Mujeres con riesgo de trastorno por atracón que van al gimnasio: esquemas maladaptativos, afrontamiento del estrés y trastornos emocionales
Resumen.
El trastorno por atracón se caracteriza por un consumo excesivo de alimentos, que se acompaña de una sensación de pérdida de control y ocurre al menos una vez por semana. Este estudio comparó los esquemas maladaptativos, las estrategias de afrontamiento al estrés y dos trastornos emocionales en dos grupos de mujeres que van al gimnasio (un grupo con riesgo de trastorno de atracón y un grupo sin riesgo) y se analizaron cuáles variables eran predictoras del riesgo de trastorno de atracón en este grupo de mujeres. Las variables incluidas como predictores explicaron el 55 % del riesgo de TPA: dos esquemas maladaptativos, dos estrategias de afrontamiento, una medida de la obesidad, un antecedente personal psicopatológico, un antecedente familiar psicopatológico y una medida de frecuencia de asistencia al gimnasio. Se discute la importancia de estas variables en la génesis y mantenimiento del trastorno por atracón.
Introducción
El trastorno por atracón (TPA) hace parte de una de las nuevas categorías diagnósticas incluidas dentro del apartado de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) propuesta por el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales DSM – 5 (APA, 2013). Se caracteriza por un consumo excesivo de alimentos, que se acompaña de una sensación de pérdida de control y ocurre al menos una vez por semana, en un periodo de tres meses. En los episodios de atracones aparece un malestar significativo y al menos tres de las siguientes situaciones: comer más rápido de lo normal, ingerir alimentos hasta sentirse desagradablemente lleno, comer grandes cantidades de comida cuando no se experimenta hambre, preferir comer cuando se está solo por la vergüenza que produce la magnitud de alimentos que se ingieren y sentirse a disgusto consigo mismo luego del atracón (deprimido, avergonzado, etc.). Un criterio diagnóstico importante para diferenciarlo de la bulimia nerviosa (BN) es que el atracón no se relaciona con el empleo de estrategias compensatorias (como las purgas) para minimizar el malestar emocional después de la ingesta, por lo cual produce frecuentemente obesidad y sobrepeso. Se ha reportado que el TPA tiene una prevalencia del 3 % en la población general y de hasta el 50 % en muestras clínicas de sujetos obesos que acceden a servicios de pérdida de peso (Stice et al., 2013). Kessler et al. (2013), por ejemplo, encontraron una prevalencia de atracones del 2,8 % mediante la Encuesta Mundial de Salud Mental en 14 países de tres continentes (América, Europa y Oceanía). A través de la Encuesta Nacional de Salud y Bienestar de EE. UU., se observó una prevalencia del 2,0 % (Cossrow et al., 2016). En todos los estudios, los encuestados que cumplían los criterios de TPA definidos en el DSM-5 tenían un índice de masa corporal (IMC) más alto y niveles más bajos de autoestima. Con relación al género, el estudio de Cossrow et al. (2016) reportó una mayor prevalencia en las mujeres (2,1 – 3,5 %) a diferencia de los hombres (0,9 – 2,0 %). Para el caso de Latinoamérica, Kolar et al. (2016) informaron que los diagnósticos de BN y de TPA eran mayores en comparación con los reportados en países europeos, lo cual podría relacionarse con que los países latinoamericanos tienen mayores tasas de obesidad y sobrepeso, especialmente en mujeres, por lo que se concluye que la prevalencia de TPA podría ser un fenómeno concomitante con la epidemia de obesidad en esta región. Medina-Bordón et al. (2022) reportaron una incidencia del TPA del 16 al 51,6 % en personas que, en su mayoría eran mujeres, que asistían a programas de pérdida de peso en Paraguay. En Brasil, Melo et al. (2015) afirmaron que el 52,3 % de mujeres con diagnóstico de obesidad presentaban TPA, siendo mayor el porcentaje en mujeres con un IMC mayor o igual a 60. Estudios realizados en los últimos años han profundizado en la importancia que tienen los esquemas maladaptativos tempranos (EMTS) en la predicción de la aparición de desórdenes en el comportamiento alimenticio (Hovrud & Simons, 2020; Legenbauer et al., 2018; Meneguzzo et al., 2020; Nicol et al., 2020). Los modelos recientes señalan que este tipo de patologías aparecen como consecuencia de apegos inseguros en la infancia y de las emociones negativas ligadas a esta experiencia (De Paoli et al., 2017; Monteleone et al., 2018; Yurtsever, 2017).
Tatiana Castañeda-Quirama1 , Jorge Emiro Restrepo2
1 Politécnico Grancolombiano
2 Tecnológico de Antioquia
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https://journals.iztacala.unam.mx/index.php/amta/article/view/784/905