Nueva estrategia basada en la biología del envejecimiento muestra eficacia para prevenir y tratar el Alzheimer

10 de diciembre de 2018

Una estrategia científica que explora blancos terapéuticos basados ​​en la biología del envejecimiento está ganando terreno como un enfoque eficaz para prevenir y tratar la enfermedad de Alzheimer, según una investigación publicada recientemente en la revista Neurology.

Una revisión exhaustiva del panorama de varios ensayos clínicos, incluidos los agentes actuales que se están estudiando para prevenir y tratar la enfermedad de Alzheimer (y otras demencias), apunta a la necesidad de desarrollar y probar fármacos basados ​​en la comprensión de los múltiples efectos del envejecimiento en el cerebro.

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad compleja con muchos factores diferentes que contribuyen a su aparición y progresión“, señaló el doctor Howard Fillit, director ejecutivo fundador y director científico de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation (ADDF), y autor principal del artículo de revisión. “Décadas de investigación han revelado procesos comunes que son relevantes para comprender por qué el cerebro envejecido es vulnerable a la enfermedad de Alzheimer. Los nuevos tratamientos para la enfermedad provendrán de esta comprensión de los efectos del envejecimiento en el cerebro“.

Los únicos medicamentos aprobados para la enfermedad de Alzheimer alivian algunos síntomas pero no detienen la progresión del padecimiento. Se necesitan con urgencia nuevas terapias que prevengan, retrasen o detengan la enfermedad para combatir la creciente carga de la enfermedad de Alzheimer en todo el mundo. Y la biología del envejecimiento aporta numerosos objetivos nuevos para el desarrollo de nuevos y mejores fármacos contra el Alzheimer, destacó el doctor Fillit.

Es probable que nuestro éxito en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer provenga de una terapia combinada: encontrar medicamentos que tengan efectos positivos en las disfunciones que ocurren a medida que las personas envejecen“, apuntó Fillit. “Las terapias combinadas son el tratamiento estándar para otras enfermedades importantes del envejecimiento, como las enfermedades cardíacas, el cáncer y la hipertensión, y probablemente serán necesarias para tratar la enfermedad de Alzheimer y otras demencias“.

El aumento de la edad es el principal factor de riesgo para el Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo.

Con el envejecimiento, muchos procesos biológicos comienzan a fallar y también están implicados en la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, a medida que las personas envejecen, es más probable que tengan una inflamación sistémica crónica y neuroinflamación, que se asocia con una función cognitiva más deficiente. Otras disfunciones del envejecimiento incluyen la eliminación deficiente de proteínas mal plegadas tóxicas, disfunciones mitocondriales y metabólicas (asociadas a la diabetes), problemas vasculares, cambios epigenéticos (cambios en la regulación de los genes sin alteraciones en la secuencia del ADN) y pérdida de sinapsis (puntos de comunicación entre las neuronas).

Los ensayos de fase posterior (fase 3) están dominados por medicamentos dirigidos a las proteínas beta-amiloide y tau, las características patológicas clásicas de la enfermedad de Alzheimer (de los ensayos de fase 3, el 52% se dirige a amiloide o tau), pero otras estrategias están ganando terreno y están en ensayos de Fase 1 o 2, según el nuevo trabajo de la ADDF.

Aunque los intentos terapéuticos para eliminar o disminuir la producción de beta-amiloide no han tenido éxito en alterar el curso de la enfermedad de Alzheimer, según Fillit, los investigadores aprendieron información importante de esos ensayos clínicos, incluso si estos no resultaron inmediatamente en tratamientos para los pacientes con Alzheimer. Y los ensayos clínicos recientes sugieren que los problemas con la eliminación de beta-amiloide podrían resultar fructíferos.

Actualmente no se sabe si estas patologías clásicas (amiloide y tau) representan blancos válidos para los medicamentos y si estos objetivos por sí solos son suficientes para tratar la enfermedad de Alzheimer“, expresó Fillit. “Dirigirse a los procesos biológicos comunes del envejecimiento podría ser un enfoque eficaz para desarrollar terapias que ayuden a prevenir o retrasar enfermedades relacionadas con la edad, como el Alzheimer“.

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