Miastenia gravis y embarazo: impacto y abordaje

RESUMEN

Introducción

La miastenia gravis (MG) se caracteriza por debilidad del músculo esquelético, que es la presentación inicial más común, debilidad ocular con ptosis asimétrica y diplopía binocular. Alrededor del 19-50% de las gestantes con MG experimentará un empeoramiento de la enfermedad. El objetivo de este artículo fue revisar la información actual respecto a la interrelación entre la MG y el embarazo, así como su abordaje.

Desarrollo

Se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos como PubMed, ScienceDirect, SciELO, Google Scholar y medRxiv. Se incluyeron artículos originales, de revisión, series e informes de casos comprendidos entre 2013 y 2022.

Conclusiones

La MG no afectaría significativamente al embarazo; sin embargo, el embarazo puede exacerbar la enfermedad, principalmente durante el primer trimestre o después del parto. El abordaje de la gestante con MG debe ser multidisciplinario e implica el ajuste del tratamiento farmacológico y un seguimiento constante.

Introducción

La miastenia gravis (MG) es un trastorno autoinmune causado por anticuerpos que se unen a la membrana postsináptica en la unión neuromuscular [1,2]. A nivel global, se estima una prevalencia de 12,4 personas por cada 100.000 habitantes [3], y una tasa de mortalidad del 5 al 9% [4]. La MG afecta principalmente a mujeres de 20-30 años, coincidiendo con sus años fértiles. En países occidentales, se ha comunicado una incidencia durante el embarazo de 1 de cada 20.000; mientras que en Latinoamérica existen pocos estudios al respecto [57].

La MG se caracteriza por debilidad del músculo esquelético, que es la presentación inicial más común, debilidad ocular con ptosis asimétrica y diplopía binocular [2,8]. De acuerdo con la clasificación de Osserman, existen cinco grados de MG para la determinación clínica, desde una miastenia ocular pura hasta una miastenia generalizada grave con requerimiento de intubación [6]. El curso clínico durante el embarazo es variable y alrededor del 19-50% de las gestantes miasténicas experimentará un empeoramiento. Las exacerbaciones ocurren principalmente en el primer trimestre o el puerperio [9].

La MG supone un alto riesgo para la madre y el feto por sus complicaciones potenciales, y son necesarios un adecuado manejo y seguimiento [10]. Por ello, el presente estudio tiene como objetivo revisar la información actual respecto a la interrelación entre la MG y el embarazo, así como su abordaje.

K Alfaro-Paredes, C. Aguilar-Ydiáquez, R. Aguirre-Flores, H. Schulz-Cáceres

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https://neurologia.com/articulo/2022207/esp