Ondas T negativas en precordiales derechas: ¿miocardiopatía subyacente?
- netmd
- 11 de julio de 2017
- Cardiología
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Estudio retrospectivo que evalúa la prevalencia y la relevancia clínica y pronóstica de la presencia de ondas T negativas en precordiales derechas en el ECG de la población general de edad media.
La presencia de ondas T invertidas en las precordiales derechas (V1-V3) es un hallazgo relativamente común en el electrocardiograma de gente joven como niños y adolescentes, y pocas veces se encuentra también en adultos sanos. Sin embargo, este patrón de ECG también puede ser la primera presentación de la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho. Por tanto, resulta interesante evaluar la prevalencia y pronóstico de esta inversión de la onda T en la población adulta sana y calibrar el valor de esta variante de la normalidad como marcador de patología cardiaca subyacente.
Para ello, los autores de este artículo estudiaron los electrocardiogramas realizados a 10.899 hombres y mujeres entre 30 y 59 años, que participaron en el estudio finlandés de enfermedad cardiaca coronaria (CHD study) entre 1966 y 1972 (52% varones, edad media 44 ± 8,5 años), con un seguimiento medio de 30 ± 11 años. Los objetivos primarios evaluados fueron: mortalidad por cualquier causa, mortalidad por causa cardiaca y arritmia mortal.
La inversión de ondas T en las derivaciones de V1 a V3 estaban presentes en 54 de los ECG analizados (0,5%), y en 76 sujetos (0,7%) se detectaron ondas T invertidas únicamente en derivaciones diferentes a V1-V3. En total, 130 pacientes presentaron ondas T negativas.
En el seguimiento 6.133 sujetos (56,5%) fallecieron. La muerte por causas cardiacas se produjo en 1.969 individuos (32,1% del total de muertes) y 795 (40,4%) de ellas fueron clasificadas como muertes súbitas arrítmicas. La presencia de ondas T invertidas en derivaciones V1 a V3 no se asoció con un incremento en la mortalidad global o de causa cardiaca. Sin embargo, al analizar por separado el subgrupo de pacientes que presentaba únicamente onda T negativa en otras derivaciones que no fueran V1-V3, se vio que la mortalidad estaba aumentada. En este último grupo, 59 sujetos (78%) fallecieron durante el seguimiento; 31 de estas muertes fueron por causa cardiaca, y 14 fueron clasificadas como muerte súbita de origen arrítmico.
Con estos datos los autores concluyen que la presencia de ondas T invertidas en las derivaciones precordiales derechas es relativamente rara en la población general y no se asocia con resultados adversos. Sin embargo, la presencia de esta alteración electrocardiográfica en otras derivaciones distintas debe alertarnos sobre la posible presencia de una miocardiopatía subyacente que pudiera desencadenar algún tipo de arritmia mortal.
Comentario
La presencia de ondas T invertidas en las derivaciones precordiales más allá de V1 son comunes en los niños, pero por lo general estas ondas T se vuelven positivas tras el desarrollo puberal. Sin embargo, en algunos individuos sanos, dichas alteraciones persisten en la edad adulta, lo que plantea un problema clínico, debido a que la onda T invertida también puede ser la expresión de una enfermedad cardiaca subyacente capaz de causar muerte súbita de origen cardiaco.
Los resultados del presente estudio demuestran que la prevalencia real de esta alteración en la población adulta es muy baja (0,5%). Solo en un 20% de los sujetos que tenían inversión de la onda T en el ECG inicial se normalizaron dichas alteraciones en el ECG de control realizado una mediana de 6 años más tarde, por lo tanto, parece que esta alteración de la repolarización es en la mayoría de los casos un hallazgo constante. A pesar de que la inversión de onda T en V1 a V3 fue un hallazgo benigno en el presente estudio, la presencia de ondas T invertidas en el resto de derivaciones se asoció a un incremento de 2 veces el riesgo de muerte por arritmia cardiaca, y predijo la hospitalización por insuficiencia cardiaca congestiva o enfermedad coronaria y su detección puede implicar una patología de base cardiaca.
Referencia
- Aapo L. Aro, Olli Anttonen, Jani T. Tikkanen, M. Juhani Junttila, Tuomas Kerola, Harri A. Rissanen, Antti Reunanen y Heikki V. Huikuri.
- Circulation 2012; 125: 2572-2577.
OBRE EL AUTOR
Dra. Ana Rodríguez-Argüeso
Adjunta de Cardiología del Hospital de Denia Marina Salud (Alicante).