¿Qué nos pueden enseñar los insulinomas para tratar la diabetes?

 

Un tumor benigno que crece en el páncreas podría dar a los médicos las herramientas que necesitan para ayudar a las personas con diabetes a crear más insulina.

Estos tumores se llaman insulinomas porque secretan la hormona insulina en cantidades excesivas. Las personas con diabetes no tienen la suficiente insulina para cubrir las necesidades básicas del cuerpo de la hormona.

Los investigadores pensaron que al mapear la configuración genética de los tumores insulinomas, podrían elaborar la receta genómica para regenerar las células beta que producen insulina. Y si pudieran usar la “receta” para hacer un medicamento que hiciera que el cuerpo cree insulina, podrían tratar (o quizá incluso revertir) la diabetes.

El autor principal del estudio, el Dr. Andrew Stewart, dijo que los investigadores han mapeado aproximadamente 90 tumores insulinomas hasta este momento, pero solo se incluyeron 38 en el presente estudio.

“Tenemos un diagrama real del cableado en términos moleculares para la replicación de las células beta, y hay distintos patrones de mutación que llevan a la regeneración de las células beta. Hemos encontrado unas 30 vías distintas”, dijo Stewart.

Stewart dirige el Instituto de Diabetes, Obesidad y Metabolismo de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

Stewart dijo que no fue del todo una sorpresa ver que había muchas vías, en lugar de solo una o dos. Por ejemplo, dijo, no hay solo un conjunto de moléculas que hace placas de crecimiento durante la niñez.

“Encontramos muchas vías adicionales… Es una mina de datos para los investigadores de la diabetes”, dijo.

La insulina, que se crea en el páncreas, se usa para llevar al azúcar de los alimentos al interior de las células del cuerpo para que lo usen como energía.

Las personas con diabetes tipo 2 son resistentes a los efectos de la insulina, y quizá no produzcan la suficiente insulina. Aproximadamente 29 millones de personas en Estados Unidos tienen este tipo de diabetes, que se asocia con la obesidad y un estilo de vida sedentario.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo destruye por error las células beta que producen insulina. Las personas con diabetes tipo 1 deben reemplazar esa insulina perdida con inyecciones o una bomba de insulina. Según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association), más de 1.25 millones de estadounidenses tienen diabetes tipo 1.

Con la información de este estudio reciente, los investigadores esperan encontrar o desarrollar medicamentos que podrían funcionar en una de esas vías identificadas recientemente. Pero es importante que la vía no tenga ningún otro efecto grave.

Stewart y sus colaboradores publicaron un estudio en la revista Nature Medicine en 2015 mostrando cómo la harmina, un medicamento, podría favorecer la regeneración de células beta en el laboratorio y en ratones. La vía asociada a la harmina también fue una de las encontradas en el estudio actual.

Pero “la harmina es un alucinógeno”, dijo Stewart.

De modo que, si se toma en una pastilla o como inyección, afectaría a todo el cuerpo y produciría efectos secundarios indeseados.

“Seguimos necesitando una forma de suministrarla concretamente a las células beta”, dijo Stewart.

También existe la preocupación de que un medicamento como un insulinoma podría provocar que el cuerpo produjera demasiada insulina, lo que llevaría a unos efectos secundarios que podrían ser peligrosos.

Andrew Rakeman es vicepresidente asistente de investigación de la JDRF (antes conocida como la Juvenile Diabetes Research Foundation).

“No se debe replicar la falta de control de un insulinoma. La cuestión es si podemos encontrar modos de activar estas vías y luego desactivarlas”, planteó Rakeman, que no participó en el estudio.

También apuntó que es importante que cualquier medicamento se dirija solamente a las células beta y que no fomente el crecimiento celular en otras áreas.

Stewart dijo que una terapia desarrollada para estas vías probablemente sería primero para las personas con diabetes tipo 2. Las personas con diabetes tipo 1 tienen el problema añadido de un ataque autoinmune, que podría destruir cualquier célula recién creada.

Para las personas con diabetes tipo 1, podría ser necesaria alguna forma de supresión del sistema inmunitario, comentó Stewart. Rakeman dijo que es posible que la aplicación repetida de los tratamientos podría mantener las suficientes células beta vivas y resultar efectiva, aunque eso está por ver.

Por ahora, Stewart y Rakeman dijeron que estos hallazgos son esperanzadores.

“Están pasando cosas sorprendentes en el mundo de la regeneración de las células beta”, dijo Stewart.

Rakeman se mostró de acuerdo. “Comprendemos mucho más sobre lo que está pasando con las células beta. Podemos aprender esas lecciones y crear unos objetivos terapéuticos”, dijo.

El estudio aparece en la edición del 3 de octubre de la revista Nature Communications.

 

http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=91598