Lupus y sinapsis interrumpidas

 

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune incurable caracterizada por la deposición de autoanticuerpos en tejidos como riñón, piel y pulmones. Notablemente, hasta el 75% de los pacientes con LES experimentan síntomas neuropsiquiátricos que van desde ansiedad, depresión y deterioro cognitivo hasta convulsiones. En algunos casos, ciertos autoanticuerpos promueven el lupus a nivel de sistema nervioso central (SNC). Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, los mecanismos que subyacen a estos síntomas son desconocidos. El lupus del SNC se presenta típicamente en el momento del diagnóstico de lupus o dentro del primer año, lo que sugiere que los factores tempranos que contribuyen a la autoinmunidad periférica pueden promover la aparición de síntomas a nivel del SNC. Recientemente, se ha demostrado que el interferón tipo I (IFN – I) estimula a la microglia para absorber material neuronal y sináptico en ratones propensos al lupus, y favorablemente también se mostró que la pérdida de sinapsis podía prevenirse bloqueando la señalización de IFN – I. Estos hallazgos y la observación del aumento de la señalización IFN – I en secciones postmortem del hipocampo de pacientes con LES pueden fomentar la evaluación de los ensayos clínicos en curso basadoe en el uso de anticuerpos monoclonales como anifrolumab, un antagonista de los receptores IFN – I.

Vía de interferón

El lupus es una enfermedad autoinmune compleja que puede afectar a casi cualquier órgano del cuerpo. La disfunción cerebral se desarrolla en muchas personas con la enfermedad, pero la base  molecular y celular para este aspecto de la condición aun no son comprendidos en su totalidad. Además, actualmente no hay terapias disponibles. En un reciente artículo Allison Bialas (doi: 10.1038/nature22821) y colaboradores proporcionan información sobre cómo la enfermedad cerebral puede ocurrir en modelos de ratones de lupus, y muestran un potencial objetivo terapéutico.

El interferón tipo I y su receptor son parte de una vía que tiene un eje central en la respuesta inmune contra infecciones virales. Comparadas con individuos sanos, las personas que tienen una respuesta de interferón I defectuosa pueden ser propensas a las infecciones, mientras que los individuos que tienen una hiperactividad de esta respuesta podrían tener enfermedad autoinmune o daños en los órganos asociados con la inflamación. La activación anormal de respuestas de interferón I se observa en la mayoría de las personas con lupus, y un estudio clínico (Cell. 2016 Apr 21;165(3):551-65) evidenció que la expresión génica relacionada con el interferón se correlaciona con características específicas de la enfermedad.

Los autores estudiaron modelos de ratones de lupus previamente establecidos en la que hay activación del interferón tipo I (Immunity. 2017 Jan 17;46(1):106-119). Observaron que tales ratones muestran déficits neurológicos significativos, incluyendo un mal rendimiento en tareas cognitivas y conductuales. Sin embargo, su tratamiento con un anticuerpo que bloquea la señalización a través del receptor de interferón I previene estos síntomas neurológicos.

Los autores trataron de determinar qué células podrían ser responsables de este fenómeno. En muchas enfermedades asociadas con la neuroinflamación, las células inmunitarias entran en el cerebro. Sin embargo, no se encontró evidencia de tal infiltración en el cerebro en los ratones modelo. Este hallazgo indica que las células que causan el daño neurológico podrían originarse en el mismo cerebro.

La microglia, las células inmunes residentes del cerebro, fueron consideradas como el principal sospechoso. Estas células realizan muchas funciones inmunológicas que incluyen la vigilancia activa de sus ambientes y a través de un proceso de ingesta (engulfment) pueden incorporar material celular. La inflamación y el daño celular pueden estimular a la microglia a adoptar un estado activado asociado con un aumento de la actividad de las funciones inmunitarias, incluyendo el envolvimiento de material extracelular. Los autores encontraron que la microglia estaba en un estado activado a lo largo de todo el cerebro de los ratones modelo, y estaban respondiendo a la señalización por interferón tipo I.

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