Mecanismos patogénicos del microbioma en la enfermedad inflamatoria intestinal: rol de la actividad proteolítica bacteriana

Resumen

La enfermedad inflamatoria intestinal es una afección inmunomediada que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa y causa inflamación crónica del tracto gastrointestinal. Aunque se desconoce la causa exacta de la enfermedad inflamatoria intestinal, existe consenso acerca de que una combinación de factores genéticos, ambientales e inmunitarios participan en su patogenia. A lo largo de todos estos años se han enfatizado las alteraciones que ocurren una vez desarrollada la enfermedad; sin embargo, aún no están claras las causas que la desencadenan. Existe una base genética evidente en la que se ven afectados genes implicados en la homeostasis intestinal, tales como NOD2, ATG16L1 o XBP1. Sin embargo, estos factores genéticos no son suficientes y se necesitan factores ambientales adicionales e interacciones alteradas entre la microbiota intestinal y el sistema inmunológico. Una menor diversidad microbiana y una disminución en la abundancia relativa de Firmicutes, así como un aumento de Proteobacteria, se describen como los cambios más consistentes en la composición microbiana entre los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Además de las variaciones en la composición, también se han observado cambios funcionales en estudios transversales. No obstante, la adición de cohortes longitudinales nos permite identificar comunidades y funciones microbianas específicas que podrían estar influyendo en la aparición de la enfermedad. Así, el estudio realizado en una cohorte de individuos en riesgo de desarrollar la enfermedad inflamatoria intestinal (cohorte GEM) mostró un aumento de la actividad proteolítica fecal, asociada a cambios en la composición microbiana, antes del inicio de la colitis ulcerosa. Estos hallazgos podrían ayudar a desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico no invasivas, así como nuevos enfoques terapéuticos.

Introducción

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) incluye la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC), ambas caracterizadas por inflamación crónica del tracto digestivo, con períodos de exacerbación y de etiopatogenia compleja.1 Aunque en las últimas décadas la incidencia de la EII en el mundo occidental se ha estabilizado, oscilando entre 10-30 por cada 100.000, la prevalencia sigue siendo elevada, afectando hasta a un 0,5% de la población global.2 Se ha observado una tendencia al alza de la incidencia en aquellos países recientemente industrializados. Estas observaciones sugieren que a medida que los países en desarrollo se occidentalicen, las tasas de prevalencia e incidencia de la EII deberían crecer en paralelo a las del mundo occidental. Además, también se ha evidenciado cómo la descendencia de inmigrantes provenientes de países con baja incidencia acaba teniendo un riesgo similar a desarrollar EII que la población base del país desarrollado, pudiendo estar relacionado con la adopción de un nuevo estilo de vida y hábitos alimentarios.2, 3

Aunque ambas formas principales de EII muestran características clínicas y patológicas similares, la CU se caracteriza por una inflamación difusa y continua que puede afectar a la mucosa del recto y colon, mientras que la EC se caracteriza por inflamación transmural, de forma discontinua, o en forma de parches, que puede afectar a todo el tracto gastrointestinal, siendo más común en el colon y el íleon terminal.4 Se desconoce la causa exacta de la EII, pero existe consenso para describirla como una enfermedad de etiología multifactorial en la que factores genéticos, inmunológicos y ambientales, incluyendo alteraciones de la microbiota intestinal, estarían involucrados en su patogénesis (Figura 1).1, 5

A lo largo de todos estos años se han enfatizado las alteraciones que ocurren una vez desarrollada la enfermedad; sin embargo, aún no están claras las causas que la desencadenan. Por ello, esta revisión trata de destacar los hallazgos mostrados en los diferentes estudios transversales y longitudinales publicados hasta el momento, para poder esclarecer los factores que podrían llevar a la prevención de la EII, con particular enfoque en el microbioma intestinal y su actividad proteolítica.

Alba Santiago

Post-doctoral fellow (Farncombe Family Digestive Health Research Institute) McMaster University Faculty of Health Sciences: Hamilton, ON, CA

Elena Verdu

Professor (Medicine) McMaster University: Hamilton, ON, CA

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://actagastro.org/mecanismos-patogenicos-del-microbioma-en-la-enfermedad-inflamatoria-intestinal-rol-de-la-actividad-proteolitica-bacteriana/