Los tratamientos biológicos ayudan a reducir el uso de corticoides orales en pacientes con asma grave

17/12/2021  

El 44,1% de los pacientes con asma grave eosinofílica utilizan corticoides orales de manera crónica además de otros tratamientos para controlar sus síntomas y exacerbaciones ². Su uso excesivo puede provocar efectos adversos graves a corto y largo plazo, incluyendo aumento de peso, diabetes, osteoporosis, glaucoma, ansiedad, depresión, inmunosupresión por enfermedades cardiovasculares o insuficiencia suprarrenal 3-7

El asma grave es una enfermedad a menudo debilitante que afecta a entre 12 y 40 millones de personas aproximadamente en todo el mundo8,9,10. El 44,1% de los pacientes utilizan corticoides de manera crónica2, cuya dependencia puede ocasionar efectos adversos graves a corto y largo plazo3-7. Los tratamientos biológicos pueden reducir de manera sólida y sostenida en el tiempo el uso de corticoides1.

“Los fármacos biológicos son terapias dirigidas contra moléculas específicas que participan en la cascada inflamatoria del asma. Han demostrado beneficios en los pacientes con asma grave que no se controlan con altas dosis de corticoides inhalados asociados a un broncodilatador de acción prolongada o a otra medicación controladora”, explica el doctor Carlos Almonacid, jefe del Servicio de Neumología del Complejo Hospitalario de Toledo.

Por este motivo, desde la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA 5.1) se recomienda el uso de estos tratamientos en aquellos pacientes cuya asma permanezca mal controlada y con exacerbaciones frecuentes11. Así, el doctor Almonacid detalla que los beneficios de estos tratamientos son múltiples, sobre todo en cuanto a la reducción del uso de corticoides, ya que “disminuyen los niveles de inflamación de una forma eficaz, mejorando el control de los síntomas, evitando las exacerbaciones y mejorando la función pulmonar, disminuyendo el uso de corticoides sistémicos, ya sea de forma continua o en ciclos. Es precisamente en estos últimos donde algunos fármacos biológicos logran la suspensión completa de los corticoides sistémicos, evitando los eventos adversos asociados a esta medicación”.

El uso frecuente o crónico de corticoides orales puede provocar efectos adversos graves, como aumento de peso, diabetes, osteoporosis, glaucoma, ansiedad, depresión, inmunosupresión por enfermedades cardiovasculares o insuficiencia suprarrenal3-7, una enfermedad en la que las glándulas suprarrenales no producen cantidades adecuadas de hormonas esteroides12,13.

En este sentido, este experto explica que “los efectos adversos se observan con mayor intensidad a mayor dosis acumulada de corticoides sistémicos, de ahí que la administración de varios ciclos de corticoides sistémicos al año pueda implicar una dosis acumulada entre 0,5 y 1 g, que se asocian a un incremento significativo de eventos adversos”.

Además, la dependencia excesiva de los corticoides orales también puede suponer una presión adicional para los sistemas sanitarios. Un análisis realizado en el Reino Unido identificó que los pacientes con asma dependientes de estos tienen una media de costes directos de tratamiento sanitario un 43% mayor que los pacientes que no reciben corticoides orales de mantenimiento14.

Por eso, el doctor añade que “se debería evitar el uso de corticoides sistémicos en los pacientes con asma grave. Debemos ser conscientes del riesgo asociado a su consumo. Debemos estar alerta de la dosis anual acumulada de corticoides sistémicos en nuestros pacientes y pasar una encuesta para detectar precozmente los eventos adversos asociados a su consumo”, añade el doctor.

El beneficio para los pacientes con asma grave eosinofílica y comorbilidades

El 83,8% de las personas con asma grave tienen recuentos elevados de eosinófilos, glóbulos blancos, y pueden provocar inflamación de las vías respiratorias en algunos pacientes2. “Este tipo de pacientes son los que más se benefician de las nuevas terapias biológicas, especialmente de las terapias biológicas dirigidas contra la interleucina 5 (IL-5) y receptor de la IL-5. Se ha demostrado que, a mayor número de eosinófilos en sangre, mejor respuesta a estos fármacos”, explica el doctor Almonacid.

Además, los pacientes con asma a menudo tienen comorbilidades como son la enfermedad rinosinusal (con o sin pólipos asociados), el reflujo gastroesofágico, la obesidad, el síndrome de apnea del sueño, la disfunción de las cuerdas vocales, las alteraciones psicopatológicas y/o la disnea funcional, que pueden contribuir a un control inadecuado del asma15.  Los tratamientos biológicos tienen un impacto positivo sobre muchas de estas comorbilidades, “fundamentalmente, se ha demostrado su eficacia en las rinosinusitis con pólipos nasales, observándose un beneficio en el control de los síntomas y en la calidad de vida de los pacientes que sufren pólipos nasales. También, algunos fármacos biológicos han demostrado beneficios sobre comorbilidades como la urticaria y la dermatitis atópica”, concluye Almonacid.

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