Moverse solo una hora a la semana podría reducir el riesgo de depresión

La intensidad del ejercicio no importó y el beneficio se niveló después de realizar 2 horas de actividad, según un estudio

MARTES, 3 de octubre de 2017 (HealthDay News) — Una buena noticia para los sedentarios: solo una hora a la semana de cualquier clase de ejercicio podría reducir su riesgo de depresión a largo plazo, sugiere una nueva investigación.

El hallazgo llega a partir de un análisis nuevo de una encuesta noruega que examinó los hábitos de ejercicio, junto con el riesgo de depresión y ansiedad, de casi 34,000 adultos.

Después de un examen más detenido de los datos, un equipo de analistas británicos, australianos y noruegos determinaron que las personas que hacen solo una hora de ejercicio a la semana (independientemente del nivel de intensidad) se enfrentan a un riego un 44 por ciento más bajo de desarrollar una depresión en el trascurso de una década que las que nunca hacen ningún ejercicio.

“El hallazgo clave de este estudio es que hacer aunque sea un poco de ejercicio de forma regular parece proteger a los adultos contra una futura depresión”, dijo el autor del estudio, Samuel Harvey.

“Este no fue un caso de ‘más es mejor’; la gran mayoría de las ventajas de salud mental del ejercicio se consiguieron cuando los individuos pasaron de no hacer ninguna actividad de forma regular a 1 o 2 horas a la semana”, explicó Harvey.

“Además, las ventajas de salud mental existían independientemente de la intensidad de la actividad física”, añadió. “Hay una gran evidencia de que hacer más ejercicio regularmente conlleva muchos beneficios para la salud física, pero los beneficios para la salud mental se estancaron después de 2 horas”.

Harvey es profesor asociado en la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney, Australia. “La idea fundamental es que cualquier tipo de actividad física, incluso simplemente caminar, tenía unos niveles parecidos de beneficios para la salud mental”, concluyó.

La encuesta original fue realizada entre 1984 y 1986. En ese periodo, los participantes (que tenían una edad promedio de unos 45 años) se sometieron a exámenes físicos, y rellenaron formularios sobre el estilo de vida y médicos. También se realizaron evaluaciones de la salud mental.

Los encuestadores noruegos realizaron una encuesta de seguimiento entre 1995 y 1997 a aproximadamente dos terceras partes de los participantes originales.

Aproximadamente el 7 por ciento de aquellos a los que se hizo un seguimiento en 1997 habían desarrollado una depresión, mientras que el 9 por ciento habían desarrollado niveles clínicos de ansiedad, mostraron los hallazgos.

El ejercicio no pareció tener ningún impacto en el riesgo de ansiedad. Pero los investigadores encontraron que, independientemente del sexo o la intensidad de la actividad, hacer ejercicio regularmente durante al menos una hora a la semana se asoció con un riesgo más bajo de desarrollar depresión a lo largo del tiempo.

Los autores del estudio calcularon que aproximadamente el 12 por ciento de los casos de depresión podrían haberse prevenido si los que se habían deprimido hubieran realizado previamente una hora de actividad de baja intensidad a la semana de forma rutinaria.

Sin embargo, hacer ejercicio más de una hora a la semana no pareció reducir sustancialmente el riesgo de depresión incluso más; la mayor parte de ese efecto protector pareció alcanzar su máximo al llegar a una hora.

Pero con respecto a cómo y por qué una cantidad mínima de ejercicio regular podría ayudar a proteger contra la depresión, el equipo del estudio escribió que “la mayor parte del efecto protector observado sigue sin tener una explicación”. Y el estudio no demostró una relación causal entre el ejercicio y un riesgo más bajo de depresión.

Harvey y sus colaboradores informaron sobre sus observaciones en la edición del 3 de octubre de la revista American Journal of Psychiatry.

Simon Rego, jefe de psicología del Centro Médico Montefiore y del Colegio de Medicina Albert Einstein de la ciudad de Nueva York, dijo que “probablemente hay muchos mecanismos en juego que podrían explicar cómo funciona esto. Pero no tiene el mismo efecto sobre la ansiedad, así que todavía no sabemos exactamente qué es lo que está pasando”.

Pero, añadió Rego, “lo que sabemos es que lo que han detectado es un umbral muy bajo de entrada. Estamos hablando de solo una hora de actividad a la semana. Y no tiene que ser vigorosa o intensa. No es necesario ir a una clase de spinning o apuntarse a un club de corredores. Esto podría significar tan solo hacer que las personas que no se mueven mucho simplemente aumenten su hábito de caminar diario. Esto es todo”.

Así que, explicó, “aunque no tenemos todas las respuestas definitivas, se trata de un hallazgo muy promisorio porque es algo que muchas personas pueden hacer con facilidad”.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

FUENTES: Samuel Harvey, Ph.D., associate professor, School of Psychiatry, University of New South Wales, Sydney, and associate professor, Prince of Wales Hospital’s Black Dog Institute, Randwick, Australia; Simon Rego, Psy.D., chief psychologist, Montefiore Medical Center/Albert Einstein College of Medicine, New York City; Oct. 3, 2017, American Journal of Psychiatry

https://medlineplus.gov/spanish/news/fullstory_168865.html