Manejo exitoso de macroadenoma hipofisario no funcionante con cabergolina

Resumen

Los adenomas hipofisarios no funcionantes (AHNF) son aquellos que no se acompañan de ninguna manifestación de hipersecreción hormonal. Sus síntomas se deben al efecto compresivo por crecimiento tumoral, y la cirugía transesfenoidal es el tratamiento de elección como terapia inicial, mientras que en aquellos en los cuales no se presente sintomatología se sugiere el manejo expectante. No existe en el momento un tratamiento farmacológico estandarizado para el manejo de los AHNF. Sin embargo, se ha postulado el uso de agonistas dopaminérgicos en la reducción del tamaño de los AHNF. Se presenta el caso de una paciente con un hallazgo incidental de AHNF en contacto con el quiasma óptico, sin manifestaciones clínicas, quien rechazó la intervención quirúrgica, por lo cual se realizó una prueba terapéutica con cabergolina. Después de 6 meses de tratamiento, se realizó una resonancia magnética en la que se evidenció la reducción del volumen tumoral del 73 % sin contacto con el quiasma

Introducción

Los adenomas hipofisarios representan el 90 % de las lesiones selares con una prevalencia entre 7 y 43 casos por 100 000 habitantes (1, 2), aquellos no funcionantes (AHNF) no se acompañan de ninguna manifestación de hipersecreción hormonal. Sus síntomas se deben al efecto compresivo por crecimiento tumoral, lo que genera manifestaciones neuroftalmológicas, cefalea, defectos del campo visual e hipopituitarismo (3). Al no presentar signos o síntomas por hipersecreción hormonal, muchas veces se detectan casualmente en pruebas radiológicas realizadas por otros motivos (incidentalomas). Entre los adultos sometidos a estudios por imágenes (tomografía computarizada [TC] o imagen de resonancia magnética [IRM]) por razones distintas a los síntomas o enfermedad de la hipófisis, la frecuencia de anormalidades detectadas incidentalmente puede ser del 4 al 20 % por TC y del 10 al 38 % por IRM (4).

Para los AHNF que causen alteraciones visuales u otros síntomas neurológicos, la cirugía transesfenoidal es el tratamiento de elección como terapia inicial. En aquellos en los cuales no se presenten alteraciones endocrinas, visuales o neurológicas se sugiere el manejo expectante. No existe en el momento un tratamiento farmacológico estandarizado para el manejo de los AHNF. Sin embargo, dado el éxito del uso de los agonistas dopaminérgicos en la reducción del tamaño de los adenomas lactótropos, se ha postulado el uso de estos medicamentos como tratamiento farmacológico para los AHNF, en los que se encontraron resultados variables en términos de estabilización o disminución de la masa tumoral (5), sin definirse aún su rol en la práctica clínica.

A continuación, se presenta el caso de una paciente con diagnostico incidental de AHNF, con compresión del quiasma óptico, sin defectos visuales ni síntomas neurológicos, quien no aceptó el manejo quirúrgico, por lo que se dio como alternativa terapéutica el uso del agonista dopaminérgico tipo cabergolina, cuya respuesta clínica fue satisfactoria con una disminución significativa de la masa tumoral y descompresión del quiasma.

Presentación del caso

Paciente femenina de 37 años con historia de obesidad grado III, a quien por sintomatología inespecífica de mareos se le realizó una TC cerebral que encontró un hallazgo incidental de masa selar, corroborado por IRM de silla turca con evidencia de una lesión selar compatible con adenoma hipofisario (Figura 1). No tenía evidencia clínica de síntomas por déficit o exceso hormonal, la evaluación neuroftalmológica y los campos visuales fueron normales. El perfil hipofisario mostró como única alteración una leve elevación de la prolactina atribuida al efecto compresivo sobre el tallo hipofisario; se descartó efecto Hook con valores de prolactina diluida (Tabla 1).

Ante la evidencia de compresión quiasmática y el riesgo de compromiso visual se planteó como primera opción el manejo quirúrgico, que no fue aceptado por la paciente. Se optó como alternativa de manejo una prueba terapéutica con cabergolina en dosis de 0,5 mg semanales con buena tolerancia. Después de 6 meses de tratamiento se realizó una IRM, en la que se evidenció la reducción del volumen tumoral del 73 % sin contacto con el quiasma (Figura 2).

Sarmiento JG,¹ Pérez Urrea LV,² López Pinzón PA,² Galván Salas WL²
¹ Grupo de endocrinología, Fundación Oftalmológica de Santander (Foscal), Endocrinólogos del Oriente (Endoriente). Bucaramanga, Colombia
² Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga, Colombia

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http://revistaendocrino.org/index.php/rcedm/article/view/612/803