grado de instrucción superior. Durante la niñez y la adolescencia tuvo dificultad en el rendimiento académico, problemas de conducta, retraimiento social, abuso de bebidas alcohólicas y períodos de irritabilidad y agresividad. A los 24 años empezó a tener conductas desorganizadas: guardaba piezas de motores y diversas herramientas, y permanecía encerrado en su habitación manipulándolas. Descuidó su aseo personal, no se bañaba por semanas, además presentaba ideas delirantes de perjuicio respecto a su familia, ya que sentía que podían envenenarlo, por lo que él mismo preparaba sus alimentos.
A los 29 años, durante unos meses, trabajó en el transporte público de pasajeros; tuvo problemas con sus compañeros de trabajo, señala que lo amenazaban y querían robarle su ganado, por lo que llevaba un machete en su mochila cada vez que salía. Refirió que le pusieron un estafilococo en su cabeza, que tenía una sensación de un cuerpo extraño y se manipuló dicha zona. Como no desaparecía dicha sensación, continuó esta conducta durante casi un año, lo cual produjo una herida inicialmente pequeña en la región parietofrontal izquierda que la limpiaba con un hisopo. Con el transcurso del tiempo, esta herida fue aumentando de tamaño. Durante los últimos 2-3 años se manipulaba la herida con un bisturí bajo efecto de anestesia local que él mismo se aplicaba, lo que terminaba aumentando la lesión en tamaño y profundidad. Esta actividad le consumía gran parte de su tiempo, a veces horas.
Los últimos seis meses presentó mayor desorganización de la conducta: no se bañaba durante varios meses; envenenaba a los animales; su habitación lucía muy sucia; tenía baldes de agua mal oliente; guardaba cartuchos de escopeta con pólvora; tenía en construcción un arma de fuego muy rudimentaria; además de aislamiento social, risas inmotivadas y mayor agresividad.
Dos días antes de su hospitalización presentó hemiparesia faciobraquial derecha, por ello fue llevado a emergencia por sus familiares.
Diashania Gibaja Reyes1
Juan Manuel Zevallos Rodríguez1
César Augusto Cárdenas Medina1
Henry Sánchez Rueda1
Sofía Carolina Ojeda Rodríguez1
1Hospital III Goyeneche. Arequipa, Perú.
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