Lesión de Essex-Lopresti: Diagnóstico y Tratamiento
- netmd
- 20 de septiembre de 2019
- Traumatología y Cirugía Ortopédica
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Resumen
Definición
La lesión de Essex-Lopresti combina una fractura de la cabeza del radio, la rotura longitudinal de la membrana interósea y de los elementos estabilizadores de la articulación radiocubital distal, y funcionalmente equivale a una inestabilidad radiocubital longitudinal.
Diagnóstico
Su baja incidencia y la sintomatología centrada alrededor de la fractura de cabeza de radio hace que, a menudo no se diagnostique en la fase aguda y acabe cronificándose. El diagnóstico requiere una evaluación clínica y pruebas de imagen de todo el antebrazo.
Tratamiento
Las premisas en el tratamiento son restablecer la anatomía y restituir la biomecánica del antebrazo para lo que es imprescindible conservar o sustituir la cabeza del radio y favorecer la cicatrización de los elementos estabilizadores de la articulación radiocubital distal. A pesar de que puede haber menos consenso en cuanto a la capacidad de cicatrización y la reconstrucción de la membrana interósea, se obtienen mejores resultados clínicos cuando se lleva a cabo su reconstrucción. La utilización de una prótesis total de la articulación radiocubital distal combinada con la fijación interna o una prótesis de cabeza de radio simplifica el tratamiento y los resultados obtenidos hasta el momento son prometedores.
Introducción
La primera referencia a esa lesión que combina una fractura de la cabeza del radio, la rotura longitudinal de la membrana interósea (MIO) y de los elementos estabilizadores de la articulación radiocubital distal (ARCD), se debe a Curr y Coe[1] que en 1946, describen la asociación de la fractura de la cabeza de radio y la luxación radiocubital distal. En 1951, Essex-Lopresti[2] describe dos casos con fractura conminuta de la cabeza del radio; en uno de ellos se resecó y se observó en el postoperatorio un ascenso del radio y una subluxación de la articulación radiocubital distal con molestias que no le impidieron seguir trabajando como minero y, en el otro en el que inicialmente se detectó la subluxación de la articulación radiocubital distal, se procedió a la osteosíntesis de la cabeza del radio y se obtuvo mejor evolución clínica. A pesar de que esa lesión ha sido acuñada con el epónimo de Essex-Lopresti, ese autor no pensó que la membrana interósea pudiera estar afectada, al contrario de la opinión de Curr y Coe. Trousdale y col[3], en 1992, publican una serie de 20 casos con disociación radiocubital e introducen el concepto de “inestabilidad radiocubital longitudinal”, que incluye desde los grados severos de inestabilidad hasta los grados moderados o leves en los que los síntomas sólo aparecen tras la escisión de la cabeza radial.
El mecanismo de producción implica una compresión axial en el que una fuerza longitudinal es transmitida desde la muñeca a través del antebrazo produciendo finalmente una fractura de la cabeza del radio ([Fig. 1]). La clínica producida por la fractura de la cabeza del radio puede enmascarar al resto de las lesiones permitiendo la migración proximal del radio y un pinzamiento cúbitocarpiano si el tratamiento se reduce a la escisión de la cabeza del radio. A pesar de que en la mayoría de los casos, la fractura de la cabeza del radio es conminuta, también puede ocurrir con fracturas estables y sin desplazar.[4]
Fernando García de Lucas 1 Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Hospital FREMAP de Majadahonda, Madrid, Spain
Guillermo F. García Ruiz-Calero2 Servico de Médicina Física y Rehabilitación, Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla,” Madrid, Spain
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https://www.thieme-connect.com/products/ejournals/html/10.1055/s-0039-1688707