Meditación puede beneficiar a pacientes con ECV
- netmd
- 15 de octubre de 2017
- Cardiología
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A pesar de los numerosos avances en la prevención y tratamiento de la aterosclerosis, las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad. Por lo tanto, son de crucial importancia las intervenciones novedosas y económicas que puedan contribuir a su prevención primaria y secundaria. Numerosos estudios han informado sobre los beneficios de la meditación. Su enseñanza y práctica es ampliamente accesible y económica, por lo que puede ser un complemento atractivo y económico a las terapias médicas más tradicionales.
En consecuencia, GlennN. Levine y colaboradores del Colegio de Medicina Baylor de Houston, revisaron sistemáticamente los datos sobre los beneficios potenciales de la meditación sobre el riesgo cardiovascular. Estudios neurofisiológicos y neuroanatómicos demuestran que la práctica puede tener efectos duraderos en el cerebro, lo que proporciona cierta plausibilidad biológica para las ventajas en el estado basal fisiológico y en el riesgo cardiovascular. Los estudios de los efectos de la meditación sobre éste último han incluido aquellos que investigan la respuesta fisiológica al estrés, abandono del hábito de fumar, reducción de la presión arterial, resistencia a la insulina y síndrome metabólico, función endotelial, isquemia miocárdica inducible, y prevención primaria y secundaria de las ECV.
En general, los estudios de meditación sugieren un posible beneficio sobre el riesgo cardiovascular, aunque la calidad general y, en algunos casos, la cantidad de datos del estudio son modestos. Dados los bajos costos y peligros de esta intervención, puede ser considerada como un complemento para reducir la probabilidad de eventos cardiovasculares junto con las directrices médicas para pacientes interesados en modificar su estilo de vida, entendiendo que los beneficios de la utilización de este método aún deben ser mejor establecidos e investigados.
Finalmente, los autores plantean que tales estudios, en la medida de lo posible, deben utilizar un diseño aleatorizado, tener el poder estadístico adecuado para cumplir con el resultado clínico primario, esforzarse por lograr tasas bajas de deserción, incluir seguimiento a largo plazo y ser realizados por aquellos que no presenten un sesgo inherente sobre el resultado.