Medicamentos antiinflamatorios muestran no ser efectivos para prevenir el Alzheimer

5 de abril de 2019

Los investigadores han sabido durante décadas que la inflamación es un compañero inseparable de las lesiones cerebrales en la enfermedad de Alzheimer (EA). Varios estudios iniciales sugirieron que las «superaspirinas» o los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) podrían ayudar a evitar la enfermedad. Sin embargo, después de que varios ensayos clínicos demostraron que los AINEs no ayudan a los pacientes que ya tienen síntomas de la EA, los médicos se preguntaron si estos medicamentos podrían ser útiles para las personas que estaban en riesgo de desarrollar la enfermedad, pero que aún no mostraban síntomas.

Para probar esta hipótesis, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad McGill, en Canadá, desarrollaron un nuevo enfoque para los ensayos de prevención de la enfermedad de Alzheimer y lo utilizaron para probar si el AINE común naproxeno podría detener la enfermedad, antes de que la gente desarrollara los síntomas. Lamentablemente, los resultados no fueron alentadores, según la investigación publicada en recientemente en Neurology, la revista médica especializada de la Academia Americana de Neurología.

«Para dar a la historia de los AINEs una oportunidad más de terminar bien, inscribimos a los participantes del ensayo en las primeras etapas del desarrollo de la enfermedad, antes de que presentaran un deterioro cognitivo«, detalló el doctor John Breitner, profesor de psiquiatría en McGill y autor principal del estudio. «El ensayo resultante, conocido como INTREPAD, examinó los efectos del naproxeno en las personas que tenían un historial familiar fuerte de EA, pero que tenían una memoria impecable y otras capacidades cognitivas«.

Para ello, diseñaron un nuevo método para evaluar la efectividad.

Muchos investigadores han notado el desafío especial de medir el desarrollo de la enfermedad en un momento en que no podían confiar en los síntomas para evaluar los efectos de un tratamiento. Para enfrentar este reto, el equipo de McGill colaboró ​​en el desarrollo de una nueva puntuación o índice de progresión de la enfermedad de Alzheimer (APS, por sus siglas en inglés) que se demostró en otras partes para predecir la aparición de una enfermedad clínica en la próxima década o más. El APS mide el desarrollo temprano del Alzheimer mediante la combinación de muchos pequeños cambios en una puntuación compuesta.

Aplicando el APS a una muestra de prueba de 200 personas (100 asignadas a naproxeno y 100 a placebo), los resultados de INTREPAD mostraron cambios reales durante el período de prueba de dos años. Sin embargo, no hubo pruebas de que el APS se redujera en aquellos que tomaron naproxeno. «Los efectos secundarios habituales estaban ahí«, señaló Pierre-François Meyer, candidato a doctorado en el laboratorio del doctor Breitner y primer autor del estudio, «pero no hubo la más mínima sugerencia de ningún beneficio«.

«Creemos que este es el final del camino respecto a utilizar AINEs para el tratamiento o la prevención de la enfermedad de Alzheimer, y sugiere una necesidad de precaución sobre el uso de otros medicamentos antiinflamatorios para este fin«, agregó el doctor Breitner, quien es fundador y director del Centro de Estudios para la Prevención de la Enfermedad de Alzheimer en el Centro de Investigación del Instituto Universitario de Salud Mental Douglas. «El mundo necesita desesperadamente una forma de prevenir esta horrible enfermedad«, subrayó, «y se están investigando muchas otras vías«. En este proceso, los investigadores argumentan de forma cada vez más enérgica la importancia de publicar resultados de ensayos negativos o «nulos» como este.

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