Más evidencias de que la depresión reduce la duración de la vida

Y las mujeres han sido incluso más afectadas que los hombres en las últimas décadas, encuentra un estudio

LUNES, 23 de octubre de 2017 (HealthDay News) — Las personas con depresión tienden a morir antes de lo esperado, un patrón que se ha hecho más fuerte en las mujeres en los últimos años, encuentra una nueva investigación.

El estudio siguió a miles de adultos canadienses entre 1952 y 2011. En general, encontró que las personas con depresión tenían una tasa de mortalidad más alta, en comparación con las que no sufrían del trastorno del estado de ánimo.

El vínculo surgió entre las mujeres tan solo a partir de los años 90. Pero al final del estudio, la depresión afectaba por igual a la longevidad de hombres y mujeres.

Los hallazgos no prueban que la depresión en sí robe años a las vidas de las personas, apuntó el investigador líder, Stephen Gilman.

El estudio no pudo tomar en cuenta los efectos de las afecciones de salud física, por ejemplo.

“Una explicación podría ser que la gente con depresión sea más propensa a tener una afección crónica”, dijo Gilman, del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de EE. UU.

Pero incluso si es así, añadió, eso no significaría que la depresión sea inocente, dado que la depresión puede afectar a la salud física.

“Muchos estudios han encontrado que las personas con depresión tienen unos riesgos más altos de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular, por ejemplo”, señaló Gilman.

Los hallazgos se basan en 3,410 adultos canadienses a quienes se siguió durante hasta varias décadas. Se entrevistó a la primera serie de participantes en 1952, la siguiente en 1970, y la final en 1992.

En cada serie, más o menos un 6 por ciento de los adultos tenían depresión, según una evaluación estándar.

Y en promedio, esas personas vivían menos tiempo. Por ejemplo, un hombre de 25 años con depresión en 1952 podía esperar vivir 39 años más, en promedio. Esto es en comparación con 51 años para un hombre sin depresión.

Los hombres con depresión en cualquier momento tenían un riesgo más alto de morir en los próximos años, en comparación con los que no padecían del trastorno.

Pero el panorama de las mujeres era distinto. La conexión entre la depresión y la mortalidad surgió apenas en los años 90.

Las mujeres con depresión en ese momento tenían un 51 por ciento más de probabilidades de haber fallecido en 2011, en comparación con las demás mujeres. Eso hizo que su riesgo fuera equivalente al de los hombres.

Los motivos no están claros. “¿Por qué la depresión sería menos tóxica para las mujeres en un momento que en otro?”, preguntó Gilman.

Especuló con que los cambios sociales tienen algún papel. En las últimas décadas, por ejemplo, ha sido mucho más probable que las mujeres tuvieran que compaginar el trabajo y la vida familiar, o que sean madres solteras.

Gilman dijo que otra posibilidad es que las mujeres tiendan a sufrir de una depresión más grave en la actualidad.

Hubo ciertas evidencias de que el impacto de la depresión se redujo con el tiempo. Por ejemplo, los hombres con depresión en 1952 ya no mostraban un riesgo más alto de muerte después de 1968, a menos que también tuvieran depresión en las entrevistas posteriores.

En cuanto a las causas de muerte, no hubo evidencias de que los suicidios explicaran los riesgos en las personas con depresión.

“En realidad hubo pocos suicidios”, dijo Gilman. “Las personas con depresión murieron de las mismas causas que las demás, como la enfermedad cardiovascular y el cáncer”.

El Dr. Aaron Pinkhasov es presidente de salud conductual en el Hospital de Winthrop de la NYU, en Mineola, Nueva York.

Dijo que la depresión puede reducir la duración de la vida de forma indirecta de varias maneras. Las personas deprimidas son menos capaces de mantener un estilo de vida saludable, y son más vulnerables al tabaquismo y a consumir alcohol. Quizá también estén menos equipadas para gestionar cualquier afección de la salud física.

“Cuando se está deprimido, uno no tiene motivación ni energía”, dijo Pinkhasov, que no participó en la investigación.

Gilman apuntó que este estudio no puede decir si tratar la depresión borra el riesgo más alto de muerte asociado con la afección.

Pero Pinkhasov señaló que hay evidencias de que el tratamiento de la depresión puede ayudar a las personas a controlar mejor la hipertensión y la diabetes, por ejemplo.

Enfatizó que hay varios tratamientos efectivos, desde la psicoterapia hasta la medicación.

“No se culpe por ser ‘débil’, ni se diga que solo debe superarla”, aconsejó Pinkhasov.

John Hamilton, consejero en el Centro de Tratamiento Mountainside en Canaan, Connecticut, se mostró de acuerdo.

Dijo que las mujeres, en particular, pueden tener una “sensación de vergüenza” respecto a los síntomas de salud mental, en parte porque sienten que deben ser el fundamento de sus familias. “Quizá incluso la gente que las rodea les diga que lo superen porque tienen hijos”, dijo Hamilton, que tampoco participó en el estudio.

“Pero la depresión no es distinta de ninguna otra enfermedad crónica”, aseguró. “Debemos abordarla con compasión y sin juzgar”.

Los resultados aparecen en la edición del 23 de octubre de la revista CMAJ.

FUENTES: Stephen Gilman, Sc.D., acting chief, health behavior branch, U.S. National Institute of Child Health and Human Development, Bethesda, Md.; Aaron Pinkhasov, M.D., chairman, behavioral health, NYU Winthrop Hospital, Mineola, N.Y., and associate professor, clinical psychiatry, Stony Brook University School of Medicine, Stony Brook, N.Y.; John Hamilton, L.M.F.T., L.A.D.C., chief clinical outreach officer, Mountainside Treatment Center, Canaan, Conn.; Oct. 23, 2017, CMAJ, online

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://medlineplus.gov/spanish/news/fullstory_169285.html