Los bebés y los ancianos son las poblaciones más expuestas a desarrollar enfermedades infectocontagiosas en el transporte público

04/02/2019

La Asociación de Microbiología y Salud (AMYS) hace hincapié en la importancia de promover estrategias que impidan en la medida de lo posible la trasmisión de microorganismos en el transporte público, tales como taparse la nariz o la boca cuando se tose o estornuda y lavarse frecuentemente las manos

En la última década, se ha incrementado a nivel mundial enfermedades consideradas desaparecidas y su reaparición podría estar relacionada, entre otras causas, con los movimientos antivacunas. Las personas no vacunadas correctamente utilizan medios de transporte, lo que se convierte en un medio a la dispersión de microorganismos responsables de diferentes tipos de infecciones.

“Los lugares cerrados son escenarios perfectos para aumentar la posibilidad de adquirir microorganismos patógenos y desarrollar potencialmente una enfermedad infectocontagiosa”, ha advertido la Dra. Ruth Figueroa, microbióloga y vocal de la junta directiva de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS). Si una persona tiene gripe y durante su trayecto en transporte público estornuda o tose y lo hace de manera incorrecta -esto es, sin utilizar un pañuelo o  el brazo-, “genera pequeñas partículas que, por un lado, van a desplazarse hacia otras personas, mientras que otras permanecerán en sus manos y se quedarán en distintos tipos de superficie, tales como barandillas, cristales y botones o pueden entrar en contacto con otras personas, por ejemplo al saludarse”, ha recalcado la especialista.

En este sentido, estas gotas infectadas entran a la mucosa de otra persona y pueden llegar a trasmitir los microorganismos vehiculados, lo que podría provocar un nuevo contagio. La población más expuesta a adquirir una enfermedad infectocontagiosa suele ser aquella que se encuentra en los extremos de la vida (bebés y ancianos), o aquellas con procesos agudos o crónicos que debilitan su propio sistema inmune.

“De cualquier forma, esto no debe alarmar a la población a no usar los medios de transporte para evitar aglomeraciones, sino que se deben adecuar estrategias que impidan en la medida de lo posible la trasmisión de microorganismos, tales como taparse la nariz o la boca cuando se tose o estornuda y lavarse frecuentemente las manos”, ha hecho hincapié la representante de AMYS.

Las enfermedades bacterianas y virales que generan microorganismos susceptibles de transmitirse por vía aérea son la tosferina, difteria, faringitis causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, tuberculosis, enfermedad meningocócica, varicela, rubéola, sarampión, gripe (virus Influenza), virus sincitial respiratorio (VRS) y la neumonía. Estas tres últimas son más frecuentes en invierno y “la mayoría de ellas son prevenibles por vacunación”, recalca la especialista.

Entre las recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emite para la reducción de la posibilidad  de adquirir alguna infección en nuestra vida diaria, sobre todo para la población que utiliza el transporte público, figuran las siguientes: la vacunación como medida de prevención fundamental, tanto para los niños como para los adultos, y la higiene de manos mediante el lavado con agua y jabón o  con gel hidroalcohólico.

El ser humano dispone de un sistema inmune que trabaja a diario bien para proteger y evitar infecciones con microorganismos patógenos o para ser tolerante con otros microorganismos que pueden reportar beneficios para la salud de quienes los albergan. “Seguir una dieta adecuada y muy especialmente dar valor al papel de las vacunas son medidas que mantendrán un sistema óptimo para evitar las llamadas enfermedades inmunoprevenibles”, ha señalado la Dra. Figueroa.

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